Uno de los conglomerados financieros más grandes del país es una empresa familiar que nació con la intención de brindarles a los colombianos ahorro, vivienda, seguros y estabilidad financiera. Hoy, el Grupo Bolívar tiene un patrimonio de $19,1 billones y gran parte de ese resultado se le atribuye al ingenio empresarial de su líder.
José Alejandro Cortés se retiró del mundo empresarial en 2011 y desde entonces también se alejó de la vida pública. Pocas veces asiste a eventos sociales que incluyan prensa. Sin embargo, a mediados de marzo de este año se le vio muy a gusto en la celebración de los 20 años de Única, la Institución Universitaria Colombo Americana, que nació como un programa de responsabilidad social del Grupo Bolívar.
José Alejo, cómo le dicen con cariño sus conocidos, dio un discurso, habló con algunos colegas, dio una pequeña rueda de prensa y atendió la solicitud de entrevista de la revista Forbes Colombia. En todas las intervenciones habló de la importancia de la educación y recordó a su amada compañera de vida, Nancy Kotal, quien fue educadora y dejó su legado en mundo con Única.
Tal vez el empresario y filántropo le agradece tanto a la educación porque fue la responsable de llevarlo a donde está. Su hijo, Miguel Cortés Kotal, también habló durante el evento y le agradeció a su padre no solo por la fundación de la institución de educación bilingüe, también por su aporte al país.
¿Qué lo inspiró a construir país? “Eso viene desde mi niñez y desde mis profesores, cuando yo estaba en el colegio tenía muy buena relación con ellos. Después me casé, ella fue profesora también. Y cuando me vinculé a Seguros Bolívar ya tenía la convicción de que lo que teníamos que hacer era formar país y apoyar todos los programas que fueran de beneficio social y nacional, eso lo sabía desde chiquito”, le dijo a Forbes José Alejandro, de 93 años de edad.
Él solo quiso hacer las cosas bien, ayudar a quien lo necesitara y contribuir al desarrollo del país, con eso en mente fue capaz de crear uno de los conglomerados financieros más grandes del país que se codea con las cifras de los imperios de magnates como Luis Carlos Sarmiento Angulo y Jaime Gilinski. El Grupo Bolívar reportó el 31 de diciembre de 2023 un patrimonio de $19,1 billones de los cuales $12,7 billones corresponden a los accionistas controladores, principalmente la familia Cortés.
La era empresarial
Después de estudiar en el colegio Gimnasio Moderno de Bogotá, José Alejandro Cortés viajó a Estados Unidos para seguir con su educación. Mientras tanto, en 1939, su padre y su tío, José María Cortés y Enrique Cortés, que trabajaban en el sector de los seguros, vieron el potencial de aquella industria y la falta de jugadores nacionales, lo que los llevó a crear -junto a grupo de empresarios- la Compañía Seguros Bolívar S.A. Empezaron a operar el 30 de junio de 1940 después de la autorización del regulador.
Un joven, pero muy preparado, José Alejandro volvió al país en 1955 directo a trabajar en la empresa familiar. También aprovechó su juventud para sacarle provecho a su faceta deportiva: fue cuatro veces consecutivas campeón nacional de tenis, deporte que practicó como hobbie durante toda su vida.

Enrique Cortés, gerente; Alfonso Crane, secretario y Beatriz Luque,
secretaria, en una de las primeras reuniones del Grupo Bolívar

Junta Directiva y funcionarios de Seguros Bolívar en 1964
A finales de la década de los 60 asumió la presidencia de la empresa. Si bien la compañía ya había innovado en varios negocios y había ampliado su portafolio original de seguros de vida a otras pólizas generales como incendios, vehículos, aviación, navegación, entre otras, fue hasta el nombramiento de José Alejandro que empezó el crecimiento del conglomerado que conocemos hoy en día.
En el 72 se fundó una de las joyas de la corona del Grupo Bolívar: la Corporación de Ahorro y Vivienda, Davivienda. ‘La Casita Roja’, inspirada en la casa del cuento infantil ‘Hansel y Grettel’, nació en el marco de la expedición de los Decretos 678 y 679 de 1972 con los que se creó un sistema de ahorro a largo plazo que permitía a los ahorradores conservar el valor de su dinero a través del tiempo, a pesar del aumento del costo de vida, y generar un rendimiento.
El éxito del banco fue rotundo y el Grupo se pudo concentrar en la creación de más empresas. Hubo una era dorada desde el 72 al 94 con la fundación de Leasing Bolívar; Constructora Bolívar, -actualmente líder en vivienda de interés social (VIS)- ; Fiduciaria Davivienda; Asistencia Bolívar -que implementa y administra servicios de asistencia para los productos de las compañías aseguradoras del Grupo- y C.B. Hoteles y Resorts, que opera y administra centros vacacionales, hoteleros y turísticos, más conocida bajo el nombre de Zuana Beach Resorts.

Edificio Seguros Bolívar de
Bogotá, terminado de construir en 1956

La publicidad de los productos de las compañías Bolívar en sus primeros años de operación
Y como toda historia de éxito también hubo tropiezos. “Hemos tenido también algunos fracasos”, admite José Alejandro, y añade que son precisamente aquellos momentos en los que se necesita ser “constantes y tener la convicción de que se puede salir adelante”.
Algunas empresas que forman parte de la historia de Grupo Bolívar hoy ya no existen, bien porque se fusionaron con otras o porque el negocio no prosperó. También hubo batallas fallidas con sus competidores como la que perdió contra Luis Carlos Sarmiento Angulo por el Banco Bogotá o con BBVA por Banco Granahorrar.
Aún así, su convicción empresarial siempre lo llevó adelante. Un año después de dejar ir Granahorrar, adquirió el Banco Superior y sus filiales Fidusuperior S.A. y Ediciones Gamma S.A, cuya publicación más conocida es la Revista Diners. Con aquel negocio también recibió la franquicia de las tarjeta de crédito Diners, que aún conserva.
En 2006 tuvo una especie de ‘revancha’ frente Sarmiento Angulo cuando ofreció $2,21 billones por Bancafé y sus filiales, mientras el magnate del Grupo Aval ofreció $1,88 billones. Ese negocio significó la internalización de la entidad con Bancafé Panamá y Miami, que en 2012 cambiaron su nombre a Davivienda Internacional, el banco también tiene presencia en Costa Rica, El Salvador y Honduras.
Aunque tal vez el reto más grande que tuvo en su vida no se lo dio la empresa sino la salud. Un año después de haber asumido la presidencia del Grupo Bolívar fue diagnosticado con Guillain-Barré, una enfermedad que ataca el sistema nervioso y la patología dejó su cuerpo paralizado durante un año. “Mi mente no se paralizó”, dice convencido de que en aquel momento supo que estaba hecho para hacer grandes cosas al servicio de la comunidad.
El último gran hito de José Alejandro como presidente del conglomerado fue el lanzamiento de Daviplata en febrero de 2011. Y aunque tal vez en ese momento no lo sabía, la plataforma contribuyó con la revolución que el sistema financiero tuvo de cara a la tecnología y la inclusión.
Y cumpliendo con el anuncio que había hecho en septiembre de 2010, José Alejo renunció a la presidencia del Grupo Bolívar en marzo de 2011 después de 41 años en el cargo. La presidencia la asumió desde ese momento su hijo, Miguel Cortés Kotal. El empresario califica el momento como “agridulce”, pues estaba “enamorado de mi trabajo pero también uno se da cuenta de que las nuevas generaciones tienen que continuar con lo que uno ha hecho”.
También confesó que Miguel no está en dicho cargo porque fuera su hijo, sino porque estaba preparado para hacerlo. El directivo de 63 años es economista de la Universidad de Stanford, con un MBA de la Escuela de Negocios de Harvard Business School, trabajó en Estados Unidos en PWC y se desempeñó como contador público certificado en San Francisco, California. Después volvió a Colombia y fue parte del Grupo Bolívar desde 1994, aunque en 2006 se retiró para crear Inversiones Nogal Limitada, mientras seguía siendo parte de la junta directiva de la empresa familiar.
La próxima oportunidad
Pese a que José Alejandro no ocupa el cargo de presidente desde hace 13 años, no se ha alejado de su empresa, permanece en la cabeza de la junta directiva y se prepara para los retos que depara el futuro.
“El futuro va a permitir que las desigualdades desaparezcan un poco. Yo creo que eso se va a lograr con las nuevas tecnologías, con la inteligencia artificial y con lo que viene”.
Cuando a José Alejo se le pregunta por la revolución tecnológica que vive el mundo, no piensa en cifras, retos, implementación o competidores, piensa en la oportunidad que esto representa para miles de colombianos que enfrentan duras situaciones día a día, y ese mismo pensamiento es el que ha empujado todas las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida, el mismo que lo llevó a tener éxito empresarial.
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