A pesar del ambiente de incertidumbre local y de un crecimiento de solo el 1%, el experto no ve una estampida de los inversionistas ni un desplome de los activos colombianos.
Desde Nueva York, el economista jefe del BNP Paribas para Latinoamérica, Felipe Klein, tiene una visión privilegiada sobre las perspectivas de la economía colombiana y de la región.
En entrevista con Forbes, el economista argentino advierte que los inversionistas están más preocupados por el incumplimiento de la regla fiscal en 2024-que ve altamente probable- que por la aprobación de las reformas que el gobierno tramita en el Congreso, teniendo en cuenta el deterioro de la imagen del presidente Gustavo Petro, y la debilidad de la bancada oficial en el Congreso.
¿Cómo se ve a Colombia desde Nueva York?
El tema predominate en Colombia y la región continúa siendo el ciclo de reducción en las tasas de interés, que en algunos casos está más avanzado que en otros. Y en particular para Colombia este año lo que percibimos es que la cuestión fiscal puede empezar a ganar más relevancia, principalmente por los riesgos relacionados con el incumplimiento de la regla fiscal.
Las dos grandes preocupaciones hoy de nuestros clientes son el ciclo de baja en las tasas de interés, en qué momento, a que velocidad y hasta qué nivel, y luego el cumplimiento o no de la regla fiscal.
¿Ven riesgos de incumplimiento de la regla fiscal?
Sí, muy en línea con lo que ha dicho el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, CARF. Buena parte de las proyecciones para este año, en términos de crecimiento de los ingresos fiscales nos parecen optimistas, principalmente por el nivel de gastos. El crecimiento del gasto fiscal primario no es compatible con la actual estructura de ingresos.
Eso, sumado a que hay una serie de cuestiones que el CARF ha señalado, como por ejemplo, tomar como un ingreso permanente los fallos favorables en casos que tiene la DIAN, pero incluso si uno no tomara eso en cuenta, se están esperando hacia delante ganancias en eficiencia de la DIAN, que implicarían un aumento de los ingresos del orden del 1% del PIB en el mediano plazo de forma constante, nos parece demasiado optimista y riesgoso. Hay esfuerzos y pasos en la dirección correcta, pero parece peligroso calibrar la postura de la política fiscal en función del cumplimiento de esas fuentes de ingresos que están sujetas a incertidumbre.
¿De llegar a materializarse el incumplimiento de la regla fiscal ven posible una estampida de los inversionistas de los activos colombianos?
No es el tipo de impacto que tenemos como escenario base para pensar en cómo se va a desarrollar la política monetaria. Si ese fuese el caso, la proyección sería más consistente con una interrupción en la baja de la tasa del Banco de la República, o un ritmo mucho más lento para preservar la estabilidad de la tasa de cambio. Vemos incertidumbre fiscal pero no vemos una estampida o un cambio abrupto en el desplome de los activos, ya que además esperamos que la FED comience a bajar la tasa de interés y, en ese escenario, la debilidad del dólar va a favorecer la estabilidad de los activos locales.
¿Cómo analizan el impacto de las reformas del gobierno que se tramitan en el Congreso y que son poco amistosas con el mercado?
En general ha ido disminuyendo la preocupación de los mercados por la aprobación y la probabilidad de que se aprueben, y eso se refleja en el precio de los activos colombianos. Nosotros creemos que es factible que se aprueben las reformas, pero no todas. Vemos que es más probable que se apruebe la reforma de pensiones y la de salud, más que la laboral.
De hecho, la de salud ya dio un primer paso en el Congreso y está más avanzada. Pero ha disminuido mucho la preocupación, en línea con la caída de la aprobación del presidente Petro y la percepción de que se le ha hecho más difícil construir una alianza que le facilite la aprobación de las tres reformas.
Así que aunque esperamos que se aprueben dos de ellas creemos que no van a salir como están, en particular la pensional, que para el mercado fue un poco más amigable de lo que se esperaba cuando se radicó el proyecto. De alguna forma es como si el mercado se hubiera preparado al punto de estar más tranquilo.
Ha habido una mejora en el comportamiento de los activos colombianos en el exterior y una caída en el precio del dólar, que incluso está por debajo de los $4.000…
En términos de tasa de cambio creemos que va a predominar una cuestión más estructural, nosotros en su conjunto vemos un dólar más débil en 2024 y también la percepción de que el Banco de la República tiene que mantener una política más restrictiva que otros bancos centrales.
Allí es donde impactaría el incumplimiento de la regla fiscal, en el ritmo y la tasa final de intervención del Banco de la República en diciembre. Creemos que en tanto se vaya incrementando el ruido de la reforma fiscal, el Emisor va a tener que seguir manteniendo una postura de más precaución, que no implica que no vaya a bajar su tasa de interés. Creemos que comenzó y lo seguirá haciendo pero sin acelerar el ritmo.
¿Qué proyecciones tienen en ese sentido?
Esperamos que en este trimestre se mantenga con bajas de 25 puntos básicos, no más que eso, con alta probabilidad en las reuniones de enero y marzo. Luego dejamos la puerta abierta para que tal vez pueda reducir 50 puntos básicos en abril o en junio, aunque sin mucha convicción del ‘timing’ exacto.
Para fin de año, esperamos que la tasa del Banco no baje más allá del 8,5%, una baja relevante del nivel de 13% en el cual finalizó 2023. Y hacia 2024 esperamos que siga bajando y se ubique en niveles cercamos a los de neutralidad de la política monetaria que nosotros estimamos 5,5% y 6%.
¿Qué ven en materia de crecimiento e inflación para este y el próximo año?
En crecimiento somos un poquito más pesimistas que el consenso de los analistas, esperamos un 1% en 2024 en línea con las proyecciones que tiene el Banco de la República. Creemos que la política monetaria todavía va a permanecer en terreno contractivo y a eso se suma un debilitamiento de la demanda externa. En cuanto a inflación, esperamos que se mantenga por encima del nivel objetivo del 3%; para 2024 entre 5% y 5,5%, y para 2025 en 3,5%.
¿Ven un aterrizaje suave para la economía de Estados Unidos?
El debate que hay en EEUU es si el aterrizaje de la economía será suave o más difícil. Nosotros creemos que si bien no va a haber una recesión severa, sí esperamos que en la primera mitad de 2024 el crecimiento se desacelere bastante. Eso implicaría que el crecimiento secuencial trimestre versus trimestre cercano a 0. Esto implicaría que el crecimiento promedio del año sea del 1%, y por eso esperamos que la Reserva Federal comience a bajar tasas de interés en mayo. Y a partir de allí bajas sucesivas de 25 puntos básicos llevándola del 5,50% actual hasta un 4% a fin de año.