Profesores, estudiantes y egresados cuestionan la gestión del rector Alejandro Cheyne y aseguran que en los últimos meses "la institución ha estado expuesta a procesos y decisiones irregulares". ¿Qué está sucediendo?

Malestar, incertidumbre y preocupación es lo que sienten en este momento decenas de estudiantes, profesores y egresados sobre las más recientes decisiones que se han tomado en la Universidad del Rosario, una de las instituciones de educación superior más importantes de Colombia. Se trata de un ambiente que se ha vuelto insostenible y que involucra presuntas decisiones arbitrarias del rector, Alejandro Cheyne, y del decano de la Facultad de Economía, Miguel Gómez.

La gota que rebosó el vaso se dio el pasado 6 de junio cuando se confirmó el despido de dos profesores de la Facultad de Economía: Santiago Sautúa y Stanislao Maldonado. Sin mayores detalles, los académicos fueron citados a la Universidad, donde se les informó su desvinculación por decisiones administrativas.

Aunque de entrada parecía una rescisión normal de dos contratos laborales, lo cierto que las instituciones académicas deben seguir criterios internacionales de vinculación y desvinculación de profesores. En efecto, este hecho fue el detonante para que decenas de alumnos, académicos y egresados expresaran sus preocupaciones sobre lo que realmente está sucediendo al interior de esa Facultad y, en general, en la Universidad.

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Por eso, dos días después se conoció una carta firmada por más de 80 estudiantes y egresados, quienes expresaron una “profunda preocupación y descontento con respecto a los recientes despidos de los profesores”. De hecho, a renglón seguido, advirtieron: “Estos hechos se suman a las reiteradas acciones del nuevo decano Gómez Martínez, quien ha tomado decisiones que han sido contradictorias con la construcción de calidad académica, prospectiva y con miras en el largo plazo que habían sido tomadas por las decanaturas anteriores y la comunidad académica e investigativa”.

La misiva, enviada al rector Cheyne, a consiliarios, consoliarias y colegiales, que, en la práctica son la junta directiva de la Universidad, también expresaba que estos sucesos se sumaban “a que en los últimos meses la institución ha estado continuamente expuesta a procesos y decisiones irregulares, poco transparentes y que no tienen en cuenta la postura de los profesores, estudiantes y egresados”.

En ese documento, se le solicitó al rector y al equipo directivo de la Universidad la renuncia del decano Gómez Martínez, quien, argumentaron, “ha mostrado un profundo desprecio e incapacidad para liderar los objetivos de la Facultad”.

Asimismo, insistieron que se deben dar procesos de contratación y despido claros, que correspondan con los estándares internacionales. “No estamos de acuerdo con contrataciones ni despidos discrecionales, que pongan en riesgo la calidad académica de la institución y su reputación a futuro”.

La situación

Si bien lo sucedido marcó un precedente en la Universidad, todo indica que es una de las tantas alertas que se han generado en los últimos meses por cuenta de las decisiones que ha tomado Cheyne en su administración.

Profesores y exprofesores, que pidieron no revelar su identidad, confirmaron con Forbes que es una situación que no solo sucede en Economía, sino también en otras facultades. Advirtieron, incluso, que desde el último año la Universidad se ha convertido en un fortín para Cheyne, quien mueve los hilos de la universidad sin cumplir los procesos de gobierno corporativo o los estándares a los que se debería regir la institución.

“En varias facultades han pasado cosas graves. Te voy a hacer una introducción sobre cómo está el ambiente institucional y cuál es la causa. Acá la fuente de esto es el rector, Alejandro Cheyne. Fue decano de administración y a raíz de que eligen al presidente Duque, José Manuel (Restrepo) deja la rectoría para irse al Gobierno. En ese momento, se dieron las elecciones en el Rosario y sonaba Alejandro Gaviria, pero al final no fue elegido. Por eso ante esa oportunidad Cheyne salió elegido”, cuenta un profesor como contexto.

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Cheyne llegó al cargo con algunas críticas frente a su liderazgo y gestión administrativa. En medio de esa transición, precisamente Mónica Pachón, quien para entonces se desempeñaba como decana de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales del Rosario, renunció a su cargo.

Semanas después, la académica fue reemplazada por Julio Londoño Paredes, quien se desempeñó como Canciller en el gobierno de Virgilio Barco y que, según voces al interior de la Universidad, es muy cercano al rector.

De esta misma manera, “echó a la que era la vicerrectora de José Manuel (Restrepo) e hizo cambios importantes en la facultad de derecho”, añade otro profesor.

Una de las críticas es que durante su primera gestión movió las fichas y nombró a rosaristas cercanos a él (y antiguos subalternos suyos en la Facultad de Administración), en Consiliatura, que es el máximo organismo directivo de la Universidad del Rosario.

“Hay personas que no están pasando por el proceso meritocrático y claro todo lo que hace ese rector es sujeto de cuestionamiento. Sin embargo, para mí, el cuestionamiento más importante es la destrucción del Gobierno de la Universidad”, destaca una profesora que ya se retiró de la institución.

Con 16 de 19 votos, Cheyne logró la reelección como rector en agosto de 2022 y así, advierten desde la Universidad, “ratificó su poder”. De hecho, advierten fuentes consultadas por Forbes que fue el mismo rector quien promovió la salida de Carlos Sepúlveda, quien fue decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario por más de 7 años, para poder nombrar a Miguel Gómez Martínez como decano.

“Llega Miguel Gómez y eso causó una revolución dentro de la facultad, porque es cambiar una académico (Sepúlveda), por un político. Nosotros dijimos: bueno, no se consideró una transición interna, y tampoco se nos consultó y ni se nos avisó. Eso fue un golpe duro, comenzamos mal y a partir de ahí la cosa se pone de mal en peor”, añadió el profesor Juan Fernando Vargas, quien también habló con Forbes y a quien no le importó ser citado.

Tras su salida de Fasecolda, Gómez llegó a la facultad de Economía del Rosario en enero de este año. A través de un comunicado, el mismo Cheyne manifestó: “Con el propósito de liderar nuevos desafíos, he designado al doctor Miguel Gómez Martínez, economista del Instituto de Estudios Políticos de París, como nuevo decano de la Facultad Economía de la Universidad del Rosario a partir del 18 de enero”.

Desde entonces, varios profesores han rechazado la gestión de Gómez al argumentar que toma decisiones arbitrarias sin respeto al gobierno corporativo. De hecho, el decano estuvo en el ojo del huracán luego de un presunto comentario “sexista” en su discurso de posesión.

“Un buen discurso debe ser como la falda de una mujer: suficientemente largo para cubrir el tema, pero suficientemente corto para ser interesante”, dijo Gómez en su momento, una frase que despertó el rechazo de la comunidad universitaria.

Críticas internacionales

En las últimas horas, Forbes también conoció otra carta en la que más de 300 profesores locales e internacionales manifestaron igualmente su preocupación sobre los más recientes despidos de sus integrantes.

“A lo largo de las últimas décadas, distintas universidades en Colombia han adoptado esquemas de contratación y ascenso de profesores basados en la calidad de sus publicaciones académicas, la docencia y el aporte institucional. Esquemas comparables a los procesos de contratación existentes en instituciones internacionales de calidad. Estos incentivos han sido fundamentales para fortalecer la academia latinoamericana y fomentar la excelente en la formación de economistas”, dicen en la carta.

Profesores de la Universidad de California, Boston, Toronto, Ottawa e incluso economistas del Fondo Monetario Internacional, entre otros, también advierten en esa misiva que “estos despidos no solo afectan a los profesores directamente involucrados, sino que también tienen un impacto negativo en la academia colombiana. Si la Universidad del Rosario pierde, todos perdemos”.

Ante esto, Forbes consultó con Gómez sobre la situación al interior de la Facultad, pero al momento de publicar esta historia no se recibió respuesta.

Asimismo, esta revista envió un cuestionario de cinco preguntas para el rector Alejandro Cheyne con el objetivo de aclarar las más recientes decisiones que se han tomado, así como esclarecer cómo se llevó a cabo su proceso de reelección.

Al momento de publicar esta nota, el equipo de prensa de la Universidad tan solo aclaró: “No te tengo aún razón. Aunque sobre el tema te puedo decir que la Universidad del Rosario, el pasado 6 de junio, desvinculó a dos profesores de la Facultad de Economía. Lo anterior, obedece a decisiones administrativas que se rigen dentro de los parámetros de la ley y de la autonomía que le corresponde a la institución en dicha materia”.

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