El Gobierno colombiano confesó este miércoles que hay un “rezago” en la implementación del acuerdo de paz que firmó en 2016 con la guerrilla de las FARC y manifestó que está en busca de “todos los mecanismos y los medios” para poder cumplir lo pactado. Así lo manifestó la directora del Departamento Administrativo de la […]
El Gobierno colombiano confesó este miércoles que hay un “rezago” en la implementación del acuerdo de paz que firmó en 2016 con la guerrilla de las FARC y manifestó que está en busca de “todos los mecanismos y los medios” para poder cumplir lo pactado.
Así lo manifestó la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Laura Sarabia, quien afirmó que el ejecutivo busca “poder avanzar en la implementación”.
“Hay un rezago en la implementación del acuerdo de paz. Necesitamos realmente avanzar y buscar todos los mecanismos y los medios para poder cumplir ese acuerdo, la reforma agraria y cada uno de los pilares y los objetivos que se establecieron en el acuerdo”, expresó Sarabia a periodistas en Estocolmo.
La funcionaria, que hace parte de la delegación que acompaña al presidente Gustavo Petro en su visita oficial a Suecia y Suiza, añadió que entre más socios tenga el Gobierno, más podrán “avanzar en esta implementación”.
“Es un llamado no solo a la cooperación internacional, sino también a los empresarios, al sector bancario”, expresó.
El mes pasado, Petro afirmó que denunciará ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) que el Estado colombiano, que él representa, no cumple el acuerdo de paz con las FARC y vaticinó que eso puede llevar a “derramamientos de sangre”.
“Yo quiero que se abra la discusión porque nos va a tocar ir a las Naciones Unidas, cada tres meses hay que ir (…) pero esta vez va a ir el presidente de la república y va a tener que decir: definitivamente, el Estado de Colombia no quiere cumplir el acuerdo de paz que firmó”, manifestó entonces Petro.
El presidente llegó a esa conclusión tras señalar que el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) firmó el acuerdo de paz, pero no se ha cumplido cabalmente el primer punto, sobre una reforma rural integral, ni tampoco otros relacionados con verdad y justicia.
Zozobra en el Valle y el Cauca
Tres nuevos ataques coordinados de la principal disidencia de las FARC contra la Policía, que dejaron este miércoles un civil y dos uniformados heridos, aumentan la zozobra en el suroeste de Colombia, donde la población y las autoridades piden al Gobierno medidas más eficaces para reducir la violencia.
Los dos atentados más graves ocurrieron en Jamundí, un municipio vecino de Cali: el primero fue una motocicleta bomba que estalló en el centro del pueblo, que dejó un civil y dos policías heridos, y el otro un hostigamiento contra una estación de Policía de una zona rural conocida como Potrerito.
El tercero fue otro ataque contra una estación policial de la localidad de Cajibío, en el departamento del Cauca, que fue repelido por el Ejército y no dejó muertos ni heridos.
Petro achacó estos crímenes al Estado Mayor Central (EMC), disidencia liderada por alias ‘Iván Mordisco’ que ha salido de la mesa de negociación, y la acusó de volver “a hacer lo que saben hacer: Matar gente humilde del pueblo”.
“Su camino la codicia para lo cual no les importa la destrucción de las comunidades. El EMC es una fuerza hostil al pueblo”, expresó el mandatario en la red social X, tras su llegada a Estocolmo.
El mandatario ordenó el mes pasado no reanudar el cese el fuego con el EMC, que considera dividido en dos y con cuya parte más beligerante, la comandada por Iván Mordisco, ha aumentado las ofensivas y no va a volver a establecer un diálogo tras la escalada de violencia en el suroeste del país.
Las acciones de esa guerrilla se han intensificado en el suroeste del país luego de que en marzo pasado el Gobierno suspendiera el cese el fuego bilateral en los departamentos de Nariño, Valle del Cauca y Cauca por la violencia de ese grupo armado contra indígenas y contra la fuerza pública.
EFE