La disminución de las tasas de interés locales, el aumento en la prima de riesgo país y la incertidumbre en materia fiscal son los factores que explicarían la volatilidad del tipo de cambio.
En las últimas semanas, el precio del dólar ha oscilado en torno a los $3.920 y gran parte de la desviación del peso frente a sus pares regionales durante el período electoral y el segundo semestre del 2022 se ha corregido.
De hecho, según Anif, ahora el peso colombiano se encuentra en niveles similares a los de las otras monedas de la región, lo cual sugiere que hacia adelante su dinámica estará en función de lo que pase con el dólar en el mercado financiero internacional.
Y es que a pesar de la reducción de 25 puntos básicos en la tasa de intervención (0,25%) del Banco de la República el pasado 31 de enero hasta 12,75%, el diferencial de tasas entre Colombia y Estados Unidos ha hecho atractivo el peso colombiano durante el último año para los inversionistas.
Según el Anif, la estabilidad en el tipo de cambio de las últimas semanas hace incluso más interesante la inversión en moneda colombiana en la medida que ofrece altas tasas en un contexto de baja volatilidad.
Por ello, el centro de estudios económicos prevé que en el corto plazo el peso se mantenga estable y que se aprecia hacia niveles de $3.800 durante el primer semestre, bajo el supuesto de que la economía de Estados Unidos continúe en su proceso de aterriza suave.
Esta situación se revertiría durante el segundo semestre del año cuando el peso sería menos atractivo, en la medida que las tasas de interés locales estén en descenso (a la par con la desaceleración de la inflación) y la prima de riesgo del país se mantenga relativamente alta, como resultado de la incertidumbre en el frente fiscal.
“Esperamos una tasa de cambio cercana a las 4.200 durante el segundo semestre, aunque proyectamos un cierre para fin de año en niveles de 4.085”, señala el informe de Anif.