La empresa cumple 70 años en el mercado y ya exporta a más de 50 países como Ecuador, República Dominicana y Estados Unidos. Atienden a más de 40.000 panaderos en toda la región.

La compañía bogotana Levapan espera doblar su negocio en los próximos cinco años con inversiones cercanas a los 50 millones de dólares, enfocados en mejorar su capacidad de producción. Así lo explicó Carlos Mejía, presidente de la compañía que este año cumple siete décadas en el mercado colombiano.

Según detalló Mejía, actualmente la compañía factura 300 millones de dólares anuales, de las cuales el consumo masivo representan el 50%, panadería 35% y biotecnología 15%.

Actualmente la multilatina colombiana trabaja en seis países de la región en donde cuentan con plantas de producción: tres Colombia, una en Ecuador, una en República Dominicana y una en Venezuela. En ese último país son el único productor de levadura fresca con presencia local. Además, sus productos llegan a más de 50 mercados en el mundo, en Europa, Estados Unidos y Sudeste Asiático.

Un negocio familiar que se convirtió en empresa

La compañía nació en 1950 como una empresa familiar, cuando Guillermo Ponce de León intercambió una estación de servicio de su propiedad por una fábrica de levadura ubicada en Bogotá. En 1955 la fábrica fue trasladada a Tuluá, en el Valle del Cauca, en donde además de levadura seca incursionaron en el negocio de la panadería.

Actualmente ya tienen tres verticales de negocios. La primera es la de panadería, cuyo principal producto es la levadura, sigue la de consumo masivo en donde computen con las marcas San Jorge y Respin en seis categorías: salsas sazonadoras, conservas, gelatinas, mermeladas y comida para bebés.

Y la tercera vertical es la de biotecnología. “Ahí producimos bioingredientes a partir de la levadura que van, principalmente, a tres industrias: alimentos, cosmética y farmacéutica. En las dos últimas nos estamos expandiendo”, detalla Mejía. Es la vertical más joven, con 20 años de desarrollo, en el grupo es la más intensiva en conocimiento y en inversión.

Su importancia en esa industria es tal, que en panadería sirven a cerca de 40.000 panaderos en la región. “Les llevamos todo el portafolio de ingredientes, excluyendo harina. Encontramos que en todas hay potencial de crecimiento”.

Sobre las inversiones planeadas para los próximos cinco años, el directivo indicó que van a estar enfocadas principalmente en repotenciar la planta de levaduras de Tuluá, así como expandir las capacidades actuales en líneas de producción de alimentos y biotecnologías.

“Los recursos también se van a dirigir a laboratorios de investigación y a centros de aplicaciones para panadería. Ahí sentimos que hay espacio para la innovación. Estamos haciendo una renovación de empaques, buscando que sean más sostenibles”.

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