La divisa estadounidense podría estar $300 más costosa debido a especulaciones cambiarias, según expertos.

Dos jornadas después de que el precio del dólar cerrara a centavos de distancia de los $5.000, la cifra se ha ido alejando poco a poco de este techo. En la tarde de hoy, la divisa estadounidense cerró en $4.884,06, número que se ubicó $64,08 por debajo de la Tasa Representativa del Mercado (TRM) vigente para hoy, que fue de $4.948,14.

A lo largo del día, la divisa alcanzó un valor máximo de $4.942 y un mínimo de $4.875,05. En cuanto al precio promedio, llegó a $4.895,72.

Hasta la fecha, los factores que han afectado el valor de la divisa se centran en el recrudecimiento de la guerra por la invasión de Rusia a Ucrania, las expectativas de desaceleración y/o recesión previstas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la volatilidad de los precios del petróleo, el aumento sostenido de las tasas de interés de la Reserva Federal (FED) y la réplica del Banco de la República elevando la tasa de intervención en 250 puntos básicos desde julio.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el dólar podría estar sobrevaluado en $300 por una “especulación cambiaria injustificada”, de acuerdo con el profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, Henry Amorocho.

“Un país como Colombia, con un crecimiento económico que se ha estimado por fuentes nacionales e internacionales en el 7%, en el que las exportaciones y las reservas internacionales están creciendo, en donde el recaudo tributario ha aumentado en 300% y en el que la inversión extranjera directa se ha incrementado, no es posible que se pueda estar devaluando su moneda y sin señales de retorno”, explicó Amorocho.

A esto se suman algunas contradicciones de financiación y de política pública entre miembros del gabinete ministerial y el mensaje que esperan algunos agentes económicos de una producción petrolera basada no solo en los contratos firmados, sino en los nuevos contratos de explotación petrolífera.

Para hallar una solución a esta problemática, Amorocho señaló que se debe producir una conciliación de las políticas fiscales y monetarias en el seno de las autoridades respectivas. Esto para atajar no solo a la devaluación, sino a las graves consecuencias que viene generando una depreciación del peso ocasionada “por un ambiente cambiario presumiblemente viciado por vientos de especulación”.

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