El maletín con herramientas se suma a un creciente cúmulo de basura espacial, que contiene estas otras piezas extrañas.

Dos astronautas que trabajaban en la Estación Espacial Internacional (ISS) perdieron accidentalmente un maletín de herramientas que ahora flota a 155 kilómetros de la Tierra y que puede ser visto por entusiastas observadores de las estrellas, y contribuyendo a una colección de basura espacial —incluidas algunas rarezas—. Los expertos advierten que esta basura podría dificultar las operaciones en la órbita terrestre o hacer que los objetos caigan precipitadamente a la Tierra.

DATOS CLAVE:

  • Los astronautas Jasmin Moghbeli y Loral O’Hara realizaban su primera caminata espacial fuera de la Estación Espacial Internacional para llevar a cabo tareas rutinarias de mantenimiento el 1 de noviembre, cuando una bolsa de herramientas se “perdió inadvertidamente”, según una entrada del blog de la NASA.
  • Los astronautas pudieron ver la bolsa en las cámaras de la Estación y determinar que no es probable que colisione con la ISS antes de que descienda a la órbita terrestre y se desintegre en la atmósfera, lo que probablemente ocurrirá en algún momento del próximo mes de marzo.
  • La Fuerza Espacial estadounidense está realizando un rastreo formal de la bolsa como un objeto orbital nuevo y su ubicación está a disposición del público en tiempo real… y es visible desde la Tierra.
  • Quienes sigan la pista del objeto perdido podrán seguir su viaje y averiguar cuándo pasará cerca: con una magnitud visual estelar de seis, la bolsa es un poco más tenue que el planeta Urano y es visible con unos binoculares.
  • La bolsa de herramientas se perdió durante una caminata espacial de casi siete horas que incluyó tareas de mantenimiento como la sustitución de un cojinete en el panel solar de la estación y el ajuste de un cable que interfería con una cámara externa, según informó la NASA.

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CONTEXTO CLAVE:

No es la primera vez que se pierde algo en el espacio. En 2006, un astronauta de la NASA soltó accidentalmente una espátula que estaba utilizando para trabajar en el lateral del transbordador espacial Discovery, la cual entró en la atmósfera unos cuatro meses después. (“Era mi espátula favorita… no se lo digas a las demás”, bromeaba según se informa el astronauta, Piers Sellers).

Una bolsa de 8 kg que contenía un escudo de escombros de 1,5 metros de largo se perdió durante una caminata espacial en 2017 y un bolso de herramientas valuado en US $100,000 fue perdido por un astronauta que realizaba reparaciones en la Estación Espacial Internacional en 2008. Meses después, se precipitó hacia la Tierra y se quemó al volver a entrar en la atmósfera.

Un guante se extravió durante una caminata espacial en 1965 y un perno, un muelle y una arandela se soltaron accidentalmente en 2006.

LO QUE PUEDE PASAR:

Investigadores de la ONU afirman que la creciente cantidad de chatarra en el espacio próximo a la Tierra podría dificultar las operaciones humanas en la órbita del planeta, ya que los satélites y las estaciones espaciales como la ISS corren el riesgo de ser golpeados por los fragmentos. Los investigadores advirtieron de que incluso una pequeña cantidad de basura espacial puede dañar los satélites que posibilitan funciones como el GPS, las comunicaciones y la vigilancia meteorológica, y llenar la órbita terrestre de tanta metralla hasta hacerla “inutilizable”.

Otros objetos —como piezas de cohetes incontrolados— podrían acabar regresando a la Tierra. Según un artículo publicado el año pasado en Nature Astronomy, hay un 10% de probabilidades de que partes de cohetes incontrolados vuelvan a la Tierra causando una o más víctimas en la próxima década.

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LA CITA:

“El espacio tiene un problema de basura”, advertía un informe publicado por Naciones Unidas el mes pasado.

LA CIFRA:

25%. Ese es el porcentaje de los 34.260 objetos rastreados en órbita que son satélites en funcionamiento, según el informe de las Naciones Unidas, y el resto se consideran chatarra. También es probable que haya alrededor de 130 millones de piezas de basura demasiado pequeñas para ser rastreadas.

Este artículo fue publicado originalmente en Forbes US

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