Camilo Zea, managing partner de Pronus, sostiene que las compañías fintech reguladas pueden llegar de manera irrestricta a muchos más clientes.

El socio gerente de Pronus, Camilo Zea, compartió recientemente sus ideas sobre el futuro de las empresas financiadas con capital de riesgo y los factores clave para asegurar el capital de financiamiento en el clima económico actual.

Cuando se le preguntó acerca de las perspectivas de estas empresas sobrevivientes, Zea afirmó que dependería de su capacidad para prescindir de nuevos aumentos de capital durante los próximos dos o tres años.

“Veo un poco más fluida la financiación en los negocios B2B o B2B2C, que son negocios que por la conexión vía empresas directamente o con consumidores a través de empresas, tienen para los inversionistas tiquetes de inversión más altos  y, por ende, el valor de vida de un cliente es mayor sobre su costo de adquisición y, adicionalmente, el costo de adquisición es menor porque se está haciendo a través de relaciones con empresas”, dijo Zea a Forbes.

En cuanto al sector fintech, Zea cree que aquellos con fondos suficientes para aguantar un par de años sin nuevos aumentos de capital, así como los jugadores más grandes, serán los que sobrevivan. Por otro lado, las empresas más pequeñas con un fuerte enfoque en operaciones B2C y altos costos de adquisición de clientes pueden enfrentar más desafíos. Zea también mencionó que algunas empresas más grandes de la región se están aprovechando de las dificultades de estas empresas más pequeñas para comprar sus tecnologías y/o mercados.

Cuando se le preguntó acerca de las claves para asegurar el capital de financiamiento por estos tiempos, Zea enfatizó la importancia de evitar los negocios B2C y, en cambio, centrarse en un modelo comercial bien estructurado con requisitos detallados de capex y opex, así como un horizonte de tiempo claro para las necesidades de financiamiento.

También destacó la importancia de un gobierno corporativo sólido, la capacidad de monetizar los datos, la escalabilidad entre países y una licencia regulada para las operaciones. Según Zea, las fintechs reguladas tienden a tener múltiplos más altos y una mayor escalabilidad en comparación con las que no están reguladas.

“El fintech no regulado no me gusta por dos motivos; primero porque fui regulador en otra encarnación, entonces obviamente tengo ese sesgo, pero, además, porque puedo dar fe de que las compañías fintech que son reguladas tienen una escalabilidad mucho mayor, por lógica, porque pueden llegarle de manera irrestricta a muchos más clientes, pero adicionalmente esas fintech reguladas tienen múltiplos mayores. Es decir, entre una fintech que hace crédito no regulado y una fintech que hace crédito regulado, esta última vale más. Tiene un múltiplo mayor”, sostuvo.

En general, estableció que el clima económico actual presenta desafíos para las empresas que buscan financiamiento, particularmente en el sector B2C. Sin embargo, aquellos con modelos comerciales sólidos, un gobierno corporativo sólido y la capacidad de monetizar datos y escalar entre regiones pueden tener una mejor oportunidad de asegurar el capital necesario para capear la tormenta actual.