Según Anato, en contraste con la disminución en el número de vuelos semanales, los internacionales registran un alza del 7%.
A pesar de la quiebra de dos aerolíneas de bajo costo, entre enero y julio se han movilizado un 11% más de pasajeros en vuelos nacionales que los registrados en el mismo periodo de 2019, que fue uno de los mejores años para el turismo.
De hecho, según cálculos de Anato, en agosto, el país contó con 4.627 frecuencias semanales directas, lo cual significó un 22% menos que las 5.929 reportadas en el mismo mes de 2022.
“El impulso a la conectividad aérea es imprescindible para darle conectividad a las regiones”, dijo Paula Cortés, presidenta del gremio de las agencias de viaje, y agregó que por eso es fundamental que el país no solo impulse las frecuencias que tenía antes de la quiebra de las aerolíneas low cost, sino también que esta oferta sea aún más amplia al llegar a más territorios.
Y es que según Anato, las regiones que reportaron mayor afectación fueron Orinoquía con una caída del 33%; Amazonía, con una disminución del 28%; Caribe con una reducción del 25%; al igual que la Pacífica con 23% y Andina con 20%.
Esto contrasta con la conectividad internacional, teniendo en cuenta que durante agosto se registraron 1.302 frecuencias semanales directas, lo cual es un 7% más en comparación con las 1.215 del mismo mes del año anterior.
“Debemos seguir la misma tendencia del transporte aéreo internacional, que se abran más posibilidades para la llegada de colombianos a los diferentes rincones del país. Hay muchos destinos de belleza natural, histórica y cultural pero que ante una falta de conectividad, no logran mostrar su potencial”, agregó.