La Empresa Energética del Caribe se perfila como un hub energético y buscaría replicar modelos como el de las Empresas Públicas de Medellín (EPM) y el Grupo de Energía Bogotá (GEB).

La firma del acta de creación de nueva empresa se realizó en el recinto ferial Puerta de Oro en Barranquilla en el marco de la Feria de la Economía para la Vida –FEV-, entre el ministro Andrés Camacho y el gobernador y presidente de la RAP Caribe, Eduardo Verano.

La nueva empresa estaría en capacidad de abastecer a 2.762.374 hogares de la región y representa el primer paso en el proceso de transición energética que espera aprovechar, al máximo, sus condiciones climáticas favorables, como la abundancia de horas de sol y la fuerza de sus vientos, dijo Camacho.

Señaló que se trata del primer paso en el proceso de transición energética, orientado a consolidar la capacidad de la región para generar y gestionar su propia energía, aprovechando al máximo sus condiciones climáticas favorables, como la abundancia de horas de sol y la fuerza de sus vientos que mejorarán la vida de 12 millones de colombianos que residen en esta región del país.

“Esta empresa energética necesita el apoyo del Gobierno Nacional y debe ir de la mano del Ministerio, con un gerente y un equipo que conozca el sector y nazca y se sostenga para el beneficio de la gente del Caribe colombiano”, señaló el gobernador, Eduardo Verano, al tiempo que añadió que en este momento, la región no tiene una entidad que jalone este mercado energético.

La Empresa Energética del Caribe se perfila como un hub energético que buscará replicar modelos de las Empresas Públicas de Medellín (EPM) y el Grupo de Energía Bogotá (GEB), pero adaptado a las necesidades y potencialidades del Caribe colombiano. 

Según el Ministerio, el nuevo actor permitirá la implementación regional de energías renovables, posicionando a la región como un referente en sostenibilidad y gobernanza energética.

Entre las iniciativas destacadas se incluyen proyectos de energía solar, energía eólica onshore y offshore, y eventualmente, tecnologías como la producción de hidrógeno que sentarán las bases para una autonomía energética sólida y duradera.