La financiación para el agro puede resultar muy difícil. Por eso son necesarias alternativas como los repos y el factoring.

La financiación de las actividades agrícolas es en sí un problema. La particularidad de la industria del agro exige, por ejemplo, adaptarse a las estacionalidades de las cosechas, a los golpes del clima, a las enfermedades y malezas e, inclusive, a los desafíos logísticos. En general se trata de una actividad donde es muy difícil determinar con claridad los riesgos. Por eso acceder a crédito para los agricultores y ganaderos es muy difícil y costoso.

Pero se han ideado mecanismos de financiamiento asociados a los inventarios de cosechas que han permitido, inclusive, idear mecanismos de factoring que permitan a los agricultores tener acceso a capital de trabajo.

De acuerdo con Carlos Fernando Ortiz, Gerente General de Comfinagro, firma que opera en el marco de la Bolsa Mercantil de Colombia, actualmente hay diferentes formas para financiarse por una vía novedosa.

La primera es el registro de facturas para obtener las certificación para evitar la retención en la fuente ante el pagador. Esto favorece el flujo de caja de los agricultores y ganaderos.

“Esto funciona así: alguien tiene una factura que emitió para cobrarle a alguna gran cadena como el Éxito o D1 a la que le vendió arroz. Si no utiliza este mecanismo de la BMC, entonces cuando la compañía deudora le paga, le practican una retención de entre 1,5 y 2,5%. Usando la BMC se evita el pago de la retención. A través de un sistema digital nos envían la factura, la tramitamos ante la bolsa, obtenemos un certificado y se los devolvemos y eso hace que no les practiquen esa retención en la fuente”, comentó.

Pero hay otras formas de financiación no bancarias como las operaciones repo (con pacto de recompra) sobre certificados de depósito de mercancías para productos que se pueden almacenar como arroz, soya y otros granos. Estas cosechas se ponen en custodia de un almacén de depósito que emite un certificado y con eso puede ir a la Bolsa Mercantil a negociarlo como un título valor. 

“Así hay inversionistas que consiguen el fondeo a través de su propio producto agropecuario”, explicó el experto.

La novedad es que muy pronto se van a ofrecer servicios de factoring, aprovechando la normativa vigente que convirtió a las facturas en títulos valores.

No son solo factoring o repos

De acuerdo con Ortiz, uno de los principales fenómenos que ha tenido que enfrentar el sector en los últimos años ha sido el de la inflación, que para el caso de los alimentos llegó a superar el 20% anual.

“La guerra en Ucrania nos generó presiones al alza en insumos y eso se fue traduciendo en más precios al producto final. A partir de este año se ha evidenciado una reducción de precios, sobre todo en algunos granos. Por eso, en la Bolsa Mercantil se han registrado disminuciones no en volumen sino en el valor de los subyacentes que se registran”, comentó.

Para Ortiz, hay sectores muy fuertes y con mucho potencial como la ganadería, los cereales, el pollo, los huevos y los aceites.

“Estos sectores van a crecer muy fuerte y aunque algunos no se han terminado de formalizar son sectores con un gran crecimiento y una oportunidad interesante”, finalizó.