Según Fedesarrollo, la confianza del consumidor disminuyó en tres de las cinco ciudades analizadas, y la disposición a comprar vivienda, vehículo y bienes durables disminuyó frente a julio.

El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que mide Fedesarrollo alcanzó un balance de -15,3%, disminuyendo en 6,3 puntos porcentuales frente al mes de julio del año pasado (-9,0%).

Este resultado obedeció a una disminución de 11,8 puntos porcentuales en el Índice de Condiciones Económicas y de 2,5 puntos porcentuales en el Índice de Expectativas del Consumidor. 

La confianza del consumidor disminuyó en tres de las cinco ciudades analizadas, y en los niveles socioeconómicos medio y bajo, respecto a julio. Adicionalmente, la disposición a comprar vivienda, vehículo y bienes durables disminuyó frente a julio.

Según Quásar Elizundia, de la firma Strategist – Pepperstone, la disminución de la confianza se produce en un contexto internacional complejo. Las divisas latinoamericanas enfrentan una jornada desfavorable influenciada por factores globales. 

“El peso colombiano, en particular, ha mostrado susceptibilidad frente a la caída en los precios del petróleo, que continúa operando bajo presión, explica el experto y señala que la confianza del consumidor disminuyó en tres de las cinco ciudades analizadas”. 

Bucaramanga registró la mayor caída con -6.7 puntos porcentuales, seguida de Medellín y Bogotá. En contraste, Cali y Barranquilla mostraron mejoras, lo que indica dinámicas locales diferenciadas que podrían estar mitigando el pesimismo en estas zonas.

De acuerdo con el experto, la economía colombiana enfrenta vientos en contra tanto internos como externos. “La combinación de una confianza del consumidor en declive, la volatilidad en los mercados de divisas y la presión continua sobre los precios del petróleo plantea desafíos significativos”. 

A nivel regional, la confianza del consumidor disminuyó en tres de las cinco ciudades analizadas. Bucaramanga registró la mayor caída con -6.7 puntos porcentuales, seguida de Medellín y Bogotá. En contraste, Cali y Barranquilla mostraron mejoras, lo que indica dinámicas locales diferenciadas que podrían estar mitigando el pesimismo en estas zonas.

Por niveles socioeconómicos, la confianza se redujo notablemente en los estratos alto y medio, con una caída significativa de -11.9 puntos porcentuales en el nivel alto. Este dato es especialmente relevante, ya que sugiere que incluso los segmentos con mayor capacidad adquisitiva están adoptando una postura más cautelosa, lo que podría impactar en sectores clave como el inmobiliario y el de bienes duraderos.