La inflación, que se ubicó en 13,12%, ha conllevado un incremento en el precio de los alimentos, lo que desincentiva la compra de opciones más saludables.
En el marco de la pandemia se evidenció una mayor conciencia sobre la salud, el bienestar integral y la protección del medioambiente, tanto que muchas personas adoptaron hábitos alineados a esas prioridades. Fue entonces que se fortalecieron tendencias como el estilo de vida fitness o la alimentación más sana.
La encuesta Hábitos de Consumo, elaborada por la firma Crowe Colombia, indica que la tendencia hacia una alimentación saludable podría mermarse durante este 2023; esto motivado por el alto costo de los alimentos, que en algunos casos han tenido incrementos de hasta el 50%.
La consultora detalla que la inflación, que se ubicó en 13,12% de acuerdo con el reporte más reciente del DANE, limita la capacidad de compra de los hogares, los cuales terminan privilegiando otros gastos sobre un cambio en la alimentación, pese a sus beneficios.
El estudio, que recoge las percepciones de 350 personas de diferentes regiones del país, señala que en 2022 el mercado saludable más económico se encontraba en los supermercados de barrio con un costo promedio de $489.750. Ese mismo mercado podría alcanzar un valor de $622.540 en los almacenes de grandes superficies y hasta $886.420 a través de canales digitales.
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Cifras que contrastan con el Informe mensual sobre el comportamiento del gasto en alimentos, que realiza la Andi con Raddar, según el cual, durante los últimos meses del 2022, el gasto de los colombianos en alimentación fue de $626.346, “que se elevará sustancialmente para 2023”, puntualizan desde Crowe.
“En las etapas de la pandemia y la post pandemia, las nuevas generaciones del país habían decidido, por salud, transformar sus decisiones de compra por alimentos más sanos, pero a la vez, de proteger la naturaleza y reducir la contaminación desde la nutrición”, destaca Jenny Mendoza, socia de Auditoría de la firma, y explica que el objetivo del estudio era comprobar cómo se afectaría esa tendencia.
En 2022, cerca de la mitad de los consultados aseguró consumir frutas de 1 a 3 veces por semana, el 43% de los encuestados consumía verduras de 1 a 3 veces por semana, el 12% dijo consumir proteínas de 1 a 3 veces por semana, la mitad aseguró ingerir carbohidratos más de 5 veces por semana y el 42% de los encuestados consumía lácteos o sus derivados de 1 a 3 veces por semana.
Según concluye la firma, las condiciones económicas y el alza en los precios de los alimentos influirán negativamente la transición hacia una alimentación más saludable, en especial para los hogares que devengan un salario mínimo o menos.
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