La compañía tiene en la lista desarrollo de proyectos por cerca de US$7.200 millones. Están pendientes dos adjudicaciones de nuevas obras en Panamá y Chile.
El que está terminando ha sido un año histórico para ISA una de las compañías de infraestructura energética, vial y de telecomunicaciones más importantes de la región. Su presidente, Juan Emilio Posada, cierra gestión el próximo 2 de enero, y por eso está haciendo un balance de su administración.
Lo más destacado es que esta vigencia cerrará con utilidades récord cercanas a $2,5 billones (US$650 millones).
“2023 fue un año récord, histórico, en utilidades”, comenta Posada al señalar que solo es comparable con el año en que la firma obtuvo un ingreso extraordinario por una compensación del Gobierno de Brasil.
“En negocios ganados, nunca nos habíamos adjudicado tantos como en este período de 18 meses. Se trata de unos US$4.500 millones. Incluyo ahí un negocio que no nos ha firmado el gobierno de Chile”, explicó. Además están a la expectativa de otro negocio grande en Panamá que valdría cerca de US$500 millones. Asegura que el promedio de negocios al año en la compañía ha sido US$900 millones y US$1.000 millones, por lo que estos 18 meses de gestión han sido extraordinarios.
Para Posada, su tarea ha sido exitosa también en el frente no monetario. En lo social y ambiental destacó la estrategia Conexión Jaguar en Brasil. Se trata del primer proyecto de conservación que genera créditos de carbono en zona Patrimonio Natural de la Humanidad, exactamente en el Pantanal en Brasil/Reserva de la Biosfera por la Unesco.
Otro de los logros, señaló Posada, fue la consolidación de “ISA Impact”, un programa que busca que toda comunidad bajo la influencia de los 50.000 km de líneas de infraestructura de ISA “tenga energía eléctrica confiable y sostenible de cualquier fuente y acceso a conectividad de datos para tener a mano toda la información que necesiten: eso significa educación, salud, telemedicina y todos los demás beneficios de la conectividad”, explicó.
Otro de los frentes de estrategia para Posada fue consolidar procesos de sucesión en cargos corporativos que permitieran el ascenso a personas que han venido haciendo carrera en la compañía.
“Yo no traje a nadie; respeté el caudal de talento y el tesoro de talento que hay en la compañía y lo promovimos en una forma muy estructurada”, dijo.
Acerca del futuro del sector y la compañía, Posada se mostró optimista, porque ve que se trata de una firma y una industria muy resiliente.
“ISA es una empresa de infraestructura. Cada año construye más kilómetros de infraestructura y por eso a ella no la afecta ni el precio de los electrones en el mercado ni los vaivenes de la oferta. Le remuneración corresponde al hecho de tener la infraestructura disponible para los Estados y eso lo hemos logrado con más de 99,9% en confiabilidad”, comentó.
De ahí que la firma tenga unas finanzas muy resilientes porque le remuneran con precios muy estables.
La firma tiene actualmente un portafolio de proyectos e inversiones en Brasil, Chile, Argentina, Perú, Colombia y, eventualmente, Panamá.
Además de que cuentan con unas inversiones y proyectos pendientes para los próximos años cercanos a los US$7.200 millones (lo que en el argot de la industria se conoce como backlog), Posada considera que vienen aún más proyectos porque “todos los países van a necesitar más infraestructura: sin transmisión no hay transición. Ya hoy en el mundo de la transición energética hay una gran cantidad de negocios privados, de granjas solares y eólicas, que se deben interconectar para llegar a la red. Eso significa que hay un déficit de redes de alto voltaje; se estima que la región debe duplicar a 2030 su infraestructura de transmisión y además reemplazar y reparar la infraestructura actual”, finalizó.