Rusia enfrenta el peor escenario: mientras está en medio de una guerra por su invasión a Ucrania, una nueva guerra parece crecer dentro de su territorio. Un grupo paramilitar se alzó en armas contra el gobierno de Putin.

El grupo de mercenarios Wagner se declaró en rebeldía contra el Ministerio de Defensa de Rusia, y su jefe, Yevgueni Prigozhin, anunció que su ejército privado cruzó la frontera rusa y está entrando en la región de Rostov, en el sur del país.

“Hemos cruzado la frontera estatal en todos los lugares. Los guardafronteras salían y abrazaban a nuestros combatientes. Ahora entramos a Rostov”, afirmó en un audio publicado en su canal de Telegram. Según el jefe de Wagner, “las unidades del Ministerio de Defensa, o mejor dicho, los reclutas que lanzaron a cortarnos el paso, se hicieron a un lado”.

“No combatimos contra niños, no matamos niños. (El ministro de Defensa ruso, Serguéi) Shoigú es el que mata niños, lanza soldados no preparados, incluyendo reclutas, a la guerra”, dijo. Según el jefe de Wagner, el Ministerio de Defensa envió a detener su avance a “muchachos de 18 años, que podrían ser nuestros hijos o nietos”.

Esta rebelión armada supone el mayor desafío contra el presidente ruso, Vladímir Putin, en los más de 23 años que lleva en el poder y pone a prueba la unidad de los altos mandos de su Ejército. El alzamiento -de hecho, una guerra dentro de otra guerra- se produce en el peor momento para las Fuerzas Armadas rusas, que afrontan en Ucrania una contraofensiva de las tropas de Kiev.

El jefe de los mercenarios, con buenas relaciones con miembros del generalato, quemó todos los puentes con el Kremlin al rechazar las exigencias de rendición formuladas por Putin, y anunció una “marcha pacífica” de sus unidades hacia Moscú. Aunque se desconoce el número exacto de mercenarios que forman partes de los Wagner, su efectivos de cifran en más de 25.000, según distintas estimaciones.

Si bien Putin afrontó diversos ataques terroristas, incluidos en Moscú, durante la segunda guerra de Chechenia (1999-2009), nunca antes se había visto en la tesitura de una insurrección de fuerzas que combatían a sus órdenes.

En opinión de la inteligencia militar británica, Rusia afronta el “desafío más significativo” en los últimos tiempos y la “lealtad” de sus fuerzas de seguridad será “clave” para el desenlace de la crisis.

“Durante las próximas horas, la lealtad de las fuerzas de seguridad de Rusia, y especialmente las de la Guardia Nacional Rusa, serán clave para cómo se va a desarrollar la crisis”, tuiteó el Ministerio de Defensa.

En una confirmación de la gravedad de la situación, el presidente ruso no dudó en comparar la rebelión de los Wagner con las deserciones masivas de los soldados rusos en los frentes de la Primera Guerra Mundial que llevaron a la revolución bolchevique de 1917 y a la descomposición de Rusia.

“No permitiremos que se repita. Defenderemos a nuestro pueblo y a nuestro Estado de cualquier amenaza, incluida la traición interna”, afirmó el jefe del Kremlin en un mensaje a la nación en el que advirtió de que castigará con dureza el motín.

En la práctica, el líder de los Wagner ha hecho suya parte de la retórica de los agitadores bolcheviques en el Ejército ruso durante la Primera Guerra Mundial al afirmar que él y sus hombres no quieren que “el país siga viviendo sumido en la corrupción, la mentira y la burocracia”.

-EFE-

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