Andrés Giraldo, Managing director & partner de Boston Consulting Group, conversó con Forbes acerca del rol activo que pueden -y quieren- tomar las personas en el desafío de ser más sustentables.
La sostenibilidad se ha vuelto un tema recurrente en las juntas de las compañías y dentro de las hojas de ruta que trazan los gobiernos alrededor del mundo, por lo que el concepto a veces parece lejano para la rutina diaria de las personas. Pero hoy más que nunca, es clave entender que son todos los actores igual de responsables de una parte de este proceso.
Esa fue la perspectiva que compartió Andrés Giraldo, Managing director & partner de Boston Consulting Group, en conversación con Forbes. Un estudio realizado por BCG dio cuenta de que los consumidores usan su poder de decisión a la hora de escoger un producto o servicio para ‘premiar’ a las compañías que le apuestan a ser más sostenibles, contrario a la percepción pasiva que se tiene de ellos.
“La verdad es que el consumidor está manifestando constantemente que sí tiene una ambición por apoyar este tipo de ejercicios y está dispuesto a pagar más”, apuntó el experto. Los datos lo dicen: de acuerdo con la encuesta de la firma consultora, un 71% de los consumidores de la región de América Latina aseguró que la sostenibilidad es un tema relevante, aunque no urgente. En el caso de Colombia, dicho porcentaje fue del 76%.
El estudio Sostenibilidad empresarial como oportunidad de negocio también mostró que más de la mitad de los consumidores pagarían más por un producto o servicio que tenga el sello sostenible. Inclusive, este factor ha empezado a ser más importante a la hora de aplicar a un trabajo o quedarse en la empresa para la que trabaja. Es precisamente esa capacidad de decisión la que dota de un rol activo a las personas en las estrategias de sostenibilidad.
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Lo crucial es que el asunto sea prioritario, pues el ojo de la sociedad en los países de la región está puesto sobre otros desafíos, como la corrupción, la inseguridad, la inflación y el mercado laboral, los cuales desplazan en importancia al cambio climático.
Para Giraldo, la sostenibilidad debe -y es- un tema fundamental para las empresas, los colaboradores, los inversionistas y los consumidores, la tarea es hacerlo visible. En ese sentido, las compañías no solo tienen que integrar ese factor diferenciador, sino que también deben comunicarlo, hacer llegar esa propuesta de valor a los clientes.
“No puede ser simplemente que el ser una compañía responsable o que el producto cumpla una serie de objetivos sea el único punto de diferenciación, tiene que ser un concepto holístico, donde ese es solo uno de los elementos importantes para transmitir como propuesta de valor al consumidor”, añadió.
En línea con su propia estrategia de sostenibilidad, BCG se rige por dos elementos de distinción: la inteligencia artificial y el cambio climático. Además, actúan en tres dimensiones: colaboran con grandes agencias mundiales expertas en el tema (COP27, Foro Económico Mundial, Science Based Targets y Net-Zero Banking Alliance), orientan a las compañías para reinventar su modelo de negocio y reducen sus propias emisiones de gases de efecto invernadero.
“Aportando desde este conocimiento a que tanto los consumidores como la opinión pública en general tengan un mayor entendimiento y mayor conciencia sobre este gran desafío que tenemos por delante y cómo podemos en conjunto trabajar para abordarlo de manera más eficiente”, concluyó.
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