El primer panel del foro '30 promesas de los negocios' se centró en revisar el performance de los emprendimientos seleccionados por Forbes. Desde su crecimiento hasta sus factores de innovación, así como los desafíos que han enfrentado.

La cuarta edición del listado de 30 promesas de los negocios de Forbes Colombia fue una oportunidad para que diferentes emprendimientos que han pasado por las páginas de la revista compartieran sus experiencias retos a la hora de emprender. La conclusiones no solo arrojan un panorama positivo, sino que muestran un consenso envidiable en el ecosistema: sí se puede.

“No era cool emprender cuando empecé (…) Esto ha venido evolucionando a través de los buenos emprendedores y buenas experiencias que han traído foco inversor a países como Colombia, ya no solamente de fondos locales, sino de fondos que antes no invertían en Latinoamérica”, dijo el cofundador de Mezubo, Nicolás Pardo.

En esto concordó la cofundadora de Bold, Ana Sandoval, quien destacó que “lo más importante es el ejemplo”. En el caso de su emprendimiento, destacó que nadie en Colombia sabía qué era pagos online cuando arrancaron, por lo que le aconsejaron no dejar su trabajo ni su salario en el sector financiero al no existir un referente en dicho campo. Hoy en día, el panorama es totalmente diferente.

Un caso particular fue el del cofundador de Home Capital, Andrés Londoño, quien arrancó su emprendimiento con fondeo propio, según confesó durante la charla con Forbes. El ejecutivo reconoció que los inicios fueron muy duros, pues se debe reconocer que tener un capital no va a ser suficiente para llevar el proyecto a una escala determinada.

Los tres panelistas concordaron en que, para lograr sacar adelante un emprendimiento con todos los retos ya mencionados, se requiere un factor importante de autoconvencimiento, sobre todo después de que, en los tres casos, las experiencias laborales previas se habían dado en grandes multinacionales. No obstante, se identificaban con otras cosas que los llevaron a emprender.

De ahí que, al ser emprendedores, volver a la vida corporativa no está en los planes de ninguno, pero son conscientes de que los sueños no llegarán a nada sin ejecución. Solo basta creer que el mercado está ahí y que las ideas pueden llegar a solucionar un problema, así como estar dispuestos a lanzarse y dar la batalla.

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