Alpina redujo en 25% las emisiones de carbono en los últimos 10 años al implementar un sistema de huella de carbono.

Al cierre de 2022, Alpina logró recoger la misma cantidad de plástico que puso en el mercado y neutralizar las emisiones de gases efecto invernadero en sus operaciones, cumpliendo así con su compromiso de llevar a cabo una operación neutra en CO2 durante el año pasado.

“Alpina ha estado y seguirá comprometida con el avance en materia ambiental. Conscientes de que falta camino por delante, también nos da orgullo compartir estos momentos en los que estamos demostrando nuestro compromiso con el cumplimiento de objetivos de desarrollo sostenible. Seguiremos trabajando y aprendiendo de la mano de aliados y consumidores para honrar nuestro propósito de nutrir un mundo más sostenible para darle sabor a la vida”, afirmó el director de asuntos corporativos de Alpina, Nicolás González.

Para lograr esta meta, la empresa ha disminuido en un 25% la emisión de CO2 durante la última década y generó un sistema de control de información y gestión de la huella de carbono. Adicionalmente, Alpina adquirió bonos de carbono que promueven proyectos de reforestación y conservación en un área equivalente a 2.700 hectáreas de bosque que proveen aproximadamente 32.400 toneladas de oxígeno.

La compañía también ha implementado cambios importantes en sus empaques desde 2020. Con el fin de reincorporar plástico reciclado o disminuir el uso de este material, ha reducido hasta 13% el calibre de bolsas UHT formatos familiares en productos como bolsa en leche, Yogo Yogo, Yogurt, entre otros, se dejaron de poner en el mercado 18 toneladas de plástico. En 2021, se redujo un 18% adicional.

Estos esfuerzos continuaron con la reducción del 41% en el peso de los vasos de 150 y 200 gramos de Kumis, Yogurt Original, Regeneris y Yogurt Finesse, con el cual se dejaron de poner en el mercado cerca de 130 toneladas de plástico. 

Alpina también le ha apostado a que sus productos sean fabricados con materiales biodegradables y reciclables. A manera de ejemplo, Frutto fue la primera marca en el país que dejó de usar pitillos plásticos y los reemplazó por pitillos de papel. Asimismo, la empresa reincorporó hasta 25% del material reciclado en todas sus botellas PET, así como 75% de plástico reciclado en las sobrecopas de Bon Yurt.

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