La búsqueda de experiencias auténticas atrae a los turistas mexicanos, dispuestos a pagar lo que sea necesario por experimentar un viaje realmente fuera de lo convencional.
¡Visitar Londres y París de nuevo!, para algunas personas puede que no sea tan atractivo. Sobre todo, si están en la búsqueda de verdaderas experiencias auténticas, las cuales realmente los conduzcan por escenarios que no habían imaginado. Por esta razón las tendencias en viajes de ultralujo están cambiando.
Atrás quedaron los eurotrips: en donde en tres semanas había que visitar 20 países, con turistas caminando todo el día, sin darse el tiempo suficiente para disfrutar de la extensa gama de experiencias cautivadoras que una ciudad en particular tiene para ofrecer.
En este nuevo escenario “el mercado y el cliente más exigente es el mexicano. Eso habla de lo interesante que es cuando nos referimos a viajes personalizados”, aseguró Mario del Duca, managing director de Nuba, firma española especializada en viajes de ultralujo “hechos a la medida”, misma que está cumpliendo tres décadas de haberse fundado.

A decir del ejecutivo, a los mexicanos les encanta viajar bien y buscan lo mejor que puedan conseguir. Por ello –dice– no son tan conservadores como los turistas españoles o europeos, quienes en promedio gastan cuatro veces menos que un viajero nacional cuando se trata se estas exclusivas travesías.
Asimismo, estos paseantes están en la búsqueda permanente de experiencias diferente, fuera de lo convencional, y debido al alto gasto que están dispuestos a realizar las principales firmas de lujo de hospitalidad buscan acercarse a ellos cada vez más.
TENDENCIAS NOVEDOSAS
Mario del Duca resaltó que en Nuba han identificado distintas tendencias de viajes de ultralujo que se vienen imponiendo. Una de ellas es el “Slow Luxury”. Antes –asegura– era muy común hacer viajes relativamente largos en donde iban dos o tres noches a un lugar y después continuaban al siguiente destino.

“Eso está cambiando, el slow luxury significa quedarte más tiempo en un lugar, disfrutar del destino y tener una inmersión cultural más profunda para realmente conocer la vida de los locales, qué comen, cómo es el arte local, cuáles son las galerías más importantes. Va mucho más allá de palomear un lugar.”
Otra tendencia es el “Gig Tripping”, misma que se está volviendo muy popular, sobre todo, entre los integrantes de la generación Z; básicamente consiste en viajar para acudir a un concierto o a un festival de música.
Ya que nos referimos a las personas que tiene 22 años o menos, para 2030 se espera que este grupo de población tenga casi un 30% del consumo del mercado de lujo en general. “Entonces, las empresas que no estén listas para esa generación van a tener algunos problemas. Todos tenemos que estar mirando lo que ellos buscan”, dice.

Viajes al espacio, en dirigibles y en elegantes trenes, con suites privadas, podrían ser parte de las experiencias que aguardan dentro del segmento de viajes de ultralujo para los siguientes años.