La capital peruana es destino de variados e inigualables atractivos. Un lugar donde se puede vivir experiencias únicas que van desde visitar diversos lugares históricos y prehispánicos, comer en los restaurantes más aclamados del mundo o en puestos callejeros, hasta surfear en las mejores olas del Océano Pacífico.

Desde que se pisa la ciudad se siente que no será un viaje común. Perú es sinónimo de inspiración y sabiduría ancestral, y Lima, su capital, es el lugar donde se amalgama la historia, las posibilidades, los saberes, sabores y el futuro del país. Solo hace falta salir del aeropuerto para sentir que Perú sigue más vivo que nunca. Aquí nuestros tres recomendados de por qué visitarla siempre será una buena idea.

Una ciudad que convive con el mar

Costa verde, Lima  © Carlos Ibarra / PromPeru

Perú se caracteriza por su impresionante línea costera que supera los 3.000 kilómetros en su litoral. Esto se traduce en infinidad de atractivos turísticos y naturales que llevan a los visitantes al corazón del país. Lima es una prueba viviente de ello.

De hecho, es la única ciudad capital en Sudamérica con vista al Océano Pacífico, lo que le da ventajas importantes sobre otras ciudades como destino turístico. Quizás la más notoria es que es despensa directa de su exquisita gastronomía con ingredientes sacados prácticamente del mar a la mesa.

Otro de los principales atractivos de la ciudad son sus muy buenas olas para practicar surf. Expertos en el tema dicen que las playas del Perú tienen de las mejores del mundo para correr olas por su gran variedad de tamaños durante todo el año, olas pequeñas, largas, tubulares, con altos picos e infinidad de rompientes.

La capital peruana cuenta con más de 10 escenarios ideales para la práctica de este deporte, recientemente declarado como olímpico. Sin salir de la ciudad se encuentra el circuito de playas de Costa Verde, reconocido por sus acantilados llenos de edificios altos y diversas zonas ideales para surfear. Apenas a 45 minutos del casco urbano se encuentran las emblemáticas y desafiantes olas de Punta Rocas, Señoritas, San Bartolo y Pico Alto;

Fuera de Lima Metropolitana, en un trayecto de una hora al sur, en la provincia de Cañete, está la playa Cerro Azul, nombrada en la canción “Surfin’ Safari” de los Beach Boys. 

Para los entusiastas de la naturaleza, a tan sólo una hora al norte se ubica el Callao, la provincia constitucional del Perú, allí encontrarán las Islas Palomino, en donde podrán avistar la fauna endémica e inclusive nadar con lobos marinos.

Una ciudad con gastronomía de otro nivel

Lomo saltado  © Adrián Portugal / PromPeru

Perú tiene una identidad culinaria alabada por muchos países: desde sus recetas tradicionales, técnicas de cocción sofisticadas, maridajes y mezclas, hasta la presentación de platos creativos. Cada región es un viaje en sí mismo y Lima es donde se reúne la sazón de los sabores y saberes regionales, principalmente.

En la considerada Capital Gastronómica de Latinoamérica todo gira en torno a la comida. Algo que se nota en el nivel de sus restaurantes, bares y tabernas donde se fusionan miles de años de sabores e ingredientes de costa, andes y amazonía para repetir más de una vez.

Para cualquier viajero es imposible dejar de probar el emblemático cebiche, degustar comida china en una chifa, una palabra de origen cantonés donde “chi” significa comer y “fan” es arroz, saborear los icónicos anticuchos, visitar los restaurantes Central, Maido, Mayta, considerados como los mejores del mundo según la lista de The World’s 50 Best Restaurant. Sin duda, la idea es adentrarse en un recorrido a través de aromas, texturas y un sinfín de sorpresas que le harán agua la boca.

Algo por resaltar es que la cocina peruana actual no solo trae toda la herencia prehispánica, muy viva en sus sabores e ingredientes, sino que se ha alimentado de diversas influencias que han llegado a la ciudad a lo largo de las décadas desde la cocina europea, asiática y africana, lo que permite una variedad tan grande que un solo viaje es corto para probarlo todo.

Eso sí, ningún plato o experiencia gastronómica peruana estaría completa sin un buen Pisco Sour, quizás la bebida más emblemática para los que llegan a conocer la ciudad. El Pisco es un destilado de uva, su nombre proviene de una palabra quechua que significa avecilla o pájaro.

En diversos bares hay cocteles de autor donde el Pisco es protagonista, como el Chilcano, Pisco Punch, Cóctel de Algarrobina, entre otros. Para preparar un Pisco Sour se pone en la coctelera el Pisco, zumo de limón, sirope de azúcar, hielo y clara de huevo. Todo se mezcla muy bien para formar la espuma característica que se finaliza, opcionalmente, con unas gotas de amargo de angostura por encima. La bebida tiene variaciones y recetas a lo largo de la ciudad, la invitación es a probarlas, siempre con moderación.

Una ciudad para los amantes de la cultura

Centro histórico de Lima  © ATTA / Charley Voorhis

Como buena ciudad capital tiene una variedad cultural enorme y que fácilmente cubrirá todas las expectativas de los viajeros, desde centros prehispánicos hasta el arte moderno.

La ciudad fue fundada oficialmente en el siglo XVI, pero tiene un rico pasado precolombino que se remonta a la Cultura Lima, que integró a los valles de Chillón, Rímac y Lurín. Luego el territorio fue ocupado por la Cultura Ychsma y, finalmente, conquistado por el Imperio Incaico. Gracias a siglos de historia existen 431 sitios arqueológicos o huacas, 377 de ellos son Patrimonio Cultural de la Nación. Además, las mejores colecciones de la época prehispánica se encuentran en el Museo Larco.

Con la llegada de la época virreinal aparecieron emblemáticas edificaciones en el Centro Histórico con una imponente arquitectura que conserva los más famosos ejemplos de herencia española. Los monumentos históricos de carácter público tienen en su interior entidades clave para el país, como la Plaza Mayor o Plaza de Armas, el Palacio de Gobierno y el Palacio Municipal. Otro aspecto que atrae a los turistas son las numerosas iglesias y conventos, como la Catedral, el Palacio Arzobispal, la Iglesia de Santo Domingo o el Museo Convento de San Francisco y catacumbas.

Dar un paseo por el centro histórico y apreciar cada detalle en las casonas, que conservan en sus fachadas y balcones la tradición del barroco hispanoamericano, siempre será una buena opción para los que visitan el lugar por primera vez, y para aquellos que encuentran en esta zona un imperdible cultural, gastronómico y turístico. Gracias a esta variedad de lugares, en 1991 el Centro Histórico fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

Para los que les siguen la pista a las tendencias artísticas de los últimos años en el Perú, la ciudad es sede del Museo de Arte de Lima (MALI), que resguarda una impresionante colección artística local e internacional.

Sin duda visitar la capital del Perú es una buena idea para los viajeros de primera vez o los que vuelven buscando más, ya sea aventura, gastronomía, cultura o como parada obligatoria para empezar su recorrido por el país. Lima es una ciudad de imperdibles, con cientos de opciones para considerar desde antes de llegar, y con cientos más que se descubren allí.