El antojo de María Parra terminó dándole vida a un exitoso negocio. Junto a su esposo, fundaron una empresa que produce 500 rollos de canela al día y factura millones de pesos mensuales.

Un fenómeno interesante surgió durante la pandemia: en las redes sociales abundaban los videos en que las personas daban rienda suelta a su creatividad, incursionando en la pintura, en la música y hasta en la gastronomía. Mientras algunos se dedicaron a hacer masa madre para el pan; otros se inclinaron por la repostería. En el caso de María Parra fueron los rollos de canela.

Sin esperarlo, del antojo en medio del confinamiento nació un exitoso negocio. “Como ya no había dónde comprarlos (porque Cinnabon había cerrado sus puertas), mi esposa buscó varias recetas en internet, las ajustó a su estilo y creó una bandeja de rolls para ella y para mí”, cuenta su esposo y cofundador de Oh My Roll!, Rodrigo Ferreira.

Los que sobraron, dice, se los regalaron a sus amigos, y tan buena resultó la receta que siguieron encargándole un par de cajas de rollos de canela. Fue así como, poco a poco, le dieron forma a su emprendimiento y arrancaron a vender a través de redes sociales, principalmente en Instagram. Ferreira destaca que la acogida de sus productos fue muy positiva y a María le tocó renunciar a su empleo para enfocarse tiempo completo en el negocio.

Crédito fotos: Fareph Fotografía Gastronómica

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Después de ahorrar durante más de dos años, periodo en el que la operación era sobre todo manual, decidieron invertir los recursos propios (más una parte en crédito) en la apertura de su primera tienda física en Bogotá y su adecuación con maquinarias.

“Hemos llegado ya al equilibrio financiero a nivel operativo, algo que a mí como dueño me enorgullece bastante, pues significa que no hemos tenido que poner recursos propios o de los prestamistas para mantener la operación. La compañía desde el día uno se ha mantenido con lo que ha vendido”, resalta Ferreira.

Actualmente, la empresa factura 100 millones de pesos mensuales y tiene una producción aproximada de 500 rollos de canela al día. El punto físico ha sido un canal que ha impulsado el crecimiento de la tienda, pero además han ganado presencia en grandes eventos gastronómicos como El Papá de los asados, lo que ha contribuido a su posicionamiento.

Según Ferreira, la suya es una propuesta de valor diferente al resto de las tiendas que venden rollos de canela, porque -contrario a lo que hace la mayoría- no se quedan la misma base y agregan variedad de toppings, sino que innovan en la receta completa. “Queremos que nuestra propuesta de valor sea única y tenemos otros sabores además del tradicional”, explica.

Sus planes futuros son ampliar el portafolio de productos con 3 nuevos sabores de rollos de canela. Además, la pareja proyecta abrir una nueva sede en Bogotá a finales de este año y extender en un largo plazo su presencia en otras ciudades del país.

Crédito fotos: Fareph Fotografía Gastronómica

María Parra y Rodrigo Ferreira son de Caracas, pero hace ocho años que decidieron dejar Venezuela y llegaron a Colombia en el 2015 para seguir adelante con su vida. Y terminaron invirtiendo en el país.

“Nosotros tenemos una mentalidad resiliente en el sentido de que creemos que si en Venezuela aún hay gente haciendo cosas con toda la adversidad, ¿por qué en Colombia no podríamos hacerlo? Creemos que es un país con demasiado potencial, estamos hablando de que es una de las economías más importantes de la región”, dice convencido.

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