El mercado mundial de la inteligencia artificial alcanzará los 1,81 billones de dólares para 2030. ¿Cuál es el rol de las compañías tecnológicas en este proceso?

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un componente crucial para la economía global. Tanto así que, según Grand View Research, el mercado mundial de esta tecnología alcanzará los 1.81 billones de dólares para 2030, demostrando su impacto en diversas industrias y el potencial que tiene para aumentar la innovación empresarial. Sin embargo, su rápido avance también plantea interrogantes y preocupaciones sobre su implementación ética y segura. 

Si bien en Colombia no existe una normativa establecida, actualmente hay varias iniciativas que buscan la creación de una regulación integral. No es para menos, el  ‘Marco ético para la IA en Colombia’ advierte que un mal uso o desarrollo de la inteligencia artificial puede generar efectos negativos en materia de desinformación, sesgos, discriminación, seguridad y afectaciones a la privacidad.

La dificultad radica en que la inteligencia artificial es una tecnología en constante evolución. Su potencial es tan grande que día tras día surgen nuevos desarrollos y soluciones, cada vez más poderosos y transformadores. Esta volatilidad abre un sinfín de oportunidades, pero también presenta un enorme desafío en términos de regulación. Afortunadamente, desde el sector público ya se están haciendo diversos esfuerzos. Sin embargo, estos deben ser complementados con un compromiso genuino por parte del sector empresarial para implementar y desarrollar la IA de manera ética y segura.

Un buen punto de partida es adoptar prácticas internas fundamentadas en principios clave como la transparencia, que implica proporcionar información clara y accesible sobre el uso de la IA; la privacidad, que protege los datos personales y respeta la intimidad de los usuarios; la ética, que previene sesgos y garantiza un uso responsable; y la rendición de cuentas, que establece procesos para que los usuarios puedan cuestionar las decisiones de los sistemas. 

Al integrar estos principios, las empresas no solo se posicionan como líderes éticos, sino que también fomentan la confianza en la tecnología y sientan las bases para futuras regulaciones efectivas.

¿Cómo lograrlo?

Es clave entender que la inteligencia artificial debe estar precedida de un respeto por la intimidad de las personas y su esfera privada que impida el uso de información que estos no hayan autorizado. Esto implica diseñar sistemas que no solo sean eficientes, sino que también respeten la privacidad y los derechos de los individuos evitando sesgos. 

Asimismo, la seguridad y confidencialidad de los datos personales y en especial de los datos sensibles son factores cruciales; hoy las inversiones dentro de la seguridad se han convertido en una prioridad cada vez mayor, ya que buscan eliminar cualquier vulnerabilidad y oportunidad de vigilancia, hackeo y ciberataques. De hecho, el ‘Global Digital Trust Insights de 2024 de PwC Colombia’, afirmó que el 85% de las empresas encuestadas aumentaron su presupuesto en ciberseguridad para 2024 y el 44% planea implementar herramientas de IA generativa para la ciberdefensa.

¿Qué rol juega el sector tecnológico? 

Como compañías de tecnología y gestores de sistemas de inteligencia artificial, tenemos la responsabilidad de responder a la creciente necesidad de alfabetización mediática. Desde la innovación, debemos ofrecer oportunidades y fomentar la investigación para fortalecer las tecnologías de IA en el marco de los derechos humanos y promover una comprensión crítica de la información relacionada con este tema. En el caso de los equipos de cómputo, la IA transformará la función de la computadora personal, permitiendo a las personas convertirse en creadores de tecnología en lugar de simples consumidores.

Este año, gracias a un fuerte trabajo de ingeniería, surge una nueva generación de máquinas optimizadas para ejecutar modelos de IA locales. Estas máquinas pueden aprovechar la nube híbrida y la inferencia local para trabajar sin conexión, proporcionando un procesamiento de datos diseñado para mayor privacidad, seguridad, eficiencia energética y menor costo de acceso. En 2024, esta tecnología nos ofrecerá soluciones personalizadas de IA generativa que convertirán al PC en un asistente personal inteligente. Estos sistemas no solo mantendrán la información segura, sino que también realizarán tareas para el usuario, impulsando escenarios cotidianos como el trabajo híbrido y competencias creativas como la escritura.

Hoy vivimos en una realidad en la que la IA empieza a ser parte de cada una de las esferas de nuestra vida, y las organizaciones no pueden olvidar que, si bien es una herramienta que impulsa el progreso en múltiples dimensiones, para aprovechar al máximo su potencial debe integrarse por medio de soluciones que garanticen confianza para maximizar los beneficios y proteger a los usuarios de las amenazas a su seguridad y privacidad. Esto último sólo es posible con un enfoque estratégico adecuado, reforzado por principios y valores empresariales que le apuesten a liderar el camino hacia el uso ético de la IA. 

Por: Sandra Hinestroza*
*La autora es Directora General de HP en Colombia.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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