Henry Gallardo, director de la Fundación Santa Fe, sostiene que Colombia necesita conversaciones francas, abiertas y participativas sobre las mejoras en el sector.
En septiembre del año pasado, Ipsos publicó una encuesta global que incluía una pregunta sobre la calidad de la atención médica en el mundo. En casi todos los 20 países ricos considerados, las personas tenían menos probabilidades que en 2021 de decir que el servicio que se les ofrecía era «bueno» o «muy bueno». En Gran Bretaña, la proporción que dijo eso cayó cinco puntos porcentuales. En Canadá cayó en diez, en Italia en 12.
Los servicios de salud están en crisis en el mundo y que el colapso en la calidad de la atención médica está contribuyendo a un aumento asombroso en el “exceso de muertes”, aquellas que están por encima de lo que se esperaría en un año normal, según un reportaje de la revista The Economist, publicado a mediados de enero.
En Colombia, donde se alcanzó una cobertura casi universal y una mejora exponencial en las últimas tres décadas, la discusión sobre el futuro del sistema está abierta a raíz de la reforma que se discute el Congreso, en una coyuntura en la que se presenta una explosión en la demanda de servicios médicos, lo que está generando dificultades financieras en las EPS, hospitales y todos los actores del sistema.
En diálogo con Forbes, Henry Gallardo, director general de la Fundación Santa Fe, analiza la coyuntura del sistema y explica que se requiere una conversación franca para garantizar su viabilidad financiera, así como mejorar la calidad y un mayor acceso al mismo.
¿Cómo ve la discusión pública alrededor de la reforma a la salud?
Creo que la discusión en este momento tiene dos frentes y por eso suelo utilizar la palabra ambidiestro. De un lado, está la coyuntura sectorial donde las cifras entre el gobierno y los diferentes actores del sector, especialmente los aseguradores, están siendo aclaradas y revisadas para entender si se necesita una UPC ajustada, cómo están los presupuestos para el cierre del año y cómo están fluyendo los recursos a los hospitales para poder atender a los pacientes.
Del otro lado, lo que está sucediendo es una conversación sobre la reforma, y lo que está haciendo el Pacto por una Mejor Salud precisamente es unir a todos los actores del sector para poner el mejor conocimiento que tenemos después de muchos años y décadas de trabajar en el sector para llevar al sistema una mejor calidad, equidad y obviamente un mayor acceso.
El ministro de Salud anunció de un plan de contingencia en caso de que las tres EPS más grandes tengan problemas para seguir prestando el servicio y habló de un giro directo a las IPS (como uds)…
Creo que el giro directo es un asunto de tesorería, pero el tema del financiamiento del sector es un tema del sistema. Hay que separar ambos asuntos. El pago directo se viene utilizando en Colombia hace muchos años y es una buena herramienta para hacer que el flujo de recursos sea más rápido.
Respecto a la financiación completa del sistema, todos los países del mundo están sufriendo en este momento y Colombia tiene que ser muy juicioso en entender qué está sucediendo con el envejecimiento, con el costo de los servicios, con la ampliación de coberturas y todo el efecto pospademia, con la salud mental de la gente, situaciones que han emergido con mucha fuerza y que necesitamos tenerlas incluidas dentro de las garantías de los planes de beneficios.
Hay incertidumbre entre los pacientes, lo cual ha provocado una explosión en la demanda de servicios de salud, temiendo problemas futuros. ¿Cómo manejarla?
Creo que es un tema de diálogo. En el corto plazo, acabamos de escuchar a los pacientes literalmente en pánico con un grado de incertidumbre altísima porque los mensajes que les llegan a ellos es que esto se va a acabar mañana, y ese no es el mensaje. El mensaje para los 50 millones de colombianos es que queremos mejorar y estamos viendo cómo lo hacemos.
En Colombia y el mundo hay una explosión en la demanda de servicios de salud. ¿Cómo han enfrentado la situación en la Fundación Santa Fe?
Nosotros estamos viendo un incremento altísimo en condiciones de salud mental, las personas durante la pandemia no hicieron el cuidado máximo de su salud y estamos viendo las consecuencias de esas no atenciones. Adicionalmente, sí hemos visto un incremento en la solicitud de servicios por la incertidumbre que genera perder eventualmente la garantía del servicio.
¿Nosotros qué hacemos? Nos expandimos, somos super flexibles en expandirnos y recogernos según las necesidades de los usuarios. Es un tema no solo enfrenta la entidad que yo represento sino el país entero. Todos los hospitales están muy llenos y presionados en este momento.
Desde el punto de vista financiero, ¿cómo les está yendo?
La cadena de prestación de servicios y su financiación afecta a todos los actores del sistema. No hay ningún actor que no sea afectado cuando se afectan las finanzas generales del sistema de salud.
¿El sector requiere más recursos?
Creo que la conversación debe arrancar por el plan de beneficios, cuál es el plan que le vamos a garantizar a 50 millones de colombianos, cuál es el envejecimiento que está teniendo la población, cómo vamos a cuidar al talento humano que les sirve a los colombianos. Con esos tres elementos sobre la mesa, uno sí puede definir cuánto dinero necesita en el sector.
A eso hay que sumar los fallos de los jueces y de la Corte Constitucional que suelen ser cada vez más garantistas…
Entre más beneficios brinde, el sistema de salud va a costar mucho más..
Y la idea de este gobierno es unificar los beneficios de los regímenes contributivo y subsidiado…
Es una gran idea unificarlos y sin duda hay que hacerlo rápido.