Las especulaciones sobre la inminente quiebra de SVB Financial han aumentado desde el lunes, cuando la empresa anunció que "exploraría alternativas estratégicas" para sus negocios restantes.

Pocos días después de que su antigua filial, Silicon Valley Bank, fuera declarada en quiebra y asumida por los reguladores, SVB Financial se declaró en quiebra en Nueva York el viernes, en un intento por salvar los activos y negocios que aún controla, incluidos su banco de inversiones y su rama de capital riesgo.

El viernes por la mañana, SVB Financial anunció que había presentado una petición voluntaria de reorganización judicial ante el Tribunal de Quiebras del Distrito Sur de Nueva York.

La empresa, que ya no está afiliada a Silicon Valley Bank ni a su sucesor, Silicon Valley Bridge Bank, controlado por el Gobierno, dijo que tiene unos 2.200 millones de dólares de liquidez y 3.300 millones de dólares de deuda financiada.

SVB Securities, el negocio de corretaje de SVB, y los fondos de su negocio de capital riesgo, SVB Capital, no están incluidos en la solicitud.

En un comunicado, el director de reestructuración de SVB Financial, William Kosturos, dijo que el proceso del Capítulo 11 permitirá al holding “preservar el valor” mientras evalúa opciones para sus “preciados negocios y activos, especialmente SVB Capital y SVB Securities”.

Las especulaciones sobre la inminente quiebra de SVB Financial han aumentado desde el lunes, cuando la empresa anunció que “exploraría alternativas estratégicas” para sus negocios restantes, incluida su plataforma de capital riesgo y crédito privado de 9.500 millones de dólares.

El anuncio se produjo después de que el banco de la empresa se derrumbara abruptamente el viernes, obligando a la Corporación Federal de Seguros de Depósitos a declararlo banco fallido y hacerse cargo de sus depósitos. Según las normas de quiebra, si los tenedores de bonos no son compensados, los accionistas son eliminados, señala el estratega jefe de Interactive Brokers, Steve Sosnick.

“La quiebra de SVB es consecuencia de algo mucho mayor, y es que podríamos estar ante el comienzo, y no el final, de un ciclo más amplio de morosidad, impago y quiebra”, afirma Iain Cunningham, gestor de carteras de la empresa de inversión Ninety One.

Publicado en Forbes US