La ministra de Vivienda, Catalina Velasco, cuenta a Forbes los planes en los que avanzará su cartera. Habla sobre la prioridad que se le dará al agua y a la vivienda social rural.

El pasado 6 de septiembre, Catalina Velasco Campuzano asistió a la Comisión Sexta del Senado para hablar sobre los retos a los que se enfrenta Colombia en materia de agua potable, saneamiento y vivienda. A diferencia de sus colegas, Velasco reconoció los esfuerzos del gobierno anterior y reiteró, a grandes rasgos, la necesidad de construir sobre lo construido.

“En general encontramos un ministerio y un sector robusto”, expresó ese día ante el Congreso. “Puedo decir que encontramos un personal calificado y un trabajo diligente. Lo que el gobierno pasado se propuso en materia de vivienda y agua lo logró”.

Velasco, quien es economista de la Universidad de Los Andes, especialista en derecho urbanístico de la Universidad Javeriana y doctora en estudios políticos de la Universidad Externado, asumió el rol de ministra de Vivienda, Ciudad y Territorio desde hace ya un mes y medio. Tras consolidar una experiencia laboral en lo público y lo privado, el presidente Gustavo Petro, la designó para liderar una ambiciosa política que permita que más hogares colombianos tengan una vivienda y servicios públicos dignos.

En diálogo con Forbes, Velasco hace una lectura sobre cómo está el sector, qué planes deben continuar y cuáles se deben ajustar. Habla sobre la necesidad de avanzar en una ambiciosa política pública en materia de agua y saneamiento básico y concluye que este gobierno apostará, sin lugar a dudas, a la vivienda social rural.

¿Cómo encontraron el ministerio?

Yo he encontrado un ministerio que funciona, que es robusto, que tiene gente buena, profesionales rigurosos, decentes y trabajadores; y acciones digamos importantes que van avanzando. Entonces empecemos por ahí: el programa de Mi Casa Ya, que fue el programa bandera de los últimos dos gobiernos, es un programa que tiene una excelente récord de ejecución porque los constructores por cuenta propia y riesgo propio hacen las viviendas. Cuando hay certificado de habitabilidad, es decir que está listo el apartamento la casa y las familias tienen ya cierre financiero o sea, tienen su ahorro, su crédito y entra el subsidio del Estado. Entonces, cuando estas dos cosas se completan, nosotros hacemos el aporte, pues muy rápidamente se materializa el beneficio. Eso es un buen programa, lo queremos mantener. 

¿Qué significa mantenerlo en términos presupuestales?

Depende de la reforma tributaria. Nosotros hemos presentado un proyecto súper ambiciosos que tiene un propósito y es que los que más tienen paguen más, que los que menos tienen paguen menos. Si ustedes se dan cuenta en la adición que presentó el gobierno, ahí llaman las prioridades que tenemos en este gobierno: educación, salud, paz, agricultura y agua. Son las cinco prioridades y ahí vamos a meter nuestra nuestro esfuerzo financiero. 

Si la reforma tributaria no se ensancha -esa capacidad de inversión en el sector social-, pues vamos a tener la posibilidad de mantener las expectativas de Mi Casa Ya, que son del orden de 70.000 subsidios por año. Pero hoy en día, pues hay que esperar la reforma tributaria para saber cuántos vamos a hacer.

¿Tendrá algunos cambios ese programa?

Creemos que hay que hacer unas mejoras al programa de Mi Casa Ya. Mi Casa Ya se concentra primero en grandes ciudades y medianas ciudades. Hemos visto que está en Bogotá y sus alrededores de Soacha, en Barranquilla y los municipios vecinos,  en Cali y los municipios vecinos, entonces ahí es donde se concentra la mayor cantidad de subsidios de Mi Casa Ya. 

Ni en Caquetá, ni en Sucre, ni en Arauca hay programas de Mi Casa Ya, porque como los constructores deciden dónde, pues lo ponen donde donde les parece. Creemos que hay que orientar hacia otros lugares del país, ¿Qué otra situación vemos? Que como el usuario del beneficiario tiene que tener ahorro y crédito, pues las familias que tienen ingresos de origen informal no tienen ni ahorro ni crédito y entonces no hacen cierre financiero y no hay subsidio. 

Hay que concentrarse en esa franja de población con menores ingresos que son de origen informal la mayoría de las veces. Queremos fortalecer especialmente el Fondo Nacional del Ahorro, que ha comenzado ya a proponer y ya tiene un avance, pero lo queremos hacer más masivo para que familias con ingresos de origen informal hagan sus ahorros y eso los lleve a ser beneficiarios de crédito, a través del Fondo Nacional 

Los constructores dicen que conseguir terrenos es cada vez más difícil, cada vez más caro, ¿han pensado en el tema de tierras? 

Precisamente por eso creemos que hay que ir a otras ciudades medias, a municipios pequeños. Hay varias cosas: estamos trabajando un banco de tierras para recoger lotes o predios que cumplan con todos los requisitos para vivienda de interés social, que nos permitan dinamizar los procesos en otros municipios. 

Tenemos un paquete de predios muy importante que hay que hacerles todas las depuraciones, que jurídicas, de títulos, incluso hay unos que están invadidos y todo, pero ahí encontramos unas oportunidades para disponer del suelo. 

¿Cómo se manejará el tema de Casa Digna o vivienda rural?

A nosotros nos gusta mucho el mejoramiento de vivienda, la mitad de las ciudades colombianas, pero también latinoamericanas, africanas, asiáticas son de origen informal y no tienen ningún sentido pensar que uno va a derrumbar la ciudad informal para construir una ciudad formal donde estaba la ciudad informal. O sea eso no tiene sentido, ¿qué hay que hacer en esas ciudades informales? Legaliza barrios, titular predios, hacer reforzamientos, hacer licencias de reconocimiento, hacer mejoramientos, hacer ampliaciones. Creemos que vamos a hacer un énfasis muy grande en sector informal. 

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Con programas de mejoramiento, nos gusta mucho por razones de salud pública trabajar en vivienda en baños y cocinas. Estuvimos la semana pasada en Villa Hermosa en Cartagena, que es al lado del Pozón unos unas zonas realmente muy deprimidas una en Cartagena y bueno eso no puede ser el siglo XXI y el siglo XVIII en el mismo momento, y el mismo lugar. O sea, usted hace la conexión, pone un sanitario, pone una cocina de lavaplatos, pone lavadero para la ropa, y dependiendo de los recursos el piso, los techos y eso es transformar la vida de las familias. Definitivamente vamos a hacer un énfasis ahí muy grande. 

¿Cómo van a identificar los sitios donde esta política tiene que llegar?

Es en coordinación con los municipios. Los municipios tienen reconocida su población y saben cuáles son las personas que lo necesitan.

¿Tienen claro que presupuesto más o menos habría por ahí para Casa?

Pues todavía no tenemos los presupuestos porque como dependen de la reforma tributaria, y dependerá de lo que se establezca en el plan nacional de desarrollo. Pero por ejemplo si ustedes se dan cuenta en el Departamento de Prosperidad Social hay de recursos importantes para mejoramientos, por eso la intención del presidente es que exactamente los sectores manejen cada uno sus cosas, porque eso te permite trabajar la regulación, permite la financiación y la orientación de política. Vamos a reorganizar nuevamente que el tema de vivienda…

Otros temas sensible para los constructores es el tema de costos, de materias primas, ¿Qué han conversado con el sector?

Hemos hablado con Camacol sobre los aranceles del acero, que pegan durísimos sobre los costos. Ellos pues tienen una propuesta de eliminación de aranceles, ahí hay una dualidad entre la industria nacional y el producto importado, entonces bueno, nosotros acompañamos al sector, pero pues ese tema tiene mucho más que ver ahí con colega de Comercio…

¿Qué se hará en vivienda rural ?

La norma le exige al país que el 20% de la inversión, del dinero que se utiliza en vivienda social, se usen para viviendas social rural y no lo estamos cumpliendo. Por lo menos queremos arrancar con eso e ir incrementando de manera sostenida la inversión en vivienda rural. En el empalme nos hablaban de 61 viviendas rurales entregadas y daba era como risa, no? Porque imagínate 61 no es nada. 

Lo que podemos decir es que es mínima la acción en vivienda rural social. Hubo unas épocas donde se hacían en el Banco Agrario, lo dejaron de hacer, todavía tienen ahí cosas que completar. Eso no no es sencillo y lo que sí sabemos es que operar la producción de vivienda rural no es fácil.

Para resumir, ministra, ¿cuáles serán entonces los programas?

Mira: es vivienda rural, ciudad informal, financiación para familias de ingresos de origen informal y vivienda diferencial. Cuando uno mira qué está pasando en vivienda, uno tiene en su mente los bloques estos de cinco pisos con un apartamentos de 48 metros cuadrados que están muy bien para familias urbanas, digamos de tres o cuatro miembros en la familia que hacen actividades digamos de ciudad, ¿cierto?

Pero cuando tú vas a Leticia y encuentras una comunidad indígena, donde la propiedad del suelo es colectiva, tu dices cómo doy un subsidio a quién se lo doy. Si es que el subsidio es para la familia y aquí la propiedad no es de la familia, es de todos.

Estuvimos con el presidente la semana pasada en La Guajira y decíamos: nos vamos a morir del calor, es inmanejable. Hay ahí otro tipo de materiales, otro tipo de arquitecturas y es ahí donde uno piensa, por ejemplo, que llevar bloque a la Alta Guajira no tiene sentido.

Aquí es identificar que todos somos diferentes, todos nos adaptamos y todos nos movemos de otra manera. En eso estamos haciendo un énfasis, digamos de pensamiento y de entendimiento porque no puede ser lo mismo para todos eso en vivienda. 

¿Y Semillero de Propietarios?

Lo estamos valorando porque se gasta muchísimo dinero en darle a las familias Ese ahorro durante ese arrendamiento durante dos años y al final no necesariamente queda mucho. Pero no hemos tomado una decisión de si hacemos ajustes y modificamos. Estamos haciendo esa valoración, hay algunos ejercicios como modificaciones, que ya estamos considerando. 

Pasemos al tema de agua, ¿qué están pensando en ese frente?

Parece mentiras pero es que en Colombia 12 millones de personas tienen un servicio insuficiente de agua o no les llega de manera permanente o les llega de mala calidad. O sea, uno de cada cuatro personas no consume buena agua y 3.2 millones de personas no les llega nada, no tienen un servicio de agua. 

Tú vas a La Guajira y tú ves que llevan en carrotanques a unos tanques digamos comunitarios y la gente va con sus galones y llena y se lleva sus galones, pero se los llevan en la espalda a su casa con una bicicleta o en un burrito y se les se les relaciona 20 litros por persona al día,

¿Qué pasa? Poner al día la infraestructura de agua potable en el país, para lo mínimo, vale $50 billones. Este año se están ejecutando 700.000 millones, y el año entrante tenemos $1 billón adicional. A ese ritmo, necesitamos 50 años para ponernos al día en el arte, entonces imagínense las dificultades tan inmensas. 

Hace unos días, divagábamos… bueno, y si la reforma tributaria nos permite $2 billones de agua al año, entonces ya no son 50 años, sino 25, la mitad. De ese tamaño es el problema del agua en Colombia, entonces tú tienes unos recursos escasos, tienes dificultades para estructurar los proyectos porque eso no es hacer empanadas..

Yo llego aquí encuentro 210 proyectos de agua en proceso, por no decir en pantanosos, entonces imagínate tenemos que coger esos 210 proyectos y moverlos y completarlos y mirar si hay un tema jurídico, si hay un tema ambiental, si lo que falta es plata, si lo que falta es que la comunidad se opone. Es un batallón de gente trabajando en sacar adelante esos 210 proyectos porque se ha invertido mucho dinero

Ese va a ser un primer esfuerzo. El otro esfuerzo es ayudar a los pequeños municipios a estructurar sus proyectos, que son proyectos de menor escala de $5.000 y $8.000 millones, pues que son comunitarios que benefician 3.000 personas en una vereda, vamos a hacer una unidad especial para acompañar esos proyectos, porque tú eres un alcalde del municipio de categoría 6, tienes $500 millones para hacer tu proyecto  o $1.000 millones y te gastas el 10% nada más en estructurar el proyecto y no has hecho nada. Ese es el otro reto. 

En vivienda hemos trabajado mucho y en agua hay que ponernos al día. 

¿Ya han identificado regiones con altas complejidades en donde deben empezar a ejecutar esos planes?

Sí, todas. En todas partes, salvo las ciudades grandes y que tienen unas empresas de servicios públicos robustas y que funcionan y son acompañadas por la regulación y por la supervisión, ahí tal vez el problema es que pues la gente no tiene como que pagar, pero ese es otro problema cierto.

El déficit se mide en número de personas.. 

Básicamente nueve personas que no tienen acceso son dos criterios: el que tiene agua insuficiente ya sea porque no llega de manera regular o llega de mala calidad. Ese es el de 12 millones y el que no le llega absolutamente nada, que no tiene ningún tipo de conexión, que son 3.2 millones. No se suman.

¿Esos planes se van a ejecutar con Findeter con la FDN?

Si, proyectos del Ministerio se ejecutan a través de Findeter. Deben haber muchos más. Nosotros tenemos créditos con BID, Banco Mundial y los planes departamentales de agua hacen también ejecución con recursos propios y nosotros a veces hacemos financiación, muchas maneras porque si uno usa un solo camino pues no necesitas que todo el mundo.

La conclusión del déficit es que básicamente no ha sido una prioridad de política pública en Colombia…

Así es.

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