Con tres líneas de negocio, transmisión de energía, infraestructura y telecomunicaciones, ISA se ha convertido en una de las joyas de la corona del Grupo Ecopetrol, con más de 20.000 empleados y operaciones en cinco países.
“Nuestra gran reto es ser líderes en la transición energética en Latinoamérica y esto pasa no solamente por lo técnico, sino también por lo social y lo ambiental”, dice Gabriel Melguizo, que comenzó hace más de 20 años como ingeniero de operación en una subestación de ISA y actualmente se desempeña como su presidente (e).
En una coyuntura retadora para su mayor accionista, ISA se ha convertido en una de joyas de la corona del Grupo Ecopetrol. El plan de inversiones de US$12.000 millones de la multilatina previsto al 2030 ya fue ejecutado y el año pasado se adjudicó nuevos proyectos por US$2.500 millones.
“Veníamos de una de una racha de más o menos mil millones de dólares anualmente y el año pasado nos adjudicaron US$2.500 millones en Brasil y Perú”, explica Melguizo a Forbes.
Como resultado de ello, ISA, que actualmente cuenta con unos 5.000 empleados directos y unos 25.000 sumando los indirectos en los cinco países donde opera, tiene comprometido un nivel de inversiones de US$7.500 millones ($29,4 billones) en proyectos en ejecución y que cuando sean concluidos se convertirán en “Ebitda para beneficio del país”, señala Melguizo y explica que los proyectos son desarrollados con recursos propios, apalancamiento de la banca y el mercado de capitales.
De hecho, al cierre de marzo la empresa contaba con 34 proyectos en construcción, que sumarán $1,7 billones a sus ingresos anuales. En el mismo período las inversiones sumaron $1 billón: 29% en Colombia, 46% en Brasil, 13% en Chile y 10% en Perú.
Con tres líneas de negocio, el 80% del Ebitda de ISA proviene de la transmisión de energía; el 16% de vías e infraestructura, y el 4% restante de telecomunicaciones (Internexa).
A pesar del entorno económico volátil en el país y la región, Melguizo explica que otro de los grandes retos de la multilatina es la gestión ambiental y social. “Aunque tenemos buenas relaciones con las comunidades aún antes de que vayamos a entrar con algún proyecto, suele haber desconfianza cuando una gran empresa llega a ejecutar proyectos de infraestructura lineal”.
El problema no es exclusivo de Colombia, donde la construcción de un proyecto de generación puede tomar entre uno y dos años, mientras que los de transmisión entre 6 y 7 años. En Chile, la relación con las comunidades del Valle del Huasco, en la zona de la Serena, fue difícil en un principio hasta que lograron recomponerla.
En una actividad que demanda grandes inversiones de capital, ISA tiene una alianza con Grupo de Energía de Bogotá (GEB) que se adjudicó dos proyectos en Perú que, a través de 1.054 nuevos kilómetros de líneas de transmisión, llevarán energía a más de 9 millones de personas. En Chile, ISA es socia de Transelec y CSG China en la construcción de una línea de transmisión que va desde Santiago hasta el desierto de Atacama.
“Son casi 1.500 kilómetros de un corredor de energía eléctrica que permite que la energía renovable no convencional del norte de Chile fluya hacia el centro”, explica el presidente (e) de ISA que, en el primer trimestre, alcanzó una utilidad neta de $634.000 millones.
En cuanto a los proyectos de infraestructura, ISA se adjudicó la concesión de la Carretera Panamericana Este, en Panamá, por US$283 millones en una movida que además representó su entrada al negocio de vías en Centroamérica.
A eso se añade, Ruta del Loa en el norte de Chile y la Orbital Sur en el perímetro en la periferia de Santiago, que suman US$500 millones.
En el negocio de telecomunicaciones, tras una redefinición de la estrategia, Internexa ya abandonó Brasil y hará lo mismo Argentina y Chile para enfocarse en Perú y Colombia.
“Tenemos más o menos 46.000 kilómetros de fibra óptica en toda la región, seguiremos siendo los dueños del tubo y continuaremos prestando servicios a empresas como Netflix, Google e ISPs, que manejan grandes volúmenes de datos”, señala.
Con la hoja de ruta clara, el presidente (e) de ISA explica lo que viene para la multilatina.
“Estamos muy enfocados en la ejecución, pues así como hemos tenido unos momentos en los que nos enfocamos en ganarnos proyectos, ahora tenemos inversiones comprometidas por más de $29 billones y el desafío es ejecutarlas”.