Efrén Cardona empezó vendiendo tornillería en las calles de Medellín hace más de 45 años. Llegó a Bogotá sin nada, montó su primer local y a lo largo de los años creó una empresa que factura más de US$30 millones al año, de la mano de 17 puntos de venta. Esta es su historia.
Por falta de patrocinio en el mundo del ciclismo, Efrén Cardona Rojas terminó vendiendo tornillos en las calles de Medellín. Había corrido por más de una década en varios equipos ciclísticos del país, pero sus pedaladas no alcanzaron para obtener el respaldo de una marca, ni mucho menos algún tipo de ingreso.
De vivir los días encima de una bicicleta, pasó a buscar un sustento en Medellín, tiempo después de que abandonó su pueblo natal San Vicente, ubicado en el oriente antioqueño. Tenía alrededor de 22 años cuando empezó a comprar y vender tornillos, una actividad que luego lo llevaría a crear su propia empresa entre 1978 y 1979.
“Comencé a comprar y vender en la calle, y quería entrenar pero me di cuenta que no se podían hacer las dos cosas a la vez”, dice don Efrén, ahora de 69 años, en diálogo con Forbes. “Comencé con un pequeño almacén, con sueños, y a prepararme. Me casé con una mujer que era educadora, con la cuál hoy tengo tres hijos”.
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Motivado por salir adelante, estudió en la Universidad Libre de Colombia y se graduó de abogado a la par que trabajaba en su negocio. De hecho, se vino para Bogotá y abrió en el barrio Ricaurte su primer local, junto a cuatro empleados. “Yo lo hacía era por necesidad, porque para un tener algo debe tener una necesidad”, dice.
Sin mucho conocimiento en la industria ferretera, empezó vendiendo tornillos y elementos de fijación. Abrió con muy poco capital y a lo largo del tiempo, según cuenta, fue reinvirtiendo en el negocio a medida que iba logrando una utilidad.

“Fui muy limitado en el gastos iniciando la empresa, y por ejemplo, yo vivía en el mismo local de mi negocio. Ahí mismo dormía y casi que comía. Mi lugar de trabajo era de 6 de la mañana a las 10 de la noche”, recuerda Cardona. “Ahí tomé una decisión de no practicar más deporte y dedicarme solo a trabajar”.
Entre 1982 y 1983, habló con sus hermanos para que fueran ellos quienes ayudaran a desarrollar el negocio. Cuenta que se vinieron de Antioquia a la capital para trabajar en el local, y fue ahí cuando logró realizar una maestría en la Javeríana y la Rosario, así como un programa de dirección empresarial de Inalde, la escuela de negocios de la Universidad de la Sabana.
A lo largo de los años, logró expandir su negocio, e incluso llegó al Senado de la República entre 1998 y 2002, cuando Andrés Pastrana fue presidente. No obstante, Cardona asegura que no continúo su carrera política porque encontró en la creación de empresa una forma de “lograr cosas”.
A punta de trabajo, determinación y empuje, Cardona logró sacar adelante lo que hoy es Mundial de Tornillos, una empresa con más del 40% de participación en el segmento de tornillería y fijaciones en Colombia. Tiene un portafolio de más de 20.000 referencias y una red de 17 tiendas en todo el país, ubicadas en Bogotá, Funza, Medellín, Barranquilla, Cali, Bucaramanga y Villavicencio, entre otras.
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Hoy es uno de los mayores proveedores de tornillería a nivel nacional para todo tipo de industria, pasando desde el sector petrolero y minero hasta el automotriz. En concreto, Cardona ha logrado construir una empresa que suma más de 500 empleados, de la mano ahora de sus tres hijos quienes lo acompañan en el negocio, siendo parte del relevo generacional que promueve el empresario.

El buen nombre de Cardona lo ha llevado a ser parte de juntas directivas en varias entidades como la Cámara de Comercio de Bogotá y Corferias, entre otras. Quienes lo conocen hablan sobre su generosidad y su capacidad de liderazgo. De ahí a que afirma que siempre busca mantener incentivados a los colaboradores, quienes son una pieza fundamental del crecimiento de las empresas.
“Siempre si conseguimos metas y les damos una prima adicional. Todos los empleados tienen una una prima adicional y eso nos ha llevado a nosotros a tener un liderazgo en el sector”, cuenta.
En 2021, Mundial de Tornillos vendió alrededor de $130.000 millones (alrededor de US$30 millones). Cardona asegura que este año el objetivo es alcanzar los $150.000 millones, de la mano de los nuevos planes que tienen, así como una posible negociación para entrar al mercado de Estados Unidos.
De hecho, en este momento adelantan una adquisición de una empresa en Miami, con la que buscan entrar directamente a ese país. “Sabemos que hay una gran oportunidad en los Estados Unidos. Tenemos los fondos para poder comprar la compañía e internacionalizarnos bajo la marca del Mundial de Tornillos”, cuenta.
Con este paso adelante, Cardona busca dejar un legado no solo en su familia, sino en el sector. Ya lo ha logrado a lo largo de estos años, pues empezó desde cero y ahora ya suma más de 1.000 millones de unidades de tornillos anuales, y alrededor de 10 millones de unidades de herramientas.
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