Importante antes de empezar: las alternativas libres de humo NO son para menores de edad, personas que no fuman o mujeres embarazadas. Son únicamente para fumadores adultos. Estos productos no están libres de riesgo. Expertos afirman que, aunque la nicotina es adictiva y su consumo no está exento de riesgos, no es la causa principal de enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Lo que realmente preocupa es que menos del 10 % de las personas lo saben.
Quizás la palabra nicotina es de las primeras que se vienen a la mente cuando se piensa en cigarrillos. Curiosamente, dicha sustancia se encuentra presente de forma natural en el tabaco y también en vegetales y frutas de consumo diario como el tomate y la papa, en concentraciones mucho menores[1].
La nicotina es ampliamente reconocida como un componente adictivo, el cual implica ciertos riesgos y contradicciones. Por ejemplo, su uso puede afectar la salud de personas jóvenes, mujeres embarazadas o en estado de lactancia y personas con ciertas condiciones de salud como diabetes, enfermedades cardiacas, hipertensión o epilepsia. Con este precedente, surge la pregunta: ¿por qué se encuentra en alternativas basadas en reducción del daño si esta no está libre de riesgos?
De acuerdo con Karl Fagerström, miembro fundador de la Sociedad para la Investigación de la Nicotina y el Tabaco: “Se culpa erróneamente a la nicotina de todos los males que produce el tabaco. Incluso muchos médicos norteamericanos continúan pensando que la nicotina causa cáncer, cuando no es así. No es solo que las personas no tengan información, sino que la que les llega es incorrecta”.
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer de las Naciones Unidas, advierte: “La nicotina es un compuesto químico común que se encuentra en la planta del tabaco, cuyo efecto es generar adicción al tabaco, pero no provocar cáncer directamente”. Lo que sí es realmente dañino y nocivo es el humo que emana el cigarrillo por el proceso de combustión que ocasiona quemar el tabaco.
la nicotina es una de las razones por las que algunos adultos fuman, sin embargo, no es la única ya que también se relaciona con el ritual, la experiencia sensorial, o la carga emocional que se le imprime al hábito de fumar[2]. En este sentido, para que los fumadores adultos – exclusivamente ellos-, que de otro modo seguirían fumando, pasen de los cigarrillos a alternativas libres de humo que representan un menor riesgo, estos productos deben contener nicotina y también proporcionar una experiencia aceptable. De hecho, muchos fumadores afirman que solo cambiarían o abandonarían completamente los cigarrillos tradicionales si contaran con una alternativa.
¿Cuáles son los efectos de la nicotina en el cuerpo?
Una vez inhalada, la nicotina se absorbe mediante los pulmones y llega directamente al torrente sanguíneo, por donde viaja a través del cuerpo, llegando a los tejidos y órganos hasta toparse con el cerebro. Una vez ahí, esta sustancia se fusiona con receptores específicos liberando dopamina y demás neurotransmisores.[3] Como resultado de la estimulación repetida, el cerebro se adapta a la presencia de la nicotina, un proceso que es reversible cuando el usuario deja de consumir productos que la contienen.
Fagerström reitera que “se sigue asociando la nicotina a todas las enfermedades relacionadas con el tabaquismo, cuando la realidad es otra: en la combustión del tabaco se producen miles de sustancias químicas, de las que más de un centenar son dañinas para la salud. Ahí es donde está el peligro, en la combustión. Si el tabaco no se quema, el problema se reduce considerablemente”.
Es muy interesante que, de hecho, el principal riesgo para la salud sean los demás químicos, nocivos y potencialmente nocivos presentes en el humo producido la combustión del tabaco[4]. El Instituto Nacional para la Calidad de la Sanidad y de la Asistencia del Reino Unido, explicó que lo que causa enfermedades y riesgo de muerte son las toxinas y los carcinógenos en el humo del tabaco. Cuando un cigarrillo hace combustión se producen más de 6.000 químicos, de los cuales, unos 100 de esos han sido clasificados por agencias de salud pública como la potencialmente perjudiciales para la salud.
El camino por seguir
La mejor opción para un fumador es abandonar el hábito de forma definitiva. Sin embargo, muchos usuarios no están dispuestos a dejar la práctica, por lo que tienen derecho a conocer alternativas basadas en el concepto de reducción del daño científicamente probadas, las cuales no generan combustión. Esto, acompañado de los programas y medidas para desincentivar la llegada de nuevos fumadores y alentar a los consumidores a abandonar el tabaquismo.
Con el apoyo de la sociedad civil y la comunidad científica, el mundo puede transitar a un futuro libre de humo de manera rápida, segura y efectiva.[5]
Diferentes entidades del mundo, como el Instituto de Salud Pública de Inglaterra y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) han visto en algunos de estos productos una oportunidad para reemplazar a los cigarrillos tradicionales. Sin embargo, cabe aclarar que esto puede ser posible si los consumidores, sociedad civil, reguladores y demás actores cuentan con la información necesaria para tomar decisiones informadas y basadas en evidencia científica.
*Entre Coltabaco y Forbes existen acuerdos comerciales con el fin de publicar este artículo.
[1] PMI Corporate – The Facts about Nicotine
[2] PMI Corporate – Why is nicotine present in smoke-free products?
[3] PMI Corporate – Nicotine: What is it and why is it in smoke-free alternatives?
[4] PMI Corporate – El problema con la combustión
[5] PMI Corporate -Making the distinction between Tobacco, Smoke and Nicotine