Expertos están llamando la atención sobre la manera en que el gobierno Petro está presupuestando sus gastos para el próximo año. Ya dicen que la tributaria pasada no alcanza.
La creación del Ministerio de la Igualdad con una estructura que exigirá solo en nómina $3.700 millones y en presupuesto total $500.000 millones fue motivo para que muchos criticaran el exceso de gasto. Todo indica que este va a ser el talante de la actual administración en los próximos años. Por eso muchos se preguntan hasta dónde va la estrategia de gasto del Gobierno Petro.
El ex ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, encendió las alarmas en su habitual columna de los sábados en el diario El Tiempo. El economista señaló que uno de los factores clave será el manejo de las finanzas públicas.
“El Gobierno acaba de anunciar que en 2024 aumentará el déficit fiscal y la deuda (como porcentaje del PIB), interrumpiendo la senda de ajuste que se inició el año pasado. Pero hay algo más preocupante: el ‘Marco fiscal’ prevé ingresos de la Dian que son inverosímiles. Lo grave es que el Gobierno planea mantener el gasto público en 2024 en niveles muy similares a los de 2020, cuando aumentaron para enfrentar la pandemia. Ingresos sobreestimados, gastos elevados y déficit al alza no son una buena mezcla”.
Lo que más preocupa es que el Gobierno Petro tome decisiones populares pero costosas en aras de ajustar su “economía política”, es decir, mantener a todo el mundo contento.
Advierte Cárdenas que en ese sentido se podrían seguir aumentando las transferencias a hogares, congelar peajes y tarifas de servicios públicos.
De hecho, una crítica adicional que se le podría hacer es que no ha subido el precio del Acpm, que representa la mayor porción del déficit del Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (Fepc).
Pues Cárdenas no es el único que encendió las alarmas. Ahora el Comité Autónomo de Reglas Fiscal, que analiza el cumplimiento de las metas fiscales del Gobierno, advirtió sobre el balance entre ingresos y gastos de la actual administración. La preocupación surge de revisar el Marco Fiscal de Mediano Plazo que fue presentado en sociedad hace un par de semanas.
El comité destaca que los supuestos macro son realistas y consistentes y elogia el esfuerzo del gobierno por subir los precios de los combustibles para recortar el déficit del Fepc..
No obstante alerta que en la próxima vigencia habrá un “deterioro tanto del déficit fiscal como de la deuda neta del Gobierno, a pesar de haberse aprobado dos reformas tributarias en los últimos dos años que aumentaron de forma importante los ingresos de la Nación (en cerca de 4% del PIB, a 2024)”.
Pone la lupa en el incremento de 1,2% del PIB en el gasto primario (diferente de intereses y pagos de deuda) para este y el próximo año. Para el comité, esto “impone una mayor presión sobre las cuentas de la Nación y revierte los logros en ajuste primario alcanzados después de la pandemia, en 2022, y los que se esperaban para 2023 en el escenario previo. Los balances primarios de 0% del PIB que se obtendrían en 2023 y 2024 son inferiores a los programados en el Plan Financiero de comienzos del año, y a los necesarios para estabilizar la deuda del Gobierno”.
El balance primario (antes del pago de deuda) es importante, porque cuando hay superávit o balance cero significa que el país no se está endeudando para pagar su deuda. Es decir, que solo con superávit primario se reduciría el nivel de endeudamiento, tema que ha sido central para las agencias calificadoras.
El Comité también pone en tela de juicio la manera como el Gobierno va a obtener ciertos ingresos. “El cumplimiento proyectado de la meta de déficit para 2024, 2025 y 2026 presentado por el Gobierno Nacional en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), depende de ingresos no estructurales y de naturaleza incierta (Arbitramento de litigios), que deben ser considerados como transacciones de una única vez. Al hacer este ajuste, el gasto previsto en el MFMP no cumpliría con las metas de balance primario neto estructural de la Regla Fiscal en un monto cercano al 1% del PIB para 2024, 0,6% para 2025 y 0,3% para 2026”.
Advierte el Comité que si se presupuesta un tope de gasto como el previsto en el MFMP, “se estaría dando pie a un eventual incumplimiento de la Ley de la Regla Fiscal, al no cumplirse la correspondencia entre gastos e ingresos estructurales”.
Esto lleva a concluir a los expertos que el Marco Fiscal no lleva al país a cumplir su objetivo de consolidación fiscal, porque no se reducirían ni el déficit ni la deuda neta.
“Sin la reducción en los dos indicadores, déficit y deuda, se dificulta la convergencia hacia el objetivo planteado por la Regla Fiscal para el 2026, una vez termine el período de transición”, comenta el informe revelado hoy.
Finalmente, el Comité advierte que el Gobierno se va a quedar sin margen de maniobra fiscal ante eventuales golpes como una caída en los precios de los combustibles, una desaceleración de la economía o una devaluación del peso o una inflación alta y persistente.
A todo esto hay que sumarle que el Marco Fiscal no tiene en consideración las mayores erogaciones originadas por las reformas a la salud y de pensiones.
“El Comité estima que, en el corto plazo, estas reformas pueden representar una mayor necesidad de gasto anual superior a 0,7% del PIB. Dado que la senda de gasto propuesta por el Gobierno no deja ningún margen, este gasto incremental no tendría espacio fiscal dentro de la programación, y, en consecuencia, la aprobación de dichas iniciativas requeriría la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos estructurales”.