La reina Isabel II conoció a 14 presidentes de los Estados Unidos y a 16 primeros ministros de Reino Unido. Reino Unido ha puesto a andar la operación tras el fallecimiento de la monarca.

Tras el fallecimiento de la reina Isabel II a sus 96 años, en Reino Unido se ha activado la ‘Operación Unicornio’, prevista por si la que fuera jefe de Estado fallecía en Escocia, como finalmente ocurrió.

Lo primero que hicieron los médicos fue alertar a la nueva Primera Ministra Liz Truss. Cuando Jorge VI, su padre, falleció hace 70 años, se transmitió la muerte al Palacio de Buckingham usando el código ‘Hyde Park Corner’, para asegurar que la información no se filtrara al público.

Para Isabel II, la frase para avisar sobre su muerte de manera confidencial fue ‘London Bridge is down’, que traduce “el Puente de Londres ha caído”. 

Las sesiones parlamentarias en Westminster, el Parlamento escocés, el Senedd galés y la Asamblea de Irlanda del Norte se suspendieron. Ahora, el féretro de la reina será trasladado de Balmoral al Palacio de Holyrood en Edimburgo, sede de la realeza en la capital escocesa. Al día siguiente se celebrará una misa en la catedral de St. Giles también en Edimburgo.

Más tarde el féretro con los restos de la monarca británica será llevado por tren hasta Londres. Antes se planeaba usar el Royal Train, pero como lleva mucho tiempo sin que se use, no sería de extrañar que se use un tren ordinario. En 1952 cuando el padre de la reina falleció en Sandringham se usó el Royal Train.

Nueve días después del fallecimiento, se celebraría el funeral muy posiblemente en la Abadía de Westminster. Así ocurrió en el último funeral real, el de la reina madre, madre de la actual Isabel II. Tras la muerte de la reina Isabel II, las redes sociales tienen prohibido retuitear nada en cuentas oficiales, e incluso incluir mensajes considerados no urgentes. Todos los perfiles en Twitter o Facebook del Gobierno tendrían que lucir de negro, así como la web oficial de la familia real británica.

Los primeros en conocer la noticia fueron los 15 gobiernos fuera del Reino Unido, donde la reina es también la jefe de Estado, y después a las otras 36 naciones de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealt, en inglés) en donde es una figura simbólica.

Durante muchos años, a la BBC se le informó primero sobre las muertes reales, pero ahora su monopolio sobre la transmisión al imperio se ha ido. El anunció, salió como una noticia de última hora para la Press Asociation y el resto de los medios de comunicación del mundo simultáneamente. En el mismo instante, un lacayo vestido de luto emergió de una puerta en el Palacio de Buckingham, cruzó la grava de color rosa opaco y clavará un aviso de borde negro en las puertas.

En la BBC, se aactivó el “sistema de transmisión de alertas por radio” (conocidas como Rats), una alarma de la era de la guerra fría diseñada para resistir un ataque a la infraestructura de la nación. Las Rats, a las que a veces también se hace referencia como “reales a punto de apagarlas”, son una parte casi mítica de la intrincada arquitectura de rituales y ensayos para la muerte de las principales personalidades reales que la BBC ha mantenido desde la década de 1930. La mayoría del personal solo lo ha visto funcionar en pruebas; muchos nunca lo han visto funcionar en absoluto. “Cada vez que hay un ruido extraño en la sala de redacción, alguien siempre pregunta: ‘¿Son las Rats?’ Porque no sabemos cómo suena”, han explicado reporteros de la BBC.

Todas las organizaciones de noticias se esforzarán por poner al aire documentales, especiales y obituarios en línea.

El el periódico inglés ‘The Times’ ya ha preparado contenido equivalente a 11 días de cobertura sobre el tema y el subeditor de ‘The Guardian’ ya tiene una lista de historias que usarán en su despliegue noticioso.

Los presentadores de los noticieros visten de negro, los canales pararán su programación habitual, el Parlamento se cerrará, la gente irá a casa temprano, y los pilotos de avión anunciarán la noticia a sus pasajeros.

Todos los juegos, incluyendo el golf, serán prohibidos en los parques. El día después de la muerte de la reina se izarán las banderas y a las 11 de la mañana, Carlos será proclamado rey.

Tras su nuevo nombramiento, el nuevo rey visitará lugares como Edimburgo, Belfast y Cardiff para asistir a los eventos en honor a su madre y para reunirse con los líderes de los gobiernos descentralizados.

Ese mismo día, Westminster Hall será cerrado, limpiado y su piso de piedra cubierto con 1.500 metros de alfombra y las calles se convertirán en espacios ceremoniales.

Al cumplirse el noveno día, será el funeral. En esa fecha la mayoría de ciudadanos no irán a su trabajo y muchas tiendas se cerrarán. Imágenes de la reina se expondrán en las calles y se programarán servicios religiosos en todas las ciudades del Reino Unido.

Desde Hyde Park Corner, el carro fúnebre recorrerá 23 millas por carretera hasta el castillo de Windsor, lugar donde los cuerpos de los soberanos británicos son enterrados tradicionalmente.

Al cerrarse las puertas del claustro las cámaras tendrán que dejar de transmitir y dentro de la capilla, el nuevo rey dejará caer un puñado de tierra roja de un tazón de plata.