El dólar por las nubes ha llevado a pensar por qué cada vez el peso colombiano tiene menos valor. Acá las respuestas a esa pregunta.
Pasan los días y el peso colombiano se devalúa cada vez más ante los factores externos e internos que continúan golpeando la moneda local. Basta con solo observar que aunque la devaluación es un factor común en gran parte de las economías mundiales, independiente del nivel de ingreso, Colombia sigue registrando una depreciación alta, incluso si se compara con las monedas de otros países de la región como Chile, Perú, México y Brasil.
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La situación que se vive en el país, y que se ha agudizado en las últimas semanas, ha llevado a los agentes económicos a analizar las causas de fondo de este fenómeno, así como los factores están influyendo para que el proceso de devaluación se profundice. De hecho, Anif acaba de revelar un informe en el que estudia cuáles son los aspectos externos e internos que han provocado que hoy sean una de las monedas más desvalorizada del mundo.
Factores externos
Anif concluye que el alza en las tasas de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), que busca contener la inflación, propiciar el ahorro y encarecer el crédito es un eje clave en esta discusión. Detallan que sus decisiones han sido más pronunciadas que el Banco Central Europeo, por lo que se ha visto una revaluación del dólar frente al euro. “Tasas más altas en EE.UU. llevan a retornos más altos que en Europa, lo que lleva a inversionistas a preferir el dólar sobre el euro”, dice el informe.
Este fenómeno no solo está presente en el tipo de cambio del euro, sino frente a todas las divisas del mundo, según Anif. Es decir que los inversionistas que sacan su dinero de Estados Unidos en busca de retornos más altos, se ven tentados a llevar nuevamente su capital a ese país, generando presiones al alza del dólar.
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En esa ecuación también entra a jugar el factor de riesgo, que naturalmente es más marcado en unas economías que en otras. En Europa, por ejemplo, se vive mayor incertidumbre por la guerra entre Rusia y Ucrania. Por ejemplo, en América Latina el riesgo está más ligado a factores políticos que, en algunos países, son muy marcados.
Es por eso que “la combinación de ambos frentes — interés y riesgo — ha llevado a que muchas de las monedas del mundo se hayan devaluado en lo corrido del año”, destaca Anif.

Si bien el fenómeno de devaluación es mundial, se puede ver (gráfico) que la devaluación del peso colombiano es notoriamente más alta. De acuerdo con Anif, esto podría tener dos lecturas: las ganancias relativas del interés en dólares frente al interés en pesos son más altas que para el resto de las monedas o el riesgo de la economía colombiana es mayor.
¿Política Petro influye?
El incremento de los precios en Colombia ha llevado a que el Banco de la República impulse un acelerado incremento de tasas en el último año. Entre las consideraciones que ha tenido el Emisor a la hora de definir la tasa de intervención, según Anif, se encuentra una posible salida de capitales ante el incremento de tasas en Estados Unidos.
En el caso colombiano, por ejemplo, el flujo de capitales es aún más volátil a cambios en la tasa de interés, ya que también está presente el riesgo cambiario. Sostiene Anif que un inversionista con US$100 recibe una tasa de 3.25% en Estados Unidos. La tasa actual en Colombia es de 10%, lo que indica un mayor retorno. No obstante, “esa inversión no se puede realizar en dólares, por lo que el inversionista debe convertir su capital a pesos al momento de realizar la inversión y luego otra vez a dólares al momento de retirar sus ganancias”.
En este ejemplo, el inversionista está sujeto a un riesgo cambiario, pues una devaluación muy elevada entre ambos momentos puede llevar a un retorno negativo. A esto se suma el riesgo, que se ha acentuado en el último año.
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“El EMBI permite medir el riesgo de una economía al comparar la tasa de interés que pagan los bonos emitidos en dólares por países en desarrollo frente a los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Un mayor EMBI implica que los bonos de ese país pagan más interés, atribuible a un mayor riesgo de impago. Tomando el valor base del EMBI para cierre de 2020, observamos que durante 2021 y en lo corrido de 2022 Colombia ha sido el país de la región cuyo EMBI más ha crecido”, sostiene Anif.
Como si fuera poco, en ese análisis también incide la situación fiscal del país, pues es algo que preocupa a los mercados internacionales y afecta la percepción de riesgo que tienen de Colombia. Ya se está discutiendo una reforma tributaria que prevé recaudar $22 billones, así como se han dado anuncios de cara a reducir el fondo de estabilización de precios de los combustibles. Dos acciones juiciosas y pertinentes, pero no suficientes.
Explica Anif que “las políticas sociales que el presidente Petro planteó en campaña y que ha comenzado a estructurar ponen nuevas presiones de gasto sobre la mesa. Esas políticas requieren de más ingresos, tanto tributarios como no tributarios. No obstante, la intención de dar vía a incrementos en el gasto contrasta con algunas de las ideas que el Gobierno Nacional ha dado a conocer con respecto al sector minero energético para los próximos cuatro años”.
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“El freno o los desincentivos a la exploración y explotación de materias primas puede llevar a una disminución relevante de los ingresos de la nación, lo que ampliaría la brecha aún más entre los ingresos y los gastos del Gobierno Nacional. Visto así, no se puede obviar que ese ambiente de incertidumbre es un factor determinante en la volatilidad del peso colombiano”, destacan.
El centro de pensamiento también detalla que las fallas de comunicación de los miembros del gabinete “han acrecentado esa percepción de incertidumbre por parte de los mercados”. Anif concluye que “los comentarios en materia del control de capitales, la regla fiscal, la independencia del Banco de la República, entre otros, se han traducido en los mercados en un incremento del riesgo que ha debilitado la cotización de los bonos y activos nacionales”.
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Eso, en resumen , se traduce en nuevas devaluaciones y en un panorama gris que ha llevado a que el dólar se ubique en máximos históricos, sobrepasando la barrera de los $4.650.