Francisco Martínez, fundador y presidente de Arquitectura y Concreto, describió a Forbes el meteórico ascenso que tuvo esta constructora en medio de un contexto adverso para el sector.
Para los constructores de Colombia, el último año fue trágico, con una caída de 44,9% en la venta de vivienda, de acuerdo con cifras de Camacol. En medio de todo, Arquitectura y Concreto ha sido una excepción, con ventas netas de $2,35 billones, un crecimiento de 70% frente a 2022, que no incluye más de $2 billones para centros comerciales que no han sido firmados en fiducia.
“Suena poco creíble, pero así fue”, dice en una entrevista con Forbes el presidente de Arquitectura y Concreto, Francisco Martínez, un ingeniero residente de obras de 63 años, que en Medellín fundó este titán de la construcción en 1990. “Confianza, ubicación e innovación creería que fueron las claves nuestras”.
Con este meteórico ascenso, los suyos son superiores a los ingresos operacionales que otras compañías como Marval, Conconcreto, Amarilo y Jaramillo Mora, habían obtenido en 2022. Cifras preliminares de Galería Inmobiliaria, estiman que en 2023 fue la segunda constructora con más ventas en el país y la primera en el segmento de proyectos de vivienda que no son de interés social.
“Nosotros preveíamos que sería un año duro con el cambio político, con las tasas de interés altas y con el incremento de costos porque China se estaba consumiendo los insumos que producía”, cuenta Martínez. “Nos enfocamos en nuestras fortalezas. La primera, la confianza, que en un entorno complejo que puso a muchas constructoras a trastabillar sin recursos y sin poder sacar los proyectos adelante, nosotros sí los teníamos. La segunda, es que nos enfocamos en sectores buenos que cuando el mercado estaba normal eran unas pujas inalcanzables y la tercera fue la innovación con Crystal Lagoons en Cartagena, que nos disparó la facturación al final del año enormemente”.
El diamante en bruto que menciona son los megaproyectos, de vivienda y de un centro comercial, que vienen trabajando de la mano con otras firmas como Aed y con Crystal Lagoons, la compañía del científico bioquímico y empresario chileno Fernando Fischmann, que tiene una tecnología patentada que hace posible crear lagunas artificiales de agua cristalina, con el aspecto de playas paradisíacas, que tiene más de 71 proyectos en operación alrededor del mundo y con contratos firmados para poner en marcha 26 en Colombia.

“Las nuestras son de dos y tres hectáreas. Nos ha sorprendido el efecto de esas grandes superficies de agua alrededor de cualquier proyecto inmobiliario. Le metes a la receta inmobiliaria un valor altísimo de entretenimiento, así sea de paisaje”, explica Martínez. “Tenemos en estos momentos el proyecto que más vende en Colombia, Kristal Blu, que vende entre 70 y 80 apartamentos, cada uno de más de 600 millones de pesos. Y vamos a construir por primera vez en el mundo, un centro comercial alrededor de una Crystal Lagoon”.
Desde su perspectiva, los constructores deben ser hábiles para adelantarse a lo que va a pasar en las ciudades.
“Cuando yo hice el centro comercial El Tesoro (en Medellín) muchas personas salieron a decir que cómo se me ocurría hacerlo en esa zona verde que no estaba desarrollada, hoy es el centro comercial más exitoso de Colombia”, sostiene Martínez. “Uno tiene pensar en adelante para lo bueno y para lo malo, porque en las ciudades hay sectores que se van deteriorando y uno como inmobiliario no es capaz de cambiar esas tendencias, hay que abstenerse de meterse en zonas que van en franco deterioro y ver qué zonas están creciendo más allá de lo normal. Para mí, el norte de Cartagena y el oriente antioqueño son los sectores que más están creciendo en la parte inmobiliaria y los que más van a crecer en los próximos cinco o diez años”.
En Barranquilla, le mostraron un proyecto de un centro comercial en el Gran Malecón al alcalde Alejandro Char y desde entonces su equipo hace seguimiento semanal para que el proyecto se lleve a cabo.
“El malecón es una de las inversiones urbanísticas más valiosas que se han hecho en el país, pero le ha faltado el detonante privado, creo que esto fue lo que el alcalde vio que sería complemento”, dice Martínez. “El alcalde se enamoró, yo nunca había visto una administración tan colaboradora para sacar adelante un proyecto”.

Arquitectura y Concreto es una semilla que brotó en tierra árida. Aunque hoy en día hace estos proyectos multimillonarios, como el lujoso hotel Sofitel Barú Calablanca -en el que son accionistas con un 20%-, Francisco empezó en medio de la crisis inmobiliaria del país en los años 90, cuando el mercado estaba seco y no había quién le diera trabajo como constructor.
“Uno con los años va entendiendo que la mejor manera para que todo el mundo dé lo mejor de sí es con un liderazgo con humanidad, dando ejemplo y buen trato”
Francisco Martínez, fundador y presidente de Arquitectura y Concreto
“Nos volvimos desarrolladores por necesidad, empecé a montar proyectos asociativos en los que juntaba ocho amigos, compraba un lote, construía casas y me ganaba mi comisión”, recuerda Martínez. “Esas casas salían económicas y se colocaban muy rápido”.
Así como ha evolucionado la compañía, siente que ha cambiado su estilo de liderazgo, pasando del principio técnico y administrativo a un estilo más emocional.
“Uno con los años va entendiendo que la mejor manera para que todo el mundo dé lo mejor de sí es con un liderazgo con humanidad, dando ejemplo y buen trato”, apunta Martínez.
Ahora, Arquitectura y Concreto, que ha estado detrás de proyectos como los centros comerciales Viva de Grupo Éxito, de Puerta del Norte en Antioquia, de Nuestro Bogotá y Centro Mayor en la capital, así como de la restauración del Teatro Colón. Tiene 70 proyectos activos en el segmento de vivienda entre Bogotá, Medellín, Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, con un equipo administrativo de casi 2.000 personas, compuesto principalmente por ingenieros.
“Alimentar esos salarios requiere muchos proyectos, por eso nos toca involucrarnos en la generación de nuestros propios proyectos”, explica Martínez. “Esta empresa ha capitalizado casi todos sus ingresos y hoy tiene uno de los patrimonios más altos del sector, creemos que merecemos la confianza del mercado. Somos una de las dos constructoras con la calificación más alta de Fitch Ratings, con el fin de generar confianza a los compradores de que vamos a terminar el proyecto”.
Hoy, dos hijos de Francisco están comenzando a darle un relevo generacional de la compañía. María Luisa Martínez, está siguiendo sus pasos como asistente de Presidencia y Alejandro Martínez se está desempeñando como director de Gestión de Activos.
“Aspiro a hacer una transición larga, que ellos cojan cada vez más la empresa y yo cada vez menos”, revela Francisco. “Quiero que absorban la inteligencia abstracta y la inteligencia emocional”.
Para enfrentarse a situaciones complejas, cuando llegan a compañía, dice que las asume como pequeños obstáculos en el camino que hay que vencer.
“Las enfrento con toda la energía de siempre, siempre y cuando esté convencido de que todo está en orden”, anota.
Por fuera de Colombia, Arquitectura y Concreto tiene una filial instalada con personal como constructora en República Dominicana, que Martínez espera llegue a representar el 15% del total de ventas de la compañía, y en Estados Unidos se comporta más como inversionista, comprando bodegas viejas para repotenciarlas y así arrendarlas o venderlas, con la tendencia de reutilización de espacios industriales en lugares como Houston y Dallas.
En las compañías proptech, que ven como aliadas, observan una tendencia problemática.
“Creo que han perdido el foco”, indica el presidente de Arquitectura y Concreto. “Se tienen que enfocar en servirle a un solo lado de la ecuación. Cuando le sirven al constructor, están perdiendo el norte. El cliente no sabe para quién trabajan. Les recomiendo enfocarse en el cliente”.
Para el 2024, Francisco considera que será un año menos duro para el sector constructor que el año anterior.
“La crisis China estabilizó los precios de los insumos del mundo, cuando se pararon sus proyectos, empezaron a fluir y los precios ya no los sentimos tan altos. También veo que los costos financieros bajarán con las tasas de interés. Ni al país, ni a los bancos les conviene un período de alzas, creo que todo el sistema va a ir bajando intereses este año”, anticipa Martínez, quien también tiene una visión sobre la estrategia del Gobierno de Gustavo Petro para el sector vivienda. “Creo que el Gobierno va a cambiar el sistema de asignación de subsidios. Vamos a pasar a un modelo de preasignación, lo cual es bueno porque había el año pasado un descalce entre quienes clasificaban para el subsidio, pero no clasificaban para el crédito y viceversa. El programa debería enfocarse incluso en vivienda gratis o más subsidiadas, para personas que no tienen cómo pagar créditos a la tasa de interés de hoy”.
El fundador de Arquitectura y Concreto concluye con optimismo: “Siento que las cosas van a mejorar”.
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