Gonzálo Hernández, Mónica de Greiff, Gabriel M. Cabrera, Saúl Kattan y Sandra Ospina son los nuevos miembros de la junta directiva. Su llegada proyecta nuevos tiempos para la empresa más grande de Colombia.

Ecopetrol, la empresa más grande de Colombia, tendrá a partir de ahora una nueva junta directiva. Se trata de una movida clave que acaba de hacer el gobierno de Gustavo Petro, de cara a trazar el nuevo plan estratégico al que le apostará una de las petroleras más robustas de América Latina.

Las nuevas caras que llegan a la administración son Gonzálo Hernández, viceministro técnico de Hacienda; Mónica de Greiff, Gabriel M. Cabrera, Saúl Kattan y Sandra Ospina, quien fue la nominada por los departamentos productores. A su vez, permanecerán como miembros Sergio Restrepo, Esteban Piedrahita y Carlos Gustavo Cano, quienes estaban en la anterior junta.

Con estas movidas, la nueva junta directiva queda conformada por nueve miembros que estarán hasta marzo de 2025. La vigencia podría modificarse si en la asamblea de accionistas se aprueba de nuevo la modificación de los estatutos, tal y como lo hizo en marzo de este año el gobierno de Iván Duque.

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Aunque para nadie era un secreto que estas movidas se preveían, en el mercado hay incertidumbre sobre lo que puede pasar con la petrolera ahora que el mismo gobierno se ha mostrado en contra de las industrias extractivas, incluso rechazando de tajo el fracking, uno de los negocios más rentables de Ecopetrol en Estados Unidos.

Para los expertos, los nuevos nombramientos serán claves para definir el plan estratégico de la compañía, que ha apostado por diversificar su portafolio en los últimos años, incorporando las energías renovables, una mayor exploración de gas y nuevos negocios en Asia y América Latina.

De hecho, la multilatina, que tiene negocios en toda la cadena de hidrocarburos, así como en vías y telecomunicaciones, a través de ISA, ha dicho que invertirá entre US$5.200 millones y US$6.000 millones al año para cumplir estos compromisos. Esto le permitirá consolidar su apuesta en la provincia gasífera del mar Caribe, avanzar hacia la conquista de nuevos mercados y acelerar el desarrollo de nuevos parques solares por todo el país.

Pozo offshore de Ecopetrol en el mar Caribe colombiano.

De acuerdo con el plan de la empresa, en el largo plazo se busca fortalecer el ebitda a través de la maximización de las reservas y la producción, buscando resiliencia y competitividad.

Tal y como lo ha dicho el presidente de la organización, Felipe Bayón, en escenarios normales se prevé una producción cercana a los 850.000 barriles promedio día en el 2030, aún en escenarios moderados de precios entre US$45 a US$55 por barril. No obstante, en el eventual escenario que se cierre por completo la oportunidad de firmar nuevas obligaciones, las estimaciones podrían cambiar, quedando a la expectativa de que los nuevos contratos ya pactados tengan éxito en su desarrollo comercial.

Escenario complejo

La nueva junta directiva tendrá el reto de garantizar el crecimiento de la empresa, impulsar los nuevos negocios y surtir los obstáculos que se avecinan con la reforma tributaria y las políticas antipetróleo que ha dado a conocer Petro.

Uno de los temas indiscutibles para el nuevo gobierno, por ejemplo, es el fracking. Ya se radicó un proyecto de ley para prohibir por completo esta técnica, pero las cifras muestran que se ha convertido sin duda es una de las mejores unidades de negocio que tiene Ecopetrol en este momento.

Desde 2019, la firma ha realizado fracking en Estados Unidos, una experiencia que le ha permitido conocer aún más sobre no convencionales y la cual le ha aportado alrededor de 60.000 barriles de petróleo equivalente a través de la perforación de más de 100 pozos al año. Según ha dicho Bayón, hoy el negocio más rentable que tiene la compañía es el fracking en Estados Unidos, pues el margen Ebitda es de más del 85% y desde que arrancaron la operación se ha generado un Ebitda de casi US$400 millones.

Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol, ha reiterado que uno de los mejores negocios que tiene la compañía es el fracking en Estados Unidos.

No es claro si el Gobierno permitirá que la empresa más grande del país continúe con esta práctica en Estados Unidos, ahora que le busca poner freno a los pilotos en el país. Lo cierto es que se trata de un negocio que aporta año a año millonarios recursos a Colombia para que se puedan financiar programas sociales, infraestructura y educación, entre otros. La nueva junta tendrá el veredicto final.

A esto se suma que en las últimas semanas el mercado ha castigado los bonos de Ecopetrol, por lo que se deberán enviar mensajes de tranquilidad a los inversionistas. Los analistas creen que la nueva junta debe priorizar las cifras y la rentabilidad, más allá de lo que crea el accionista mayoritario de la organización (El gobierno).

“La caída del mercado bien podría presagiar un dolor económico más amplio en un país que aún obtiene más de la mitad de todos los ingresos por exportaciones de petróleo y carbón”, decía la semana pasada un artículo de Bloomberg. “En un rincón del mercado de bonos, donde los operadores compran y venden deuda emitida por Ecopetrol, se están gestando señales tempranas de problemas”.

Y es que a este panorama se suma el duro golpe por hasta $16 billones que tendría la tributaria en las finanzas de la empresa. La no deducibilidad de las regalías, por ejemplo, supone un incremento de la base gravable del impuesto sobre la renta de alrededor de $7,6 billones”, señaló hace unos días la empresa.

Aún no se sabe si el gobierno estará dispuesto a ir más allá y cambiar el presidente de la empresa, lo cierto es que se trata de grandes retos de la junta directiva que sin duda deben estar acompañados por una persona como Bayón que le dé mayor tranquilidad al mercado.

Se espera que las decisiones, por ahora, sean en la vía correcta de cara a no matar, según los expertos, las gallinas de los huevos de oro.