El cambio climático amenaza la calidad del agua global. Las catástrofes naturales relacionadas con inundaciones aumentaron un 134% desde el año 2000.
La creciente frecuencia de sequías, olas de calor, tormentas e inundaciones amenaza la disponibilidad de agua y su calidad en todo el mundo, según un estudio publicado el martes, que aumenta la preocupación de los científicos por la grave amenaza que el cambio climático supone para la salud humana.
DATOS CLAVE
- Una investigación de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) analizó 965 casos de calidad del agua de los ríos durante fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo, y descubrió que los fenómenos afectan a la concentración de nutrientes, metales, microorganismos y plásticos en el agua; así como a la temperatura, el nivel de oxígeno disuelto y la salinidad —la cantidad de sal disuelta—.
- El estudio concluyó que las sequías y las olas de calor son los fenómenos más perjudiciales para la calidad del agua —en el 68% de los ríos estudiados se encontró agua de peor calidad durante estos fenómenos—, seguidos de las tormentas y las inundaciones, que afectaron a la calidad del 51% de los ríos estudiados.
- Se descubrió que los distintos tipos de fenómenos meteorológicos repercuten en el agua de formas únicas: las sequías y las olas de calor, por ejemplo, suelen suponer un aumento de la temperatura de los ríos, de las algas y de la salinidad, pero provocan menos contaminantes agrícolas y urbanos al disminuir el flujo de aguas subterráneas y la escorrentía hacia los ríos.
- Sin embargo, cuando llueve mucho o hay inundaciones en una zona, los ríos reciben más plásticos, metales y nutrientes al aumentar el caudal de agua sucia, pero el agua adicional diluye la concentración de sal y ciertos contaminantes existentes.
- Las catástrofes naturales relacionadas con inundaciones han aumentado un 134% desde el año 2000, según Naciones Unidas, y la duración de las sequías ha aumentado un 29% en el mismo periodo.
- Durante décadas, el cambio climático también ha provocado un lento aumento de la temperatura del agua y de la cantidad de algas en los ríos, que consumen oxígeno, bloquean la luz solar a las plantas submarinas y hacen que las masas de agua sean inhóspitas para la vida acuática, según la EPA.
- Para los seres humanos, la disminución de la calidad del agua puede amenazar con saturar la infraestructura de tratamiento que hace que el agua sea segura para bañarse y beber, aumentar la presencia de patógenos transmitidos por el agua que enferman a unos mil millones de personas al año e incluso plantear riesgos para nadar. Según la organización sin ánimo de lucro Natural Resources Defense Council, 3,5 millones de estadounidenses contraen erupciones cutáneas, infecciones respiratorias, hepatitis y otras afecciones a causa del agua sucia.

Los investigadores reconocieron que no existe una definición universal de agua de alta calidad, pero midieron los indicadores más comunes que la hacen apta para el consumo humano y las necesidades del ecosistema circundante. Solo el 0,5% del agua de la Tierra es agua dulce utilizable, según la ONU, y las reservas de agua en el suelo, la humedad, la nieve y el hielo han disminuido a un ritmo de 1 centímetro al año durante los últimos 20 años. Se prevé que el agua almacenada en los glaciares y en la capa de nieve siga disminuyendo a medida que avance el cambio climático, y que el aumento del nivel del mar también reduzca la disponibilidad de agua dulce en las zonas costeras. El estudio publicado el martes insta a las autoridades a diseñar estrategias sólidas de gestión de la calidad del agua a medida que los fenómenos meteorológicos extremos se hacen más frecuentes y subraya la importancia de seguir investigando para comprender cómo afectará el cambio climático al acceso al agua potable.
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Ya ha habido ejemplos de cómo las catástrofes naturales pueden afectar al acceso al agua. Cuando la capital india, Delhi, se vio inundada por lluvias torrenciales en julio, tres plantas potabilizadoras se vieron obligadas a cerrar debido a la subida del nivel del río Yamuna, y las autoridades advirtieron de que hasta el 25% del suministro de agua potable de la región podría verse afectado. En agosto falló una depuradora de Jackson, Mississippi, cuando las lluvias desbordaron el río Pearl, y la Autoridad de Aguas Residuales de Búfalo calificó de “pesadilla” la devastadora tormenta invernal que azotó la ciudad el año pasado, cuando las inundaciones del lago Erie y los fuertes vientos amenazaron con dejar sin electricidad a la depuradora de la zona.
La Sociedad Americana de Ingenieros Civiles calificó con un C- las infraestructuras hidráulicas de Estados Unidos en su boletín de calificaciones de 2021. Según el informe, cada dos minutos se rompe una tubería principal de agua en el país, y añade que la financiación de las infraestructuras hídricas no ha seguido el ritmo de la necesidad de hacer frente al envejecimiento de los sistemas o a la creciente frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos.