Según Francisco Lalinde, presidente de Viva Air, la pandemia, la guerra en Ucrania y el alza de los combustibles están entre las razones que tienen en jaque a la aerolínea.

Francisco Lalinde, presidente de Viva Air, tuvo que rendir cuentas ante la Procuraduría sobre la situación que vive actualmente la aerolínea luego del cese de sus operaciones. “Velar por los derechos de los pasajeros, por las condiciones laborales de 1.200 empleados y por el servicio aéreo”, fueron argumentos que la Procuraduría usó para citar al presidente.

Lalinde y sus abogados argumentaron que la pandemia, la guerra de Ucrania y el desproporcionado aumento de los precios de los combustibles fueron las variables que agudizaron la crisis de Viva Air. Además, indicaron la integración con Avianca es su apuesta de salvación. Sin embargo, la última palabra la tendrá la Aeronáutica Civil.

En otra mesa de trabajo la Procuraduría también escuchó a la Superintendencia de Transportes, la Aerocivil y la Superintendencia de Industria y Comercio-SIC- sobre las tareas que han adelantado, hasta el momento, para mitigar la crisis causada por el cese de actividades de la aerolínea. 

Allí se informó sobre la reubicación de más de 27.000 pasajeros y la debida orientación de los afectados para entablar sus reclamaciones y demandas ante la SIC, así como los trámites para obtener el reintegro del valor de los tiquetes.

“No obstante lo anterior, en razón de las medidas de control adoptadas por la Supertransporte, los tiempos de decisión de la Aeronáutica sobre la integración y la afectación a los trabajadores, además de las medidas adoptadas por la SIC en protección de los derechos de los usuarios y la libre competencia en el sector del transporte aéreo, la Procuraduría ha iniciado sendas averiguaciones con los respectivos procuradores judiciales y delegados para garantizar la legalidad, el debido proceso y la tranquilidad del sector”, manifestó Luis Ramiro Escandón, Procurador Delegado para la Conciliación Administrativa.