El final de todo ciclo marca el inicio de uno nuevo: así lo cree Aysha Bilgrami, que celebra una década de trayectoria. Inició la conmemoración de este hito con una nueva colección, en la que son protagonistas la numerología y el zen. Forbes Life conversó con la diseñadora.

Las puertas de Casa Creciente, en Bogotá, se abrieron una vez más para presentar lo nuevo de la diseñadora de joyas colombo-pakistaní Aysha Bilgrami, en el marco de su décimo aniversario. Engalanada con sus propias joyas, Bilgrami presume que ha sido una experiencia retadora en todo sentido, pero de la que se siente orgullosa. 

En conversación con Forbes Life, la diseñadora entrega detalles de lo que será la celebración de su trayectoria, partiendo por su más reciente colección, su participación en Bogotá Fashion Week y sus planes para el futuro. 

Siendo fiel a la esencia suya y de su marca, se ha propuesto que esta década sea conmemorada dotándola de sentido; ese propósito la llevó a indagar sobre la numerología, con la intención de comprender qué hay alrededor del ‘10’ e integrarlo todo en un concepto. 

“Recordando cómo empecé y dónde estoy, soy consciente de que han pasado un montón de cosas y este año estamos con cambios grandísimos. Todo eso se refleja en la colección; la cambié unas 50 veces”, resalta la diseñadora.

Para su colección N°15 Ensō junta diversos elementos, entre ellos el Ensō, que es el círculo zen japonés, con la mística de los números y su toque de contemporaneidad. Según la numerología, el ‘10’ representa el término de los ciclos, pero a su vez, los nuevos comienzos que llegan con esos finales.

“Ensō es este trazo de un círculo abierto, que es preciso hablando de ciclos y de sus imperfecciones, de lo espectaculares que son, y decidí inmortalizarlos a través de este símbolo”. 

Las piezas de su colección mantienen las características transculturales de su marca: con elementos de Colombia, Pakistán, Italia y tantos otros lugares que han construido el universo de Aysha Bilgrami. “Siempre estoy tratando de descubrir y contar con las joyas la unción de las culturas, de las distintas simbologías”. 

Dotar de vida a la joyería

En diez años su marca ha evolucionado de múltiples formas; está más establecida, cuenta con su propio taller, ha formado un equipo más completo y, destaca enfáticamente, ha dejado de ser solo joyería. A través de la conceptualización de la marca ha pretendido que esta trascienda del simple accesorio y sea una experiencia. 

Para ello ha creado todo un universo de posibilidades desde las que el cliente puede acercarse a Aysha Bilgrami; esto va desde los canales físicos y digitales de venta, las redes sociales, los tableros de Pinterest, hasta playlists de Spotify específicas para ambientar cada colección. “Queremos construir un estilo de vida alrededor de la marca”. 

De ahí que el pilar de la sostenibilidad sea tan importante para la diseñadora, que desde 2017 trabaja con plata refinada y reciclada de radiografías. En este proceso ha estado acompañada de su joyero de cabecera, Alfonso, con quien trabaja desde el principio y que ha dado vida al material de las maneras más limpias y estéticas posibles. 

“Alfonso es muy curioso, empezó a aprender empíricamente en la joyería para la que trabajaba como mensajero y unos años más tarde coincidimos. Comenzamos a crear la primera colección, que salió en el 2014, y no hemos parado. Tenemos nuestro lenguaje”. 

Celebración en grande

En la reciente edición de Bogotá Fashion Week, realizada del 22 al 24 de mayo, Bilgrami continuó la fiesta de los diez años con una llamativa instalación, extendiendo los formatos de su colección. 

Bautizada ‘Maxy Fira’, la escultura de 2 metros por 80 centímetros, elaborada en vidrio por el artesano Leandro, fue centro de atención durante el reconocido evento. Esta instalación representa la pieza base de su última colección, cuyo significado está asociado a la estabilidad. 

“Orgánicamente la pieza que fue icónica para mí, la que más trabajo me costó conceptualizar porque quería cambiar pero ser fiel a mi origen, se convirtió en la base, y los números lo reafirmaron”. 

Para el futuro, Aysha Bilgrami sueña con la internacionalización de su marca, que sus piezas conquisten nuevos territorios y personas, y que ello apalanque su crecimiento como proyecto empresarial. Está decidida a posicionarse en otros mercados. “Quiero no demorarme tanto en dar esos pasos”. 

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