Con una larga trayectoria en el sector privado y el cooperativismo, Roberto Robles tiene como bandera la unión de los pequeños empresarios y la formalización de la economía popular.
El vínculo de Roberto Robles con los negocios comenzó cuando era niño y su papá abrió una tienda que nunca más abandonó incluso cuando ingresó a la Universidad Externado a estudiar administración de empresas. “Me gustaba el negocio y ganar algún dinerito”, dice Robles que después, cuando se papá creó Cooratiendas con otros comerciantes, se vinculó a la cooperativa de tenderos que aún existe.
“Siempre estuve en el tema de la asociatividad porque, además de esa cooperativa, promoví la organización de los negocios para hacer compras en volúmenes, el negocio consiste en lograr economías de escala”, dice Robles que a finales de enero fue elegido como presidente de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB).
Allí había llegado un año antes por encargo del presidente, Gustavo Petro, con la misión de apoyar a los pequeños empresarios que, en palabras suyas, son los representantes de la economía popular y enfrentan serios retos en una coyuntura de desaceleración, la competencia de los más grandes y de la propia informalidad.
“Este es un país de pequeños productores que si se unen en asociaciones y cooperativas pueden llegar a ser muy grandes para competirles a las grandes empresas y a las que llegan de afuera, que los están desplazando”, explica Robles quien también ha sido miembro de la Junta Directiva de Fenalco Bogotá, presidente del Consejo de Administración de Cooratiendas y vicepresidente del Club Deportivo Los Millonarios, entre otros cargos.
Desde la presidencia de la Junta de la Cámara de Comercio, Robles dice que su trabajo es representar y dirigir a todas esas personas que siguen tratando de sobrevivir en el comercio y la informalidad, a la que ve como uno de los grandes desafíos de la economía.
“La informalidad tiene el gran inconveniente de que les compite sobre todo a los pequeños; incluso muchos informales comercializan productos de las grandes compañías, se ve en las calles”, explica el directivo que dice que el problema hay que enfrentarlo entre todos.
Lo positivo, a juicio suyo, es que el país comienza a entender que “no podemos sacar corriendo al informal, que está tratando de sobrevivir”. De hecho, explica que ya ha propuesto que la Cámara realice o contrate un estudio interdisciplinario para evaluar cómo es posible reducir la informalidad en 15 años, lo cual traería grandes beneficios al país.
“Lo que el gobierno quiere con la economía popular es que todos entren poco a poco a una condición formal, sin afectar ni perjudicar a los pequeños, porque tenemos que ser conscientes de que el formal se desestimula cuando el informal le compite”, agrega.
Robles pone el ejemplo de Cooratiendas que llegó a asociar a más de 450 pequeños tenderos, que mediante el pago de una cuota tenían acceso a la compra de mercancías a precios más asequibles, lo cual les permitía competir con las grandes tiendas de superficie y los ‘hard discounts’.
“Cada vez que hace una compra deja un pequeño porcentaje para que la cooperativa tenga un capital de trabajo, pero ese porcentaje me suma a los aportes que le serán devueltos cuando se retire”, subraya y destaca las otras actividades (ahorro y crédito, recreación, etc) que pueden brindarles las cooperativas a sus asociados.
A pesar de la fuerte desaceleración económica, Robles es optimista y cree que lo más duro del proceso de ajuste de la economía ya pasó, lo cual redundará en beneficio de los pequeños productores y comerciantes.
“El cooperativismo puede ser la respuesta, pero necesitamos ideas y propuestas para facilitar la formalización en el mediano plazo”, señala Robles quien, a pesar de haberse graduado también como abogado, se define como un prágmático y hombre de negocios.
“Si los pequeños se logran unir pueden hacer muchas cosas, adquirir tecnología y ser más competitivos y sostenibles en el tiempo”, agrega. “La gente ya no quiere estar en el campo, el hijo del tendero ya no quiere tener una tienda sino que quiere irse a trabajar como empleado”.