Un reciente informe señala que no sentirse incluidos genera un bloqueo en los empleados para liberar su potencial, creatividad, y una pérdida de oportunidades para incrementar el valor de las empresas.

Según un reciente estudio de la consultora Bain & Company, la inclusión en el lugar de trabajo sigue siendo un desafío significativo en Latinoamérica. Uno de sus principales hallazgos es que el 65 % de los colaboradores encuestados no se siente plenamente incluido en sus empleos.

Un fenómeno que para la firma no solo limita el potencial individual de los empleados, sino que también representa una oportunidad perdida para aumentar el valor y la innovación dentro de las empresas.

La investigación, basada en una encuesta a más de 6,000 empleados en cuatro países de la región, reveló que solo el 35 % de los trabajadores se considera parte integral de su entorno laboral. Uno de los principales hallazgos fue que aquellos empleados que observaron esfuerzos por avanzar en políticas de inclusión por parte de sus empleadores tienen tres veces más probabilidades de sentirse completamente incluidos en comparación con aquellos que no perciben tales esfuerzos.

“Es fundamental reconocer que la inclusión no es solo una cuestión moral, sino también un imperativo estratégico para maximizar el potencial empresarial. En el mercado laboral en general, una mayor disposición de las compañías hacia la inclusión no solo enriquece la diversidad de perspectivas, sino que también mejora la capacidad de resolver problemas y estimula la creatividad”, explica Ramón Trespalacios, Associate Partner de Bain & Company.

Movilizando capacidades

De acuerdo con el estudio, para que la inclusión se convierta en un pilar central de la estrategia de talento, y apoye efectivamente la estrategia comercial, es crucial movilizar a toda la organización. Esto implica medidas concretas como la comunicación clara de iniciativas inclusivas, la creación de espacios seguros para la expresión, la implementación de mecanismos regulares de monitoreo y la evaluación para medir el progreso.

En ese sentido, los líderes desempeñan un papel fundamental, ya que el comportamiento inclusivo de la alta dirección y los supervisores directos influye directamente en el sentimiento de pertenencia de los empleados. Precisamente, en Colombia, el 74 % de las mujeres líderes y el 67 % de los hombres en posiciones de liderazgo, consideran que lograr la igualdad de género es un imperativo estratégico.

De igual manera, el informe subraya que la diversidad, sin inclusión, no alcanza su máximo potencial, y que las empresas que logran tener un ambiente laboral solamente diverso (sin inclusión) muestra que sus empleados están dos veces más propensos a retar el status quo, mientras que al combinar diversidad e inclusión la capacidad de innovación se duplica, con los empleados diciendo que están hasta cuatro veces más propensos a ser creativos y retar el status quo.

Una mirada regional

En el contexto latinoamericano, algunas empresas destacadas han logrado mejoras significativas en la inclusión entre grupos históricamente subrepresentados, como miembros de la comunidad LGBTQ+. Entre 2021 y 2023, por ejemplo, estos grupos experimentaron incrementos notables en los índices de inclusión, lo que demuestra que estrategias focalizadas pueden generar cambios tangibles.

A pesar de estos avances, queda claro que aún hay mucho por hacer para avanzar hacia una inclusión universal y efectiva en todos los niveles organizacionales. “Uno de los primeros pasos es adoptar prácticas como ofrecer trayectorias profesionales claras para distintos grupos, asegurar comportamientos cotidianos inclusivos por parte de los líderes, y establecer programas de mentoría, lo cual puede ser fundamental para consolidar estos avances”, concluye Trespalacios.

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