Cuando el Banco de la República ha elevado sus tasas de interés, varios presidentes han hablado sobre medidas para detener los capitales golondrina. Expertos concluyen que en este momento sería una decisión errónea, más en estos tiempos de incertidumbre económica.

El presidente Gustavo Petro propuso esta semana un impuesto transitorio a los capitales golondrina para frenar las salidas de capital y contener la escalada del dólar. Su propuesta, que se dio a través de Twitter, abrió el debate sobre si es una medida que va en la dirección correcta y qué tanto se ha hablado del tema en las anteriores administraciones.

Los capitales golondrina son aquellos que hacen referencia al dinero que llega al país, permanece por un corto plazo y luego sale nuevamente. Esto sucede cuando una Nación ofrece incentivos y buena rentabilidad a los capitales extranjeros, por lo que son negocios ‘rápidos’, esencialmente “pasajeros y especulativos”. Pero cuando esto se da hay una gran volatilidad en los mercados financieros, lo que termina afectando a toda la economía.

De acuerdo con Petro, la intención real de que el Banco de la República suba su tasa de intervención, tiene que ver con “evitar la salida de capitales por el ascenso de la tasa de interés de los Estados Unidos”. Por eso, una medida para contener dicho fenómeno sería un impuesto transitorio, aseguró.

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El presidente no entregó más detalles sobre su propuesta, pero lo cierto es que los expertos coinciden que son mensajes peligrosos, que no van efectivamente en la dirección a la que apunta Petro. Felipe Campos, gerente de inversión e investigaciones en Alianza Valores y Fiduciaria, explica que en el entorno actual son este tipo de capitales los que están trayendo millonarios recursos a la economía colombiana.

“Pensar que eso es negativo y que hay que tratar en cerrar las puertas de salida a esos flujos, está mal. Ellos no son los culpables de la subida del dólar, es un tema global”, dijo. Para el analista, es una medida compleja porque da un mensaje equivocado que podría ser contraproducente: “Eso significaría que la plata ya no venga y no solamente es que se aleje a los inversionistas actuales, sino que a los que vengan en los próximos años. “Es algo serio y grave, pero no creo que tenga futuro”.

Campos resaltó que las altas tasas de interés, la revaluación del dólar frente al peso y el momento de alta inflación no es algo de solo Colombia, sino un fenómeno global producto la coyuntura que registra el mundo.

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En esa misma línea, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, explicó a Forbes que este tipo de encajes transitorios, o ‘impuestos’, son una mala idea, pues podrían generar incluso exactamente lo contrario de lo que pretenden hacer, que es tratar de evitar salidas de flujo de capital e incluso provocar que ni siquiera entren.

“Colombia y los países emergentes lucen menos atractivos y lo que tenemos que hacer es atraer esos flujos de inversión. Un encaje llevaría a un efecto opuesto. Creemos que no va en la dirección correcta”, complementa Mejía. “En tiempos normales podría ser discutible, pero estamos en un contexto de apretón de liquidez y es un fenómeno global que no se puede combatir con mecanismos con este estilo”.

Discusión de vieja data

Aunque la lupa está sobre Petro por dicha propuesta, lo cierto es que no es un tema nuevo. En 2004, en el gobierno de Álvaro Uribe se anunciaron unas medidas en este frente e incluso se estableció que las inversiones deberían permanecer mínimo un año en el país.

La decisión fue adoptada con el fin de frenar la fuerte revaluación que se estaba presentando con el peso colombiano con respecto al dólar. La decisión de Uribe apuntó a frenar el ingreso de los capitales golondrina, que perseguían buenos rendimientos y rentabilidades por corto tiempo, para abandonar el país cuando las condiciones cambian.

“Queremos dar una señal muy clara de que Colombia está lista a recibir los capitales serios que vienen a invertir, a asentarse en el país. Pero no podemos permitir que capitales especulativos de corto plazo nos vengan a hacer un daño en la tasa de cambio”, dijo en su momento el presidente.

En 2007 y 2008, Uribe también estableció nuevos controles para frenar el ingreso de este tipo de capitales, pues, según expresó en ese momento, la medida estaba orientada a evitar la llegada de capitales de muy corto plazo que puedan afectar la economía nacional. “Eso debe desestimular la tendencia de decir: bueno, conseguimos un dinero barato en Japón, en una parte, en la otra, traigámoslo a Colombia que es un lugar seguro y hagamos aquí una utilidad de corto plazo”, dijo en ese momento.

En el gobierno Santos también se habló del tema y la conclusión es que es el presidente de turno el que habla de este tipo de tributos cuando la junta directiva del Emisor sube las tasas. No es algo nuevo, pero sin duda es una medida equivocada en esta coyuntura ante la ausencia de liquidez que ya se registra en el mundo y que se podría aumentar en 2023.

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