Mientras que los ingresos de la industria siguen disparados, las compañías que ofrecen soluciones musicales están dando la pelea para hacerse a más mercado. Así va la competencia.
El año pasado fue un año record para la industria de la producción y grabación musical del mundo por cuenta de los US$25.900 millones que se facturaron en los 12 meses de 2021. Sorprenden las cifras de la industria de la música.
El sector viene mostrando una recuperación por cuenta de que los servicios de streaming ya se impusieron como la principal plataforma de comercialización de las creaciones musicales. Según las cifras del Global Music Report de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (Ifpi, por sus siglas en inglés), los servicios de streaming como Spotify, Deezer, Apple Music y Amazon Music, ya representan el 65% del total de los ingresos de la música: allí están no solo las suscripciones sino también la publicidad que se transmite por estas plataformas.
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Aquí es donde realmente se pone en evidencia el cambio en la industria, que tiene que acudir a compañías especializadas para ofrecer los servicios que permitan a los artistas tener éxito en estos nuevos entornos digitales.
Según Diego Maldonado, Global Head of Rights Management de ONErpm, compañía de soluciones musicales, el mercado ha cambiado mucho y ahora no solo basta con que se ofrezcan servicios de distribución.
“Hay que incorporar al portafolio otros servicios y conformar una verdadera ‘suit’ de servicios para todos los creadores: lo que queremos es ayudarlos a crecer sus carreras, hacerlas exitosas sostenibles y que encuentren en la música una forma de vivir”, comentó el ejecutivo.
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Esta compañía ofrece hoy sus servicios en Colombia a artistas como Grupo Niche, Pepe Aguilar, Tito Nieves, Nanpa Básico, Ken Y, Cosculluela, Diego Daza, Jhonny Rivera, Juliana Velásquez, LosPetitFellas e Irepelusa.
En el mismo sentido se pronuncia Paula Guerra, Head of Marketing – Andean Caribbean Regions de la firma, al señalar que los servicios (que van desde distribución, hasta marketing, administración de activos digitales, networking y gestión de derechos) apuntan a escalar las posibilidades de los artistas.
“Dependiendo de en qué momento esté un artista lo apoyamo con diferentes cosas como distribución, marketing o acompañamiento especializado para lograr colaboraciones con artistas de otros territorios”, explicó.
Para la ejecutiva, estas colaboraciones se están convirtiendo en una estrategia útil para dar visibilidad.
ONErpm hace presencia en prácticamente todo el territorio de Latinoamérica y en Estados Unidos, Europa, África y Australia.
Acerca de los contextos digitales, es claro que los artistas están enfrentando desafíos que se ven en todas las industrias por cuenta de la revolución 4.0. El uso de inteligencia artificial y analítica de datos es clave para poder segmentar audiencias y llegar de manera más efectiva a nuevos usuarios o fidelizar los que ya han sido conquistados. Eso permite lograr mejores cifras de la industria de la música.
“Somos muy conscientes de que en este nuevo entorno se producen datos por toneladas. Eso nos permite saber quiénes son los consumidores, los espacios en donde escuchan, los horarios y las geografías. Eso nos permite definir estrategias más de acupuntura para cada caso”, explicó Maldonado.
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Uno de los frentes donde muchos artistas necesitan de asesoría es en la gestión de sus derechos, pues el marco legal puede resultar confuso para alguien no experto. Así, alguien puede solo estar explotando sus derechos patrimoniales y no los derechos de interpretación.
El mercado mundial de servicios de soluciones musicales cuenta con actores clave como Distrokid, CDBaby y Landr.
A propósito del boom de música que hay en la región, los dos ejecutivos explican que en la región se están lanzando unas 60 canciones a la semana por cuenta de artistas consolidados y que si se da una mirada a los artistas nuevos, están apareciendo unas 500 canciones adicionales al mes.
Se espera que este año, el ritmo de crecimiento de la industria musical continúe, lo que podría llevar en 2030 toda la industria musical (no solo producción y distribución, sino también presentaciones en vivo y publishing) a un valor total de US$131.000 millones, según la más reciente estimación de Goldman Sachs. ¡Un verdadero negocio billonario!