Entre 2007 y 2019, la recaudación tributaria en América Latina y el Caribe apenas creció 7%.
Durante la última década, el 1% más rico ha capturado alrededor del 50% de la nueva riqueza en todo el mundo. Incluso, sin irnos más lejos, ese mismo 1% ha acaparado casi dos terceras partes de la nueva riqueza generada desde 2020 a nivel global, valorada en US$42 billones. Esa cifra representa casi el doble que el 99% restante de la humanidad.
Para el Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (Oxfam por sus siglas en inglés) en cooperación con el Fight Inequality Alliance, el Institute for Policy Studies y Patriotic Millionaires, un impuesto al patrimonio con escala progresiva de hasta el 5% a las fortunas multimillonarias y milmillonarias generaría US$1,7 billones de ingresos anualmente. Con este importe podría lograrse que hasta 2.000 millones de personas salieran de la pobreza, así como aplicar un plan de diez años para acabar con el hambre en el mundo.
En el caso de América Latina y el Caribe, cabe resaltar que la región cuenta con 91 milmillonarios, cuya fortuna neta es superior a US$1.000 millones. Juntos acumulan una riqueza de US$398.200 millones, una cantidad superior al PIB total de países como Colombia o Chile.
Asimismo, entre marzo de 2020 y noviembre de 2022, la riqueza de los milmillonarios de la región aumentó en un 21%, un crecimiento cinco veces más rápido que el PIB de la región durante el mismo periodo, que registró 3,9%. Este indicador se ubicó muy por encima de las previsiones de CEPAL para 2023, que afirmaban que no superaría el 1,3%.
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Por otra parte, entre 2007 y 2019, la recaudación tributaria en la región apenas creció 7%, y ha sido a costa de que el esfuerzo fiscal recaiga esencialmente sobre los trabajadores a través de impuestos sobre la renta personal, las contribuciones a la seguridad social o el consumo.
“Tres años después del inicio de la pandemia de la Covid-19 y de la crisis inflacionaria posterior, América Latina y el Caribe se ha convertido en una región más desigual, más empobrecida y mucho más polarizada social y políticamente”, dijo el director ejecutivo de Oxfam Colombia, Carlos Mejía.
En el caso colombiano, las cifras de Oxfam detallaron que, por cada 100 dólares de riqueza creada en los últimos diez años, 45 han ido a parar al 1% más rico y sólo 12,4 al 90% más pobre. A su vez, los cuatro colombianos más ricos poseen más riqueza que 25,5 millones de colombianos.
Con estas cifras en mente, la institución argumentó que un impuesto sobre la riqueza del 2% para los millonarios, del 3% para los que poseen más de US$50 millones y del 5% para los multimillonarios colombianos, recaudaría US$2.800 millones anuales. Esto bastaría para aumentar la inversión en educación en un 17%.