Tallos colombianos llegan a 100 países para el Día de la Madre. La logística detrás de las exportaciones permite que pasen solo 3 o 4 días desde que la flor es cortada hasta que se exhibe. ¿Cómo es el recorrido?

Con sus 60 especies y más de 1.600 variedades de flores, el país se convierte en el segundo exportador de este producto a nivel mundial, después de Holanda. Y aunque el principal destino es Estados Unidos con 81% de los envíos, los tallos llegan a 100 países incluidos Reino Unido, Japón y Canadá. En marzo de 2024, las exportaciones de flores sumaron US$222,7 millones, después del café es el producto que más factura.

A comienzos de la década de los 2000, el sector floricultor se dio cuenta que tenía en sus manos un producto con gran potencial exportador y se organizó para tener una operación más eficiente. En 2006 nació el ‘Plan Pétalo’ en el que más de 30 entidades públicas y privadas se articulan para la exportación de flores.

En la cadena logística participan los ministerios de Transporte, Agricultura y Comercio, el ICA, la Dian, la Policía Nacional, la Aeronáutica Civil, los operadores portuarios y aeroportuarios, aerolíneas, empresas de transporte marítimo, Asocolflores y otros gremios del sector. El Banco Interamericano de Desarrollo, BID, destacó el año pasado al ‘Plan Pétalo’ como ejemplo internacional de cadena logística.

Sí, es una operación de admirar. Desde que el tallo se corta en la Sabana de Bogotá o el Valle de Aburrá, pasan entre 3 y 4 días hasta que llega a las vitrinas del mundo, con una promesa de valor de vivir 10 días en el florero del comprador. No hay que explicar lo delicada y perecedera que es una flor; una vez cortada, cada segundo cuenta para entregar un producto de calidad.

El camino de la flor 

Todo incia meses atrás cuando los floricultores siembran la semilla, no es un proceso al azar, Miguel Vásquez, dueño de algunas hectáreas de cultivos en Rionegro, Antioquia y otras zonas del país, explica que todas las semillas que pasan por Vegaflor -su empresa- son patentadas, por cada una de ellas paga derechos a científicos holandeses que han trabajado durante décadas en perfeccionar las flores, esto le asegura que la gran mayoría de su cosecha sea productiva y tenga la máxima calidad. 

Las flores se venden por temporadas, en Vegaflor ya saben qué día plantar cada variedad para que haya florecido para los picos San Valentín, cuando predominan las rosas, Día de las Madres, cuando la demanda de crisantemos, astromelias, lirios, claveles y hortensias crece para elaborar bouquets de colores vivos, para el Día de Gracias deben salir flores color tierra y para Navidad todo es blanco, verde y rojo. 

Después de un proceso riguroso y sostenible dónde la flor crece bajo todos los estándares de calidad de ‘Flor Verde’, la certificación más rigurosa del mercado, es cortada para empezar su travesía a alguna floristería del mundo. Allí mismo empieza su cadena de frío, la parte más importante del engranaje, según los floricultores, el frío “mantiene dormido el tallo, hasta que llega al consumidor”.  

En Riofrio, una empresa ubicada en la Sabana de Bogotá que hace un trabajo similar al de Vegaflor, los trabajadores se distribuyen en diferentes áreas después de una pausa activa para mover el cuerpo. Quienes van al cuarto frío donde se almacena la flor cortada llevan pesadas chaquetas, la temperatura de estos lugares puede estar desde los 2°C. Otros se encargan de limpiar y seleccionar los tallos y otros más elaboran bouquets que salen listos para la venta en el exterior. 

“El sector floricultor le ha dado un valor agregado a las flores -producto terminado- es algo que nos diferencia de otras industrias”, dijo Carolina Pantoja, directora de economía y logística de Asocolflores. Se siente orgullosa de que con tan solo 10.500 hectáreas productivas las flores representen el 80% de la carga aérea que sale de Colombia. Algo importante si se tiene en cuenta que no es rentable que entren aviones con importaciones de tecnología, textiles u otros productos y se devuelvan vacíos; las flores ayudan a mantener el equilibrio del comercio internacional de Colombia. 

Del cultivo los tallos salen en camiones refrigerados a aeropuertos (92%) y puertos marítimos (8%). Allí entran en territorio de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN); Moisés Sepúlveda, jefe de exportaciones de la entidad dice que “las flores son nuestras consentidas”, refiriéndose a que aceleran el proceso de inspección para que no pierda frío y a que son “nuestro sello en el exterior”. 

Una vez el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) realiza el control fitosanitario y la Policía Nacional los controles antinarcóticos la flor entra en custodia de las aerolíneas. Latam Cargo tiene cuartos fríos en El Dorado, el José María Cordova y en el Internacional de Miami, que recibe 91% de los tallos que importa EE.UU. y en el que recientemente invirtieron US$9 millones para su ampliación, ahora es el más grande del aeropuerto.  

La empresa ha tenido que ampliar su capacidad para transportar flores de Colombia y Ecuador; salmón de Chile y mango de Perú, en 2019 tenían 11 aviones cargueros, hoy tienen 20. “En temporada de Madres -tres semanas previas a la celebración- pasamos de 35 frecuencias a la semana a alrededor de 80”, explicó Juan Ospina, subgerente comercial de Latam Cargo. La aerolínea transportó el 40% de las flores de la temporada -13.000 toneladas- y el producto representa aproximadamente el 50% de la carga que transportan al hemisferio norte.

“Nuestro objetivo es que cada persona que reciba una de estas flores sienta su frescura como si acabase de ser cortada en la finca donde fue cultivada”, afirmó Claudio Torres, director Comercial de Sudamérica en Latam Cargo. 

Suave aterrizaje 

En Miami todo está listo para recibir las flores, allí los procesos de inspección son más rigurosos pero no tardan más de dos horas, Latam Cargo almacena las flores en su cuarto frío para que sean recogidas por sus clientes. 

El edificio de Miami de The Elite Flower, una empresa colombiana con operaciones en EE.UU., Colombia, Ecuador, Canadá, Reino Unido y Holanda, se ubica a solo 20 minutos del aeropuerto, allí todos los espacios en los que hay flores son fríos, pese a las altas temperaturas de la ciudad de Florida, los trabajadores cargan chaquetas de invierno, guantes, bufandas y gorros.

La compañía mueve 40 millones de tallos en temporada de madres solo a Walmart envía 256.000 floreros listos para la venta, tienen clientes como Kroger, Trader Joe’s entre otros. Distribuyen vía terrestre a EE.UU y Canadá. Contrario a lo que se creería, La Florida no es gran consumidora de flores, el estado que más compra es California. 

El 60% de los tallos que importa EE.UU. van desde Colombia, mientras que el país envía el 80% de los bouquets o arreglos que recibe el país norteaméricano. “Colombia es nuestro partner más importante”, declara Christine Boldt, vicepresidenta ejecutiva de la Asociación de Importadores de Flores de Florida (AFIF). 

Los tallos colombianos también pueden terminar en floristerías donde se hacen arreglos para el mostrador o  por encargo, los precios pueden ir desde los US$150 y US$220 para un arreglo mediano; y si bien hay picos en el año, San Valentín y Día de las Madres representan el 30% de las exportaciones de flores, todo el año se venden para adornar bodas, Bar Mitzvahs, 15 años, fiestas o simplemente para tener un detalle con alguien especial.

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