Mientras el director de Fedesarrollo le pide ejecución y pragmatismo al Gobierno, el gerente del Emisor critica la modificación de la Regla Fiscal, porque aumentará los intereses de la deuda pública.
Aunque el Gobierno sigue defendiendo el proyecto de Reforma Tributaria con el argumento de que reduce la carga impositiva de las empresas y solo grava los ‘superricos de la sociedad’, que devengan más de $120 millones mensuales, los expertos lo califican de inconveniente e inoportuno.
Así lo advirtió un panel de analistas, conformado por el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía; la profesora de la Universidad de los Andes, Marcela Eslava, y el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, durante el Congreso de Confecámaras.
“Es riesgosa, ya que la economía está hasta ahora iniciando su fase de reactivación, con un crecimiento del 1,5%, y con los hogares sufriendo los efectos del aumento en la tributación para los ingresos medios y altos”, dijo Mejía, de Fedesarrollo.
En una economía que enfrenta retos estructurales, como una alta informalidad laboral y empresarial y baja productividad, Mejía atribuyó el bajo crecimiento actual a la caída de la tasa de inversión a niveles del 17% del PIB.
“En el pasado, alcanzamos niveles de inversión del 24% y del 21% antes de la pandemia, pero en los últimos dos años cayó al 17%, en parte por el aumento en la tasa de intervención del Emisor, pero también por las dos últimas reformas tributarias de 2021 y 2022, y la incertidumbre que generan los anuncios del Gobierno en infraestructura, vivienda y el sector minero energético”, agregó Mejía.
El país necesita necesita claridad en las reglas de juego, insistió Mejía. “Con tasas de inversión del 17%, el crecimiento potencial de la economía oscila entre 2% y 2,3%; y si crecemos al 2% será difícil reducir el desempleo y llegar a tasas de un dígito”.
Según el experto, las palabras claves en este momento son ejecución y pragmatismo. “No tiene mucho sentido por parte del Gobierno Nacional pedirles a los hogares y a las empresas hacer un esfuerzo adicional en materia tributaria para aumentar el Presupuesto General hasta $523 billones cuando la ejecución de inversión con corte a julio es del 28%, por debajo de lo que ha sido el promedio histórico del 34%”.
Por su parte, Marcela Eslava, profesora titular de la Universidad de los Andes, explicó que, aunque la tasa de tributación corporativa es muy elevada, las condiciones fiscales actuales hacen inconveniente su reducción.
“La reforma pone más presión tributaria y crea incertidumbre al modificar la Regla Fiscal y permitir un aumento de la deuda pública más allá de lo conveniente”, señaló Eslava y dijo que, de aprobarse la reforma, se traducirá en mayores tasas de interés sobre la financiación pública.
En el neto, agregó Eslava, la reforma afecta la reactivación porque le pone más presión fiscal a la economía y genera incertidumbre con la discusión alrededor de la Regla Fiscal, que ya fue modificada no hace mucho buscando ponerle un techo al grado de endeudamiento, lo cual es una cosa que fue buena.
“Más allá de dónde se puso el techo, el nivel de deuda al que la Regla nos viene llevando es elevado, tal vez más de lo conveniente, por el alto grado de compromiso en el pago de intereses de la deuda pública, sumado a la consecuencia de tener mayores tasas de interés sobre la financiación pública que se transmite al resto de la economía”.
Entre tanto, el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, dijo que los factores claves en la coyuntura son estabilidad y resiliencia.
“Los avances que hemos tenido en reducir la inflación, estabilizar la tasa de cambio en niveles razonables y en bajar el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos del 6,2% del PIB hace apenas dos años al 1,9% en el primer semestre de 2024, muestran un país mucho menos vulnerable a los cambios en el entorno”, agregó.
A juicio suyo, están dadas las condiciones para que Colombia vuelva a crecer de manera sostenible y pase del 1,8%, que prevé el equipo técnico del Emisor para este año, a 2,7% en 2025 e inclusive a 3% a comienzos de 2026.
“Un aumento permanente del gasto público no es sostenible y puede generar inclusive una crisis”, destacó el funcionario al explicar que la Regla Fiscal es una medida que se autoimpone el país para evitar que el endeudamiento suba demasiado y que el hacerlo “terminemos dedicando todos los recursos disponibles a pagar intereses, que aumentan no solo porque la deuda es alta sino porque cuando la deuda es alta los prestamistas dicen: yo solo le presto a ese país si me paga tasas de interés más altas, y eso ya nos está pasando”.