En palabras de Jhon Chamorro Sánchez, gerente financiero y administrativo de Cruz Verde Colombia, la compañía se mueve en tres pilares de sostenibilidad: ‘nuestra gente’, ‘nuestra comunidad’ y ‘nuestro planeta’. Primero definieron cómo se iban a comprometer con el desarrollo sostenible, cómo se iban a apalancar en la ética y en los valores corporativos. Ahora impactan a millones de personas con su operación, y su gran apuesta es por la economía circular.

El primer pilar, ‘nuestra gente’ nace de la necesidad de contar con equipos comprometidos con la visión de la compañía, que quieran desarrollar su vida profesional con el acompañamiento de Cruz Verde, y subrayan que, si bien trabajar allí puede ser algo temporal para algunas personas, igual trabajan por que la persona tenga un pensamiento más sostenible y de bienestar en general.

Sobre el pilar, ‘nuestra comunidad’, el gerente explica que Cruz Verde está llegando a diversas zonas del país que al final del día las comunidades se ven impactadas con su operación, por lo que buscan hacerlo de la mejor manera desde sus productos y servicios. A esto le suman su trabajo continuo por buscar otras formas en las que la compañía puede apoyar labores con distintas entidades que apoyen a las comunidades, como la Fundación Solidaridad por Colombia, entre otras.

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“Por último, ‘nuestro planeta’ este sitio donde vivimos y que debemos cuidar. El cuidado del planeta pasa por la responsabilidad con nuestros residuos, con lo que consumimos y cómo vamos a dejar el mundo para nuestras futuras generaciones. Es un poco lo que nos motivó a definir estos tres pilares para nosotros en la compañía y por los que trabajamos cada día” explica el gerente.

Camino a la circularidad

Cruz Verde inició su camino la circularidad de la mano de dos grandes aliados, Grupo Ciclos y Recuperadores Circulares. Con ellos lo primero que hicieron fue identificar los materiales que reciben o salen de su operación, como cartón, papel, plástico, vidrio, madera, entre otros, y entender cuál era la disposición que debían tener, las oportunidades de cada material para llevarlos a la disposición con sus aliados o reutilizaros.

“Muchas veces uno recibe una caja de cartón o icopor y la desecha. Nosotros las ocupamos en el transporte de mercancía y traemos de vuelta a nuestro centro de distribución, casi como un ejercicio de logística inversa. Nosotros tenemos unos geles líquidos de los que se extrae plástico, espumas y un líquido que se puede convertir en abono, esto es también parte de lo que estamos haciendo, cómo reutilizamos todo lo que pasa por nuestras manos y como realmente generamos circularidad”.

Uno de los ejercicios que destaca el gerente es el de Recuperadores Circulares. Una compañía fundada en el 2018 por dos recuperadores de oficio, Miguel Salcedo y Ayda Chinoy, quienes antes lo hacían de manera informal y se apoyaron en Grupo Ciclos para hacerlo legal. Ya cuentan con 10 empleados con todas las prestaciones de ley, un salario estable y, además, son los mayores desarrolladores de innovación en la recuperación de materiales en Cruz Verde.

Los hitos y retos de ser sostenibles

En el 2021 Cruz Verde recuperó 300 toneladas entre plástico papel, cartón, chatarra y madera, es decir 300 toneladas que no fueron a parar al botadero. El gerente Chamorro revela que a corte de agosto llevan 250 toneladas recuperadas, por ejemplo, reutilizan el 27 % de las neveras de icopor, un 20 % de los geles, el 15 % de las cajas de cartón, entre otros.

“Es como hubiéramos ahorrado 59 millones de litros de agua, dejado de talar 3.700 árboles y de emitir unas 770 mil toneladas de dióxido de carbono. Cuando uno empieza a conocer estas cifras ya empieza a sonar más interesante el ejercicio y a darle más valor. Sin embargo, un hay retos bastante importantes como compañía”.

Uno de esos desafíos es crear más cultura. Por ejemplo, que las personas cercanas a la operación se preocupen por los insumos y su disposición permite que todo el ejercicio hacia adelante se haga bien, y el reto es llevar ese pensamiento a lo administrativo, a las oficinas, para hacerlo han adelantado capacitaciones o charlas para generar conciencia y promover una cultura organizacional que piense en la circularidad. También los involucran en que sean voluntarios para la siempre de árboles en lugares como el páramo de Chingaza, y este año esperan triplicar la cifra de los colaboradores que participan.

Del lado de sus stakeholders, como clientes y proveedores, no solo publican su informe de sostenibilidad, sino que se han acercado a ellos para entender sus necesidades, lo que están haciendo y cómo pueden complementarlos, la idea es que, al final, todos se involucren en el ejercicio de recuperación y cuidado del planeta.

“Otro reto importante es que todos los actores del sistema de salud pensemos en economía circular. Que intervenga el Estado con la definición de los materiales, el Invima con las definiciones de los medicamentos, pensar en las exigencias de cuidado de los medicamentos, que los insumos y los productos que puedan utilizar los laboratorios sean más amigables, reciclados o permitan más fácil su reciclaje, las clínicas con la disposición de los residuos, que los pacientes o clientes finales hagan un manejo adecuado, etc. Al final es que todos los actores del sector salud trabajemos por el manejo adecuado y le apostemos a lo circular”, argumenta el gerente.

¿Qué viene para los tres pilares?

Desde su casa matriz, FEMSA, tienen planes hacia 2030 como que el 85 % de la energía que utilizan sea renovable, como paneles solares o hidroeléctricas, alcanzar el balance hídrico neutro en todas sus operaciones como grupo, o que ninguno de sus residuos termine en los rellenos sanitario.

En lo que tiene que ver con gente, seguir avanzando con sus colaboradores y llegar a unos nueve millones de horas de capacitación, asó como alcanzar excelente calificación en su encuesta de clima laboral que les permita estar dentro del top 10 de las compañías de alto desempeño.

“En ‘nuestra comunidad’ el gran objetivo es impactar positivamente a las comunidades donde estamos, que haya más afiliados y reciban los beneficios en la comercialización de productos, a acompañarnos de diferentes empresas y fundaciones, que nuestros colaboradores tengan ejercicios de voluntariados, donaciones, caminatas y todo lo que podamos encontrar que nos permita ayudar a la comunidad y, en últimas, trabajar por mundo más sostenible”, finaliza el gerente Chamorro.