Desastres ambientales en todo el planeta que incluyen inundaciones y temperaturas récord tienen alarmado a todo el mundo. ¿Qué está pasando?

Esta semana, el planeta Tierra rompió tres veces el récord con las temperaturas promedio más altas registradas en la historia, según informaron las autoridades ambientales de Estados Unidos. Hay preocupación por el impacto del cambio climático en la región, ad portas de un Fenómeno de El Niño.

A esto se suman la crisis por cuenta de la sequía que tiene a Uruguay al borde de quedar sin abastecimiento de agua potable para su población. Como si fuera poco, las inundaciones han vuelto en el hemisferio norte y han puesto contra las cuerdas a las poblaciones de ciudades tan importantes como Zaragoza en España.

¿Qué es lo que está pasando? Muchos expertos ven en estos fenómenos la prueba irrefutable de que el calentamiento global ya se le está saliendo de las manos a la humanidad.

Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) encendió las alarmas al señalar que la contaminación del medioambiente y el cambio climático causan 1,4 millones de muertes prematuras en Europa y han planteado que la solución es avanzar hacia sociedades sanas, equitativas y sostenibles.

Así lo señala el ente multilateral en la “Declaración de Budapest” publicada el viernes 7 de julio luego de la Séptima Conferencia Ministerial sobre Medio Ambiente y Salud en la capital húngara.

La declaración está firmada por los ministros de Sanidad de 54 países europeos que aseguran estar “alarmados por la importante y persistente carga de mala salud debida a factores de riesgo ambiental en la región europea de la OMS”.

El caso de Latinoamérica

Si la situación de los países europeos y del hemisferio norte es crítica, no lo es menos los de las naciones latinoamericanas.

Fenómenos como sequías, ciclones, deshielo de glaciares e incendios forestales son cada vez mayores y con impactos muy importantes sobre la población. Así lo alertó esta semana la Organización Meteorológica Mundial (OMM), dependiente de la organización de las Naciones Unidas (ONU).

La dependencia presentó el miércoles pasado en La Habana su informe “El estado del clima en América Latina y el Caribe”, en el que destaca que “los fenómenos meteorológicos extremos y los choques climáticos se están agravando” en la región.

Esto está acelerando “la tendencia al calentamiento a largo plazo y el aumento de nivel del mar”. Según los registros de la OMM, las temperaturas han aumentado en la región un promedio de 0,2 grados centígrados por década en los últimos 30 años, la mayor tasa constatada a nivel global.

Según la OMM, la crisis climática (y recientemente también los fenómenos de La Niña y de El Niño) está azuzando sequías prolongadas -que conllevan un descenso de la producción hidroeléctrica y un aumento del uso de combustibles fósiles, peores cosechas e incendios forestales “sin precedentes”-, el deshielo de los glaciares de la región, y los ciclones y las lluvias torrenciales, que provocan inundaciones con graves daños personales y materiales.

En concreto, esta organización registró el año pasado “78 peligros meteorológicos, hidrológicos y climáticos” en América Latina y el Caribe.

Se trató principalmente de tormentas e inundaciones, pero también se produjeron huracanes, sequías e incendios forestales que dejaron al menos 1.153 víctimas mortales documentadas y daños económicos por valor al menos 9.000 millones de dólares.

Esta agencia especializada de la ONU propone ante esta situación incidir en “las principales esferas prioritarias” de la adaptación a la crisis climática y la mitigación de sus efectos: la agricultura, la seguridad alimentaria y la energía (con especial énfasis en la expansión de las renovables).

“Existe la posibilidad de aprovechar los recursos solares y eólicos de la región, que en 2020 representaban solamente el 16% de la generación total de energías renovables”, y en su mayoría provienen de la hidroeléctrica, apunta el informe de la OMM.

En cuanto a la seguridad alimentaria, el documento advierte que América Latina y el Caribe desempeñan “un papel fundamental en la producción de alimentos” por contar con alrededor de un 8% de su población “subalimentada” y exportar parte de su producción agrícola y ganadera al extranjero.

El papel de las potencias

El tema del cambio climático también fue central en el encuentro que sostuvieron la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, con el viceprimer ministro chino responsable de la política económica, He Lifeng, en Pekín.

Además de reducir las tensiones geopolíticas, la visita de Yellen busca fijar áreas de colaboración bilateral sobre los asuntos asociados a las emisiones de gases efecto invernadero.

“Como los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo y los mayores inversores en energía renovable, tenemos la responsabilidad y la capacidad conjuntas de liderar el camino”, afirmó Yellen en una mesa redonda de expertos en Pekín.

“El mantenimiento de la cooperación entre Estados Unidos y China en la financiación contra el cambio climático es crucial”, agregó.

Con información de agencias (EFE, DW)