Profesores de la Universidad CES de Medellín argumentan que si el gravamen no alcanza por lo menos el 20% del valor del producto, sería una medida ineficaz e incoherente con los objetivos de salud pública.

Hay quienes critican el impuesto a las bebidas azucaradas argumentando que es una medida ineficaz que tan solo golpea el bolsillo de los hogares más pobres y vulnerables en Colombia. Sin embargo, en la otra orilla de la discusión también están aquellos que lo defienden, aduciendo que es un tributo que va en la línea correcta de cara reducir algunos problemas de salud pública nacional.

Lo cierto es que en plena discusión de la reforma tributaria, que ahora pasó a segundo debate en el Congreso, un grupo de académicos de la Universidad CES de Medellín llamaron la atención para que se revise la estructura del proyecto de ley que grava alimentos procesados.

De acuerdo con Santiago Gómez, Sandra Ivonne Perez y Faiber Jaramillo, docentes de la facultad de ciencias de la nutrición y los alimentos de esa universidad, si el gravamen no alcanza por lo menos el 20% del valor comercial del producto, la medida podría ser ineficaz frente al efecto esperado de disminuir la frecuencia de consumo de bebidas azucaradas en el país. Esta, dicen los expertos, sería una “situación incoherente” frente a los objetivos en salud pública que justifican la reforma tributaria.

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El proyecto contempla gravar las bebidas en función del contenido de azúcar (arranca en 6 gramos de azúcar por 100 mililitros en los primeros años). De acuerdo con el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, se busca que el impuesto del 10% sobre el precio final de venta de estos productos se aplique únicamente para las empresas que los importen o que sean de gran tamaño. 

Lo que argumentan los docentes de la Universidad CES de Medellín es que esto no sería suficiente para alcanzar el impacto deseado. Santiago Gómez, uno de los profesores de la facultad, detalla que el gravamen es muy bajo, pues “está demostrado en la evidencia que gravar estos productos con impuestos no alcanza el efecto esperado. Eso nos va a llevar a que en 5 años diremos: esto no funcionó”.

De acuerdo con Gómez, “la Organización Mundial de la Salud recomienda gravar un 20% sobre el precio, entonces lo ideal es que en Colombia sea entre un 20% a un 25%”.

Cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) muestran que alrededor del 20% de la población en Colombia consume bebidas azucaradas todos los días de la semana. De hecho, un 25% adicional declaró consumirlas mínimo tres veces por semana.

Se estima que los grupos poblacionales que más consumen este tipo de bebidas están entre los 15 hasta los 54 años. Por eso, desde Medellín se hace una invitación para orientar de manera técnica el debate.

“La discusión debe ir hacia los elementos técnicos de la reforma”, concluyen los académicos. “Si no se hace nos podemos equivocar”.

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