El paquete de reformas del Gobierno, el comportamiento de la economía internacional y la amenaza de desaceleración del crecimiento son algunos de los factores que serán determinantes de cara al próximo año.

La pospandemia suponía un efecto rebote en el crecimiento económico mundial. Así por lo menos fue en 2021 y 2022, pero para la próxima vigencia son muchas las preguntas que quedan en el aire: ¿desaceleración o recesión? Esa es la cuestión. Estas son las perspectivas económicas de Colombia para 2023.

De cara al cierre de 2022, comienzan a trazarse las líneas sobre lo que será el año entrante respecto a los principales asuntos económicos y empresariales, en medio de un contexto marcado por la incertidumbre. 

El equipo de investigaciones de Davivienda y Davivienda Corredores presentará su ya tradicional libro de proyecciones, un estudio en el que se condensan estas expectativas para el 2023. En conversación con Forbes detallaron algunos de los hallazgos. 

La urgencia de la reforma tributaria 

Como lo explica Andrés Langebaek, director de Estudios Económicos de Davivienda, la amenaza de recesión es latente en las economías del globo, inducida además por factores como la inflación elevada y el incremento de las tasas de interés como respuesta para atajarla.  

“El 2023 va a seguir siendo un año de muchísima incertidumbre, cuando uno mira la varianza en las proyecciones de los economistas a nivel internacional, esas siguen siendo altísimas”, menciona el experto. Esto, dice, se ve reflejado en el comportamiento de sectores como el inmobiliario, que pasó de un robusto crecimiento a desvalorizarse en algunos de los grandes mercados, como el de Estados Unidos.  

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A esto se suman los altos niveles de deuda que están acumulando los países, lo que -en su visión- golpea las posibilidades de un mayor crecimiento real, puesto que parte de los ingresos deben redirigirse luego para el pago de estas obligaciones.

En el escenario local, existen otros factores que serán determinantes para la economía, y el principal de ellos es la reforma tributaria. Los expertos de Davivienda están de acuerdo en que esta es una urgencia para el país.

“Colombia ha hecho reformas que son retazos, pero no tiene realmente una estructura tributaria sostenible y adecuada”, resalta Langebaek.

Para el analista, el proyecto presentado por la cartera de Hacienda del presidente Gustavo Petro es bastante particular, pues se enfoca en el ajuste desde la arista de los ingresos, mientras que en lo referente a la disminución de gastos no es clara.

Pese a que los ajustes fiscales implican un efecto recesivo, en palabras de Langebaek, “la aprobación de la reforma tributario induce una mejoría en indicadores externos e internos que es muy interesante”. La particularidad de esta reforma está, dice, en que grava a una parte de la población (la de altos ingresos) acostumbrada a ahorrar, para financiar inversión social que va dirigida a otra parte de la población con menores posibilidades y cuyo destino principal del ingreso es el gasto. Así que no necesariamente se trata de una reforma con sesgo a la recesión. Por el contrario, podría impulsar el crecimiento.

En números, se estima que al cierre del 2023 el crecimiento de la economía colombiana sea del 2,2% y una inflación más baja cercana al 7,5%. Igualmente, se proyecta que se reduzca el déficit de cuenta corriente, en línea con una disminución del déficit fiscal, que se prevé se ubique cerca del 4%. Así se ven las perspectivas económicas de Colombia para 2023.

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Presiones versus oportunidades 

Las tasas de interés son el as bajo la manga de los países cuando de inflaciones altas se trata, pero jugarse esta carta también tiene sus implicaciones. Germán Cristancho, gerente de investigaciones económicas de Davivienda Corredores, señala que este incremento en las tasas de interés impone sus propios retos y oportunidades. 

En lo que respecta al mercado financiero, este aumento implica que haya una mayor presión sobre la capacidad de pago de las empresas y la realidad fiscal de los gobiernos, pues a la larga se impacta la capacidad de las compañías de generar utilidades.

Pero se está ante una partida atípica, por lo que también puede ser el momento para jugar otras cartas; como explica Cristancho, se ha llegado a considerar si estas condiciones actuales representan una oportunidad de mediano y largo plazo para la inversión, pensando en 10 años hacia el futuro, por ejemplo.

“Aunque estamos teniendo presiones inflacionarias fuertes, con su respectiva respuesta en la tasa interés, lo cierto es que la economía colombiana y a nivel mundial se está moviendo en tasas de interés que no son sostenibles en el largo plazo”. Con el tiempo, se va a ver una desescalada de la inflación y con ello una normalización de las tasas de interés. Esto lo que significa es que las emisiones que hoy se están haciendo o se van a hacer en los próximos meses, tendrán unos niveles de rendimiento mucho mejores que las emisiones que se hagan cuando las tasas de interés vuelvan a bajar. Así las cosas, comprar hoy activos financieros como bonos podría ser una muy buena decisión.

Cristancho afirma que la iniciativa del Gobierno de presentar un proyecto de reforma tributaria es una buena señal para los mercados, en la medida en que refleja un compromiso por cumplir con las metas fiscales sin que eso signifique un incremento de la deuda, lo que se traduce en confianza para los inversionistas. 

El lente puesto sobre el paquete de reformas

Aterrizados en el mercado de renta variable, Katherine Ortiz, líder del área en Davivienda, plantea dos reflexiones que son claves. Lo primero es que el mercado de acciones de Colombia no ha terminado de recuperarse del impacto de la pandemia, por lo que no ha alcanzado ni siquiera los valores del 2019 e incluso se están tranzando los títulos a precios bajos, pese a que las empresas sí han presentado buenas cifras y crecimientos importantes en sus utilidades (hasta del 120% en el 2021), por lo que se espera un cierre de año positivo. 

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De acuerdo con Ortiz, para el cierre de este año se proyecta que el Índice COLCAP tenga una rentabilidad del 45%, la más alta en los años recientes, y con un retorno por dividendo de más dos dígitos.

El segundo punto al que se refiere Ortiz es más bien el cúmulo de matices que pueden condicionar la dinámica del mercado accionario frente a lo que será el 2023. Lo cierto es que la desaceleración va a golpear a las empresas, “pero, aún así, los niveles de utilidades van a seguir siendo muy buenos, incluso con esas perspectivas de menor crecimiento económico que estamos esperando en Colombia para el próximo año”, dice la experta. 

Para el año entrante, el lente está puesto sobre el paquete de reformas que tramite el Gobierno del presidente Gustavo Petro, debido a que las propuestas involucran varios de los sectores principales de la economía, más allá de la reforma tributaria.

“Es un tema que genera nerviosismo, sobre todo en el sector petrolero, pero hay otros temas importantes como la reforma pensional, que si llega a suceder el otro año seguramente va a tener un impacto importante en el mercado”. Asimismo, se deberá revisar el efecto que tengan las propuestas en relación al sistema financiero, de salud y laboral.

Davivienda Corredores hará la presentación oficial de su Libro, donde están las perspectivas económicas de Colombia para 2023, la próxima semana.