Las altas tasas de interés y la devaluación del peso han agudizado el cierre financiero de las obras de infraestructura en Colombia, especialmente las concesiones 5G. Empresarios advierten que la situación hace inviable el desarrollo de los proyectos.

La devaluación del peso colombiano y las altas tasas de interés han obligado a los constructores a sacar la calculadora y hacer nuevas cuentas para 2023. Quienes hoy están detrás de la ejecución de los proyectos se han sumido en el dilema de ajustar la caja para cubrir ese mayor costo de financiación y aquellos que están interesados en participar en nuevas litaciones continúan evaluando si realmente hay condiciones para ejecutar las nuevas obras.

Si bien las medidas del Banco de la República para mitigar la escalada de la inflación aún no tienen un impacto en la reducción del costo de vida de los colombianos, lo cierto es que el incremento de los 925 puntos básicos en la tasa de intervención -desde septiembre del año pasado- ha puesto en aprietos a los empresarios, quienes advierten que se está haciendo inviable el desarrollo de macroproyectos como los de 5G.

“Tenemos una preocupación importante porque se encarecieron los créditos, las tasas y estamos a la expectativa de que los compromisos de los proyectos de 4G se cumplan como se estructuraron”, dijo el constructor Mario Huertas en el marco del Congreso Anual de Infraestructura. “Estamos a la expectativa del gobierno para que no se vaya a enredar esa parte y de esa forma puedan ellos seguir creyendo en que sí pueden financiar obras en Colombia”.

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Foto: CCI.

Las condiciones para lograr un cierre financiero se han empeorado, lo que impone mayor presión en los proyectos que acaban de ser adjudicados o los que prevén salir a licitación los próximos meses. En este momento se siguen adelantando obras para culminar el programa de 4G, que se compone de 29 iniciativas, pero la duda radica sobre qué pasará con ese ‘dossier’ de obras que el Gobierno prevé adjudicar en el corto y mediano plazo.

Así precisamente lo ratificó Huertas, quién está detrás de proyectos claves en Bogotá como la ALO Sur y la Troncal de la 68. El empresario, que ha consolidado una carrera de más de 45 años en el sector, agregó que para nadie es un secreto que estos factores imponen un reto mayúsculo, pues frena la dinámica del sector y ralentiza la ejecución de obras claves que necesitan los colombianos.

“Afortunadamente el tema de las 4G tenía un dólar protegido por el Gobierno, pero ahora para poder traer financiación en dólares es imposible. Una devaluación lo lleva a uno a la quiebra y hace inviable los proyectos”, concluyó el industrial.

Ante la posibilidad de tomar una deuda en dólares, algunas voces en el sector dicen que la solución es acogerse a los créditos puente o créditos sindicados con banca nacional, o optar por los bonos indexados a UVR o denominados en pesos. Sin embargo, este escenario tampoco es muy bien visto por los empresarios, pues igualmente se ven costos altos del capital teniendo en cuenta que las tasas ya se han elevado hasta en un 20% desde que el Emisor inició el periodo de aumentos en la política monetaria.

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“El principal reto que tenemos es la financiación: hoy en día las tasas obedecen a un efecto mundial y no solo en Colombia. Eso no es conveniente ni para el sector privado ni el sector público, pero es una realidad”, añadió Menzel Amin, presidente de KMA Constructores. “Las decisiones del Banco nos lleva a pensar que no podemos estar pensando en financiaciones de largo plazo, sino en financiaciones de una vida corta o un término medio”.

KMA Construcciones, que ha desarrollado obras como la Transversal del Sisga o Autopistas de la Sabana, está hoy detrás de una de las carreteras más grandes del programa de 5G: la Troncal del Magdalena 1 y Troncal del Magdalena 2 -anteriormente conocida como Ruta del Sol II-. Se trata de dos macroproyectos que van desde Puerto Salgar hasta Curumaní, con un costo total de $3.8 billones de inversión.

Amin explicó que trabajan en el desarrollo de esta obra, pese a que se enfrentan a una coyuntura difícil: “Una de las medidas que construyó en 4G es que la ANI, los bancos y el sector privado concretaron que una parte de recursos fueran remunerados en dólares. Esso viabilizó puso a Colombia en un punto muy importante del foco global porque permitió una cobertura en dólar. Obviamente ahora con la devaluación solo se puede a corto plazo, porque no se podría un crédito a largo plazo”, dijo.

Fedesarrollo estima que un aumento del 0,5% anual en la inversión en infraestructura genera un incremento en el crecimiento del PIB del 0,8% | Foto: Archivo particular.

Los empresarios coinciden que para solucionar este cuello de botella buscan entonces créditos a corto plazo, mientras analizan cómo avanza la situación. El presidente de la CCI, Juan Martín Caicedo, agregó que desde el sector las compañías de menor tamaño claman por instrumentos eficaces de financiamiento, así como “el necesario uso de figuras como la del anticipo, regladas en la propia ley, y también por un escenario jurídico donde no se lesione su productividad y crecimiento”.

De acuerdo con Caicedo, ya se está creando un fondo para el financiamiento de las pymes, el cual busca, dentro de muy poco tiempo, “apalancar a las empresas que así lo requieran, mediante créditos con tasas tan favorables como competitivas”.

Esto hace parte de una solución al problema, pese a que no resuelve los varios dilemas a los que se enfrentan los industriales en el corto y mediano plazo. Por eso le piden al gobierno nuevas fuentes de financiación y algunas políticas públicas que despeguen el camino y les permitan seguir creciendo.

Es de resaltar que, según Fedesarrollo, un aumento del 0,5% anual en la inversión en infraestructura genera un incremento en el crecimiento del PIB del 0,8%, sin incluir los efectos de largo plazo asociados a cambios en la productividad. Además, por cada billón de pesos adicional invertido en el sector, se generan por lo menos 28.000 empleos, entre directos e indirectos.

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