Como a muchas mujeres en la industria musical, a Nina Rodríguez le han dicho qué cantar, cómo vestirse e incluso cómo moverse. La cantante ha tenido que rechazar varias ofertas por ser fiel a su esencia y hoy está convencida de que hizo lo correcto. Esta es su historia
¿Qué podría salir mal en la vida de una cantante? Todo es reflectores, seguidores, lujos y fama. Bueno, todo esto es solo la punta del iceberg. Hacer música en un país como Colombia no es como lo pintan y menos si no se hace lo que la ‘moda’ exige.
“Hay mucho machismo en la industria, muchas voces sobre lo que debemos hacer las mujeres, como debemos vestirnos, movernos y qué debemos cantar “, dice Nina Rodríguez quien se define como una rebelde que no hizo lo que se supone debía hacer para triunfar y aún así, lo está logrando.
El último sencillo de la cantante ‘El aire que respiras’ alcanzó más de 20.000 reproducciones en YouTube en un mes y su videoclip fue seleccionado para participar en dos festivales de música: uno en Norteamérica y otro en Colombia. Este lanzamiento es el primero de un álbum que saldrá en marzo de 2023 y promete devolverle a Nina parte de lo que ella le ha entregado a la industria.
Hoy la vida es más amable, pero no siempre fue así. Para llegar donde está, Nina ha tenido que ir contra corriente. Desde muy joven, cuando era Carolina a secas, supo que quería cantar y contar historias con su música, sin embargo, su familia no vio un futuro prometedor en la industria por lo que terminó estudiando diseño industrial. Una vez le entregó el diploma a su padre, le aseguró que seguiría su sueño y así lo ha hecho hasta ahora.
Dentro de su exploración artística, esta bogotana tuvo que rechazar contratos, dinero y oportunidades enormes por ser fiel a su esencia. Nina inició su carrera en el mundo del modelaje, por eso, cuando llegó a la música muchas personas se sintieron con el derecho de decirle qué hacer con su carrera. Entonces llegó la frustración y coincidencialmente también la pandemia.
Fue hasta el periodo de confinamiento cuando su carrera tuvo un punto de inflexión. Nina venía acostumbrada a sacar sencillos cada vez que podía, buscaba escenarios para compartir con un público y estaba acostumbrada a la cercanía con sus colegas, todo esto se vino abajo, junto con su ánimo. Pero fue precisamente allí, en lo más profundo, donde se encontró como artista.
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Ahora, bajo los ritmos del R&B en español, la cantante siente que está justo donde debe estar. Después de su próximo disco quiere seguir haciendo música y presentaciones, pero sus sueños no paran ahí, a Nina le gustaría escribir un libro, tener una película de música, hablar en foros y contar su historia. Con los ojos brillando asegura que “con soñar no se pierde nada, pero se gana muchísimo”.
Parte de su propósito también es inspirar y apoyar a más mujeres en el arte, mujeres que como ella quieren revolucionar la imagen que existe del género femenino. Las artistas son mucho más que un cuerpo o una cara linda, hay talento y calidad y es con estas poderosas armas que personas como Nina, o como muchas más que pasan desapercibidas en Colombia, quieren sentar un precedente de verdadero feminismo.